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Un nuevo aeropuerto en San Luis
para llegar directamente a Merlo

La zona turística de Merlo, en el nordeste provincial, tiene desde ayer un aeropuerto internacional capaz de operar con tres aviones simultáneamente. Merlo es famosa por su microclima.

El gobernador Adolfo Rodríguez Saá inauguró el aeropuerto tras la renuncia de De la Rúa.

Desde Merlo, San Luis

A pesar de todo, San Luis pudo inaugurar anoche el primer aeropuerto internacional de la provincia. El gobernador Rodolfo Rodríguez Saá encabezó la ceremonia que en otro contexto hubiese sido una fiesta. El gobernador no pudo dejar de señalar la antítesis que significaba estar abriendo uno de los proyectos más importantes de su provincia en uno de los días más “dolorosos” del país. La nueva estación aérea está ubicada en Merlo, un epicentro turístico conocido por su microclima y sus paisajes serranos. Hasta ahora, llegar a “la villa” implicaba necesariamente viajar hasta la capital provincial y de allí recorrer unos 200 kilómetros. La nueva pista tiene unos 2500 metros cuadrados capaz de operar con tres aeronaves en forma simultánea.
En medio de la crisis institucional y con Fernando de la Rúa ya renunciado, Rodríguez Saá llevó adelante el acto esperado en la provincia desde hacía meses. No hubo grandes discursos, la presentación fue sobria. La sala entera explotó en un aplauso sólo cuando el gobernador mencionó la renuncia del ahora ex presidente. Al acto asistieron todos los gobernadores justicialistas llegados a esta provincia para debatir la crisis creada con el estallido y la caída de De la Rúa.
La inversión para la construcción del aeropuerto fue cercana a los 15 millones de dólares y se hizo exclusivamente con dinero provincial. El aeropuerto construido con tecnología de punta fue proyectado en el marco de un programa de inversiones destinados a potenciar el desarrollo productivo y turístico de esa zona del noreste de la provincia. Esta obra, en realidad, es sólo la primera etapa de una serie de inversiones que incluyen un casino internacional y el comienzo de una autopista inteligente sobre la nueva Ruta Provincial Nº 7.
La construcción del aeropuerto comenzó en noviembre del 2000 y aunque las obras civiles encaradas por la provincia terminaron en octubre, recién en estos días todo el proyecto se terminó. El gobernador local, Adolfo Rodríguez Saá, estuvo al frente de la ceremonia. Con esa inauguración se cerraron en el aeropuerto las tareas de equipamiento que habían comenzado un mes atrás.
La ministra de Infraestructura de la provincia, Graciela Corvalán, consideró que todo el plan de obras es “esencial para el desarrollo turístico y productivo de la región”. El nuevo aeropuerto cuenta con tecnología de punta y de última generación que incluye sector de accesos, de servicios y un hall central que nuclea el movimiento de pasajeros y público dentro de la aeroestación. La base abastecerá, desde Merlo, la demanda de los 110 mil pobladores de los alrededores de San Luis y de la zona de las transierra cordobesa.
El nuevo aeropuerto quedó ubicado de forma estratégica: se encuentra a 200 kilómetros de la base área de Villa Mercedes, la segunda ciudad más importante de la provincia, y a otros 200 de la Capital. Ninguna de estas dos plataformas operaba con el tránsito internacional y las conexiones hasta ahora se hacían desde Mendoza. A partir de hoy, esto cambiará. La provincia ya cerró un acuerdo con Southern Winds, una de las operadoras nacionales que desde el 3 de enero hará vuelos diarios desde el aeroparque Jorge Newbery durante toda la temporada. Mientras tanto, tal como adelantó la ministra, los vuelos que empezaron ayer se harán únicamente los lunes, miércoles y viernes.
En esta línea, también se están negociando convenios con otras empresas. Aerolíneas y LAPA son algunas de las compañías con quienes se están llevando a cabo algunos acuerdo. La semana próxima, la provincia estaría en condiciones de cerrar las negociaciones con ellas. De acuerdo a Corvalán, están interesadas en llegar hasta la región por el perfil turístico que presenta.

 


 

INMINENTE CANONIZACION DE ESCRIVA DE BALAGUER
Opus Dei, a un paso del santo propio

El Opus Dei avanzó un paso decisivo en su camino a tener su propio santo. El papa Juan Pablo II decretó ayer el reconocimiento de un milagro atribuido a Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador de la “Obra de Dios”, la ultraconservadora y más cuestionada institución católica. Ahora, sólo falta que –seguramente en los próximos meses– se conozca la fecha de su canonización.
El sacerdote español nació el 9 de enero de 1902 y murió el 26 de junio de 1975. Se había ordenado a los 23 años y fundó el cuestionado Opus Dei tres años después, luego de recibir una “llamada divina” en un convento madrileño durante unos ejercicios espirituales. Su objetivo fue promover un “camino de santidad” para todas las personas, por medio del trabajo y en la realización de los deberes normales del cristiano.
“La Obra” como se conoce habitualmente al Opus Dei, está formada en su mayoría por laicos, ya que sólo un 2 por ciento de sus miembros son sacerdotes. Su sede central está ubicada en Roma y actualmente es dirigida por el obispo Javier Echevarría Rodríguez. En 1982, el papa Juan Pablo II concedió al Opus Dei el rango de Prelatura. Una prelatura personal es similar a una diócesis, pero no está limitada a un área geográfica sino a las personas que se adhieren a ella. Sus miembros se comprometen a llevar una vida cristiana plena en el desempeño de su trabajo profesional.
Generalmente las críticas a la Obra de Dios –tal es el significado de Opus Dei en latín– se basan en el fuerte elitismo y la presión psicológica hacia sus integrantes. Es la institución eclesiástica más cuestionada y está catalogada además como la más conservadora. Muchos de sus 84 mil miembros son influyentes personajes políticos en diversos países del mundo.
El milagro que se le atribuye a Josemaría Escrivá de Balaguer es la curación de un médico español que padecía radiodermitis crónica, una enfermedad incurable que fue empeorando con el paso del tiempo. Manuel Nevado Rey se curó hace nueve años, según expresó, por los rezos al beato Josemaría. “A los quince días, la mano empezó a curarse y al poco tiempo, la enfermedad había desaparecido –señaló Nevado Rey–. Pude volver a operar sin problema alguno y todavía lo sigo haciendo.”
El papa Juan Pablo II promulgó además los decretos por los que se da pie a la canonización del indio mexicano Juan Diego y del fraile capuchino italiano Padre Pío.

 

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