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EL FISCAL PIDIO CUATRO AÑOS PARA LOS SKINHEADS
El racismo como agravante

En su alegato, el fiscal pidió los cuatro años al considerar que los dos skinheads golpearon a su víctima por creerlo judío. En el anulado fallo anterior del caso, la pena fue de tres años.

Luciano Griguol, uno de los acusados sobre quien pesa el pedido fiscal para ser detenido.

Cuatro años de prisión para cada uno de los acusados es la pena que pidió ayer el fiscal Alberto Huarte Petite en el juicio a los dos skinheads sospechados de agredir el 1º de julio de 1995 a Claudio Salgueiro, mientras gritaban consignas racistas. En su alegato, el fiscal consideró -como había ocurrido en la anulada sentencia anterior del caso– que el hecho tiene como agravante la violación de la ley Antidiscriminación. Por su parte, el defensor oficial de los “cabezas rapadas”, Carlos Garay, cuestionó la forma en la que se obtuvieron algunas pruebas en la causa y pidió la absolución de los acusados. Hoy se conocerá el veredicto del Tribunal.
Ayer fue día de alegatos en el primer piso de los tribunales de Comodoro Py. En primer turno habló el fiscal, quien basó su pedido de condena sobre Luciano Griguol y Orlando Romero Da Silva por “lesiones graves y violación del artículo 2 de la ley Antidiscriminatoria” en las declaraciones que Salgueiro realizó ante los jueces de la causa Luis Di Renzi, Guillermo Gordo y Guillermo Madueño, a las que evaluó como “lógicas, coherentes y creíbles”.
Huarte Petite también hizo referencia a los testimonios del rabino Daniel Goldman y la psicóloga Elina Aguiar, que asistieron al damnificado pocos días después del ataque. Según lo declarado en el juicio por Goldman, Salgueiro “estaba desmoralizado y con pocas ganas de vivir”, por lo que creyó conveniente brindarle “asistencia espiritual”. Por su parte, la psicóloga había afirmado que Salgueiro era incapaz de hacer imputaciones si no estuviese seguro de quiénes fueron sus atacantes, por lo que el fiscal consideró de “plena validez probatoria” el reconocimiento que en su momento hizo la víctima de sus agresores, entre los que se encontraba también Andrés Paszkowski, quien se mantiene prófugo. El fiscal recordó que los acusados no pudieron justificar dónde estuvieron cuando se produjo la agresión.
Por el contrario, el abogado defensor pidió la absolución de Griguol y Romero Da Silva y cuestionó la forma en la que se obtuvieron determinadas pruebas utilizadas en la querella. Además, Garay hizo mención a la resolución que hace más de tres años había tomado la Cámara Nacional de Casación sobre el caso. En aquella ocasión, seis meses después de que los skinheads –incluido el hoy prófugo– fueran condenados a tres años de prisión en abril de 1998, la Cámara anuló la sentencia y los liberó, por considerar que el “odio racial” nunca había sido suficientemente probado. Según los jueces de Casación que intervinieron en aquella decisión, los gritos que escuchó Salgueiro no eran consignas racistas sino apenas “una payasada”.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó que se llevara a cabo un nuevo juicio. Si bien el máximo tribunal no confirmó la condena, tampoco avaló la decisión de Casación de anularla. Teniendo en cuenta esto, Garay impugnó el pedido del fiscal de condenar con cuatro años de prisión a los acusados, al sostener que en ningún caso la pena podría ser superior a la que en su momento había aplicado el tribunal que estuvo a cargo de la causa.
Una vez concluidos los alegatos, el tribunal oral en lo Criminal Federal Nº 5 dispuso pasar a un cuarto intermedio hasta hoy, cuando luego de escucharse las últimas palabras de los acusados se dictará el veredicto.

 

Cómo puede ser el fallo

El fallo de la Sala I de la Cámara de Casación que en diciembre de 1998 liberó a Paszkowski, Griguol y Romero Da Silva, y tres meses después anuló la condena de tres años dispuesta por el Tribunal Oral Federal Nº 3 tuvo en su momento importantes repercusiones: la DAIA y la APDH exigieron el juicio político –que finalmente no tuvo lugar– a los camaristas, por considerar que los jueces tuvieron una conducta antisemita, ya que quitaron trascendencia a las consignas racistas que los acusados pronunciaron al momento de agredir a Salgueiro. Hoy se conocerá la actitud del Tribunal Nº 5, que de todos modos puede volver a aplicar la ley Antidiscriminación para agravar la condena, siempre que los agresores sean encontrados culpables de la golpiza.

 

PIDEN LA LIBERACION DE UN ACUSADO
El caso Gandiaga

El abogado de uno de los detenidos por el crimen de Fabiana Gandiaga pidió la excarcelación de su cliente porque considera que el “nuevo examen de los elementos de prueba” implicaría un cambio de la figura legal por la que está procesado.
Adolfo Muschietti, abogado de Fernando Antúnez –uno de los empleados de limpieza acusados de la violación y asesinato de la maestra– sostuvo que “las nuevas pruebas allegadas a la causa indican sin lugar a dudas que no existen pruebas materiales que permitan identificar a Antúnez como autor del hecho investigado”.
El defensor especificó que de los estudios realizados sobre el semen extraído del cuerpo de Gandiaga no surge que Antúnez haya participado del asesinato.
La mujer había sido vista por última vez en la tarde del sábado 20 de octubre, cuando acompañó a su hijo a un torneo de taekwondo en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA). Le había dicho a la mamá de un compañero de su hijo que salía a comprar una gaseosa y nunca más volvió. Una semana después, fue encontrada muerta en el hueco de un ascensor en desuso en las dependencias de Perón al 1100 del club.
“Se ha producido una sustancial modificación a las pautas que han sido merituadas al tiempo de dictar el procesamiento y prisión preventiva de Antúnez”, indicó Muschietti. Además, agregó que hasta el momento no se encontró “un solo testimonio o medio de prueba que indique al imputado como presunto autor material del crimen”.
El abogado había presentado un pedido de recusación contra el juez Alberto Seijas, que fue rechazado por la Justicia. La Sala I de la Cámara del Crimen evaluó que el hecho de que el magistrado sea socio del GEBA no lo inhabilita para investigar el crimen.
Ahora Seijas tiene 24 horas hábiles para resolver si hace o no lugar al planteo que podría dejar sin efecto la prisión de Antúnez.

 

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