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Cuando Hamas muestra los dientes a Yasser Arafat

Las calles palestinas suelen ser, casi todos los días, como las de ayer en Argentina. Claro que en general los enfrentamientos suelen producirse entre dos pueblos: tropas israelíes versus palestinos armados. Y ayer, por primera vez en bastante tiempo, fueron los palestinos quienes se enfrentaron: milicianos de la organización islámica Hamas y fuerzas de la Autoridad Palestina. El saldo fue de siete heridos y podría ser el signo de que el líder palestino Yasser Arafat está confrontando realmente con las organizaciones islámicas. Eso es lo que pidió nuevamente Estados Unidos ayer, mientras su secretario de Estado Colin Powell señalaba que la situación en Medio Oriente “ha mejorado”. Quizás haya exagerado: tanques israelíes volvieron a entrar en dos ciudades autónomas palestinas.
Anteayer, en un gesto de descompresión y ante la reducción de la violencia, las tropas y tanques israelíes habían comenzado una retirada en algunos sectores de Cisjordania y la franja de Gaza. Pero ayer los tanques volvieron a Nablus y Al Tiri (cerca de Ramalá), en Cisjordania, y llovieron los disparos palestinos. De hecho, un palestino murió en los tiroteos.
Desde los atentados suicidas palestinos en Jerusalén y Haifa, hace dos semanas, que desataron una constante respuesta israelí, el foco está puesto sobre la Autoridad Palestina, Hamas y organizaciones como Jihad Islámica y la laica Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). En medio de versiones contradictorias, Hamas había dicho anteayer que iba a cesar los atentados suicidas en Israel. Estados Unidos, para poner más presión sobre Arafat, dijo que no confía en ninguna palabra de Hamas y que la única política posible con ellos es la detención de todos sus cuadros.
Ayer, justamente, la Autoridad Palestina subió la apuesta en este sentido. Luego de proscribir a las alas militares de Hamas y otros grupos, arrestar decenas de militantes e incluso dentro de sus propias filas, ayer quiso detener a Abdel Aziz Rantisi, uno de los principales dirigentes de Hamas. Cuando la policía palestina se fue aproximando a su casa, las mezquitas del barrio Jeque Radwan, en la ciudad de Gaza, llamaron a defender con armas a Rantisi y se escucharon disparos al aire. Los tiros alcanzaron a la caravana de automóviles que escoltaba al jefe de la inteligencia palestina Amin Al Hindi, según fuentes de seguridad. Su vehículo fue alcanzado por disparos pero él no estaba dentro. Finalmente, siete policías palestinos resultaron heridos. A Rantisi no lo detuvieron y la policía palestina dijo en un comunicado que lo considera “un fugitivo por resistirse al arresto e incitar a las masas a dañar la unidad nacional”.
Desde El Cairo, los cancilleres de la Liga Arabe manifestaron ayer a su “apoyo” a la política de Arafat. Y fustigaron al premier israelí.
“Mientras Sharon no vea en Arafat un interlocutor en el proceso de paz, los países árabes no ven en Sharon un interlocutor creíble para participar en el proceso de paz”, dice el documento conjunto. La Liga Arabe también expresó “su rechazo a las listas estadounidenses concernientes a los movimientos de resistencia palestina y libanesa y consideran que esas listas carecen de carácter legal”, en referencia a las listas de los movimientos acusados de apoyar el terrorismo.
Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano pidió a Arafat que tome más medidas duraderas para poner fin a la violencia en la región. También destacó que el gobierno israelí deberá distender el bloqueo económico en los territorios palestinos, según el portavoz del departamento, Richard Boucher. En cualquier caso, parece que la situación en la región se ha calmado respecto de los últimos días. La pregunta es la de siempre: si durará.

 

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