Por Rory Carroll
*
Desde
Kabul
Una vanguardia de tropas de
paz británicas llegaron anoche a Afganistán horas después
de que los líderes políticos en Kabul hubieran señalado
que no eran bienvenidos y debían evitar involucrarse. Cincuenta
y tres soldados de infantería británicos desembarcaron en
la base aérea de Bagram, situada a cuarenta kilómetros al
norte de Kabul, para preparar el camino para un estimado de 1500 tropas
británicas que conducirán una fuerza multinacional de hasta
5000 hombres, destinada a mantener la seguridad de la capital mientras
se establece un gobierno interino. Los diplomáticos occidentales
y los líderes afganos no habrán finalizado los detalles
sobre los deberes y la autoridad de la llamada Fuerza Internacional de
Asistencia de Seguridad (FIAS) para cuando la vanguardia se despliegue
en la capital hoy. Todavía debe confirmarse exactamente cuantas
tropas de paz vendrán, dónde vivirán, qué
harán y cuando se retiran. Las tropas del resto de los países
(Francia, Italia, España, Turquía y Canadá, principalmente,
ya que no se sabe qué pasará con la Argentina) arribarán
en las semanas próximas. Por su parte, Estados Unidos dijo que
reanudó el rastrillaje en las cuevas de Tora Bora. También
aclaró que desconoce por completo el destino de Bin Laden.
La Alianza del Norte, el grupo dominante en el gobierno emergente, señaló
ayer, en los términos más duros, que quería que la
fuerza fuera poco numerosa e irrelevante. El poco auspicioso comienzo
de la misión se vio complicado por una disputa anglo-germana sobre
si debería estar amarrada a la campaña militar de Estados
Unidos. Los marinos británicos volaron por helicóptero desde
el buque de guerra británico Fearless en el Mar Arábigo
a una base aérea en un país secreto de Medio Oriente y viajaron
a Bagram en un Hércules C-130. Es una fuerza de perfil relativamente
bajo, dijo el comandante de la compañía, el mayor
Matt Jones. Sus hombres utilizarán Land Rovers verdes no blindados
y no usarán cascos. Nos estaremos desplegando con boinas.
Afganistán, especialmente, tiene una sensibilidad hacia las tropas
extranjeras. No tenemos motivos para alterar a nadie. El objetivo de la
misión era apoyar al gobierno interino, dijo. Es una
operación de apoyo de paz a falta de una frase mejor. No estaremos
protegiendo ninguna locación. Seremos una presencia.
El grueso de las tropas no llegará hasta enero, pero Gran Bretaña
estaba determinada a tener las botas en la tierra a tiempo para la inauguración
de mañana del gobierno interino. Los marinos escoltarán
a los VIP que lleguen hoy. La intención de la fuerza de paz es
reasegurar a aquellas facciones nerviosas de la nueva autoridad de la
Alianza del Norte, una fuerza militar que tomó Kabul después
que los talibanes huyeran el mes pasado y que ocupará ministerios
clave. Se espera que la Brigada de Asalto Aérea 16 sea el grueso
del contigente británico. El general John McColl comandará
toda la fuerza, que se espera que incluya italianos, daneses, suecos y
franceses.
Los líderes étnicos tajikos de la Alianza del Norte se han
comprometido a compartir el poder con otros grupos étnicos y regresar
a los exiliados, pero consideran a las fuerzas de paz como una erosión
de su control. Las entrevistas en las calles de Kabul sugieren que las
fuerzas de paz serán calurosamente bienvenidas por los afganos
comunes agotados por 23 años de derramamiento de sangre. Por
favor, Dios, deja que las Naciones Unidas vengan y que la lucha no comience
nuevamente, dijo Nadir Sha de 90 años, un sirviente doméstico,
hablando por muchos. En su bolso había un ramo de flores artificiales
que ofrecerá al primer soldado extranjero que encuentre.
Pero Mohammad Fahim, el hombre que la Alianza del Norte designa como ministro
de Defensa, tiene un sentido de propiedad sobre Kabul porque piensa que
sus fuerzas la conquistaron, sin considerar la ayuda de los ataques aéreos
de Estados Unidos. Ayer, dijo que los soldados extranjeros no tendrían
el derecho a desarmar a nadie y que dos tercios de ellosdeberían
estar basados en Bagram, pero fuera de la vista, a una hora de automóvil
de Kabul, porque su tarea era la asistencia humanitaria, no el mantenimiento
de paz. Están aquí porque quieren estar. Pero su presencia
es un símbolo. La seguridad es responsabilidad de los afganos.
Algunos ministros en el nuevo gobierno que siempre vivieron en el exterior
están preocupados por la seguridad y sienten que necesitan a la
fuerza de paz como protección, pero cuando lleguen aquí
verán que la situación está muy bien y que no es
necesaria. Dijo que las fuerzas de paz patrullarían si querían
pero que sus hombres no se retirarían de la ciudad a pesar de un
compromiso de hacerlo en el trato hecho por la ONU en Bonn el 5 de diciembre.
Sus hombres, sin embargo, se retirarían a tres barracas en el centro
de Kabul.
La Alianza del Norte es una de las facciones que en Bonn acordó
establecer un gobierno interino y aceptó a la fuerza de paz. Pero
el repetido desprecio de Mahammad Fahim por su rol y número ha
erosionado las esperanzas británicas y alemanas acerca de una robusta
fuerza de por lo menos 5000 hombres. El tema amenaza convertirse en una
lucha de poder entre él y Hamid Karzai, el nuevo líder de
la autoridad interina. Karzai recibió con agrado a la fuerza de
paz como un reaseguro para los pashtunes, que están sub-representados
en su gobierno a pesar de ser el grupo étnico dominante del país.
Hashmatullah Moslih, un consejero del presidente saliente, Burhanuddin
Rabbani, movió el avispero al decir que los alemanes deberían
conducir la fuerza y patrullar las calles en lugar de los británicos,
que deberían estar limitados a brindar apoyo logístico,
porque ellos engendran hostilidad. Las armas con las que nuestros
abuelos lucharon contra los británicos todavía están
aceitadas, le dijo a un diario alemán.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère
RUSIA
ADVIRTIO A EE.UU. SOBRE UN ATAQUE A IRAK
Poniendo los puntos sobre las íes
Por Ian Traynor
y Michael White
Desde
Moscú y Londres
Moscú advirtió
anoche a Washington que la campaña militar norteamericana para
derrocar a Saddam Hussein del gobierno de Bagdad destruiría la
coalición antiterrorista que se formó a partir del 11 de
septiembre. En la advertencia más dura que hizo Rusia desde que
el presidente Vladimir Putin se alineó sin reticencias detrás
de la guerra contra los terroristas con base en Afganistán, un
alto funcionario de la Cancillería rusa dijo que Moscú estaba
categóricamente en desacuerdo a un ataque militar contra
Irak.
Putin, en una entrevista publicada a principios de semana, criticó
hablar de ataques contra Irak, un aliado tradicional de Rusia y uno de
sus grandes deudores: le debe más de 7 billones de dólares.
Un asistente del secretario de Estado norteamericano, John Wolf, ha estado
en Moscú durante los dos días pasados para conversar sobre
Irak. Evidentemente, el tema fueron las sanciones de la ONU contra Irak,
pero parece que Wolf estaba sondeando a Rusia sobre una posible ampliación
de la guerra hacia Irak. En declaraciones a la nueva agencia Interfax
después de la reunión con Wolf, Sergei Ordzhonikidze, un
asistente del canciller ruso, reiteró que cualquier bombardeo norteamericano
o británico contra Irak sería considerado ilegítimo
por Moscú. Y advirtió que el apoyo incondicional de Moscú
al presidente Bush en su guerra contra el terrorismo terminaría
si Irak es atacado, ya que no existe evidencia de que haya intervenido
en los ataques suicidas contra las ciudades estadounidenses el 11 de septiembre.
Los aliados europeos de la OTAN estuvieron de acuerdo con Rusia.
Mientras tanto, Putin está preparando una visita previa a
Navidad a Gran Bretaña para reunirse con Tony Blair y establecer
un grupo operativo contra el terrorismo. Dicho equipo incluiría
funcionarios de defensa, inteligencia y diplomáticos y pasaría
a formar parte de la creciente red de enlaces entre Estados Unidos, la
Unión Europea y su ex rival estratégico, decidido nuevamente
a convertirse en un jugador principal. Putin y su esposa recibirán
un tratamiento especial durante las 24 horas que pasarán junto
al matrimonio Blair en el refugio del primer ministro, Chequers, en Chilterns,
al norte de Londres, en lo que será su cuarto encuentro del año.
SOFOCARON
LA REBELION DE AL-QAIDA
Osama sin otra hueste
Las fuerzas de seguridad paquistaníes
y los combatientes tribales en el remoto noroeste del país dijeron
que anoche habían recapturado o matado a todos salvo unos pocos
de un ómnibus cargado de combatientes de Al-Qaida que escaparon
el miércoles después de haber vencido a sus guardias. Durante
la fuga, 17 personas murieron durante el choque del ómnibus y la
lucha que tuvo lugar. El incidente enfatizó la amenaza que todavía
plantean las huestes de Osama bin Laden.
Mientras, los agentes del servicio secreto paquistaní lograron
un importante éxito para la alianza liderada por Estados Unidos
cuando capturaron a un alto funcionario de la derrocada administración
talibana en Afganistán. Un reportero de Reuters en la ciudad de
Chaman vio que agentes vestidos de civil se llevaban a Aminullah Amin,
que solía ser jefe de seguridad de la frontera sur afgana y de
la vecina ciudad de Spin Boldak, el miércoles. Amin era el primer
talibán de alto rango arrestado desde que el movimiento de línea
dura islámico fuera derrocado por Estados Unidos y sus oponentes
afganos. Pero hasta anoche no había todavía rastros ni de
el jefe talibán, el molá Omar, o el jefe de Al-Qaida, Bin
Laden.
El domingo, los últimos guerrilleros fueron sacados de su fortaleza
de Tora Bora en el este de Afganistán por una alianza de señores
de la guerra pashtunes, apoyados por la potencia aérea de Estados
Unidos. Las fuerzas de seguridad paquistaníes han estado buscando
sobrevivientes desde entonces. Ayer, las fuentes locales dijeron que una
fuerza tribal ad hoc se unió a la cacería. Anoche 29 habían
sido recapturados.
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