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RODRIGUEZ SAA SERA PRESIDENTE Y HABRA ELECCIONES EL 3 DE MARZO
La paz que anticipa una gran batalla

El gobernador puntano jurará hoy.
Su designación y el llamado a elecciones contemplan los intereses de todo el PJ. Al mismo tiempo se detona una interna feroz y acelerada, agravada porque toda la oposición objeta el sistema electoral
que proponen los peronistas.

Ramón Puerta lee el comunicado que unge a Rodríguez Saá como presidente hasta marzo de 2002.

Por Diego Schurman y Felipe Yapur

La nominación de Adolfo Rodríguez Saá para presidir interinamente la Nación no trajo alivio. Por el contrario, forjó un nuevo escenario donde, en medio de la desesperación social, prevalecerán la disputas políticas. Por un lado, porque el gobernador de San Luis acordó convocar a elecciones generales para el 3 de marzo, lo que indefectiblemente acelerará la voraz interna justicialista. Pero, además, porque ese llamado, y el anuncio de comicios bajo el sistema de ley de lemas, ya despertó el rechazo del arco opositor.
Rodríguez Saá, que será ungido presidente hoy por la Asamblea Legislativa, es apenas una de las patas del ambicioso proyecto de poder del peronismo. Su nombramiento no conformó por sí solo, sino más bien por ponderar, en mayor o menor medida, los objetivos de todo el espectro partidario.
Sació el deseo de Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota, Carlos Reutemann y Néstor Kirchner de “legitimar” con el voto popular a quien complete el mandato hasta el 2003. Sació el suyo propio de tomar las riendas del país, corporizando el crecimiento del Frente Federal, donde se nuclean las 11 provincias chicas del PJ, entre ellas la suya. Y, si se quiere, sació también el de Carlos Menem, quien si bien no logró recuperar el poder como para presentarse a competir no resignará su sueño de pelear en el 2003.
En una jornada donde persistieron los disturbios y episodios de saqueos, la foto de los 14 gobernadores del PJ anunciando las medidas se proyectó como una imagen de fortaleza, decisión y rapidez, sobre todo porque la mañana los encontró con tantas propuestas y candidatos como estrellas en una noche despejada. La vocación de poder, sin duda, todo lo puede.
Sin embargo, la comunión sólo quedó reflejada en la instantánea. Por lo bajo, comenzó una cruenta disputa por tomar el mando. Ramón Puerta, el presidente en ejercicio hasta esta tarde, fue la primer víctima. Tenía la adhesión de la mayoría de los gobernadores y legisladores para hacer la transición. Pero el misionero quería, como mínimo, prolongar su mandato hasta el 2003. De otra forma, su rol se reduciría a hacer el “trabajo sucio” de la transición, con el costo político que esto implicaría.
Hubo otra versión del reemplazo de Puerta por Rodríguez Saá. El misionero sería el partenaire de Ruckauf en la fórmula presidencial. Fue una de las especulaciones que se echaron a rodar. No fue la única. También se habló de un acuerdo entre los gobernadores bonaerense y cordobés para presentar dos sublemas. Uno Ruckauf–De la Sota. El otro De la Sota-Ruckauf. Creer o reventar.
Kirchner decía ser número puesto como candidato a presidente por el Frente Federal. Nunca ocultó sus deseos. Aunque el propio Rodríguez Saá podría pelear por representar a ese nucleamiento. Para ello suele vanagloriarse por las finanzas de su provincias, a la que, a fuerza de reelecciones, maneja hace 18 años. De todos modos, el silencio reinará por un par de días, hasta que se conozca el resultado del paquete económico que anunciará el puntano en vísperas de las fiestas navideñas.
Las primeras señales apuntan especialmente a la clase media, la que al son de los cacerolazos aceleró la despedida de Fernando de la Rúa. Se mantendrá la convertibilidad –la devaluación, aparentemente, será una tarea que se dejará en manos de quien asuma en el 2002– y se permitirá el retiro de los sueldos y jubilaciones de los bancos (quizás con algún tope para los sueldos altos), poniendo fin a lo que se dio en llamar el “corralito”. También habrá un “sinceramiento” con una declaración del default.
Habrá también guiños a los desocupados a través de un plan de seguro de empleo para jefes y jefas de familia. Y para que haya circulante en la calle se habilitarán bonos para el pago de sueldos estatales en todo el país (ver página 7). Durante la inauguración del aeropuerto de Merlo, Rodríguez Saá había dicho el jueves que renegociará el pago de la deuda externa para poder cumplir primero con la deuda interna. Con la banda en el pecho y el bastón en la mano habrá que ver si no fue solamente una promesa de campaña.
El compromiso asumido ayer por todos sus pares del PJ fue la de “acompañar” todas las medidas que se tomen en la transición. La reacción en bloque también será para defender el llamado a elecciones a través del sistema de ley de lemas.
Para ello habrá que realizar una modificación de la actual ley. Hace tiempo que el diputado cordobés Eduardo Di Cola presentó un proyecto en ese sentido. El emisario de De la Sota, que ayer lucía exultante en los pasillos del Congreso, siempre resaltó las ventajas de evitar las internas partidarias.
Imponer la ley de Lemas será arduo para el flamante oficialismo. El radicalismo, Alternativa para una República de Iguales (ARI) y los partidos provinciales cuestionaron el sistema. El propio Eduardo Duhalde había señalado su temor de que por la dispersión de votos –al haber más de un candidato por partido– alguien se convirtiese en presidente con apenas el 15 por ciento de los sufragios, una posibilidad que ofrece la ley de lemas.
Sea con uno y otro sistema, pocos abordaron ayer el otro riesgo de sufragar en medio de semejante crisis: que el voto bronca supere los últimos niveles, por cierto históricos. Como contrapartida sostenían que siempre era mejor un presidente elegido por la gente que uno elegido únicamente por una Asamblea Legislativa, que conforman los senadores, diputados y gobernadores.
No obstante, ni la aritmética ni los obstáculos que anoche comenzaban a poner los principales referentes de la oposición ni mucho menos las saqueos que seguían sin extinguirse lograron crispar el semblante de los justicialistas. La alegría parecía infinita.

 

Todo lo que usted quiere preguntar

Por I. H.

1 ¿Cuándo hay elecciones?

Serán el domingo 3 de marzo y las convocará el presidente interino de la Nación, cargo en el que será designado hoy por la Asamblea Legislativa Adolfo Rodríguez Saá. Hay juristas, como Gregorio Badeni, que sostienen que es inconstitucional que esa Asamblea fije la fecha de los comicios.

2 ¿Qué se vota?

Se elegirán Presidente y vicepresidente de la Nación. La composición de la Cámara de Diputados y de la de Senadores se mantiene intacta.

3 ¿Cuánto dura el Presidente?

El presidente electo cumplirá los dos años de mandato que dejó sin completar el gobierno de Fernando de la Rúa. Así, su gestión durará hasta el 9 de diciembre de 2003. Si quiere, puede postularse para ser reelecto.

4 ¿Qué es la Ley de Lemas?

Es un sistema electoral que el PJ quiere imponer para realizar los comicios de marzo. Se caracteriza por dar la posibilidad de que cada partido o alianza (lema) presente varios candidatos (sublemas) a la vez. El que resulte más votado sumará los sufragios obtenidos por los demás postulantes de la misma fuerza. Así se resuelven en un mismo comicio las internas partidarias y la elección presidencial. Hasta ahora, lo aplicaron algunas provincias. Para que sea utilizado a nivel nacional será necesario modificar la Ley Electoral. El constitucionalista Daniel Sabsay cuestiona que con esta norma puede ganar la elección alguien con escasa legitimidad, incluso no necesariamente gana el que haya obtenido más votos. Además, dice, “siempre me opuse a este sistema porque desmembra a los partidos y genera falta de coherencia en la política del Ejecutivo y del Poder Legislativo”.

5 ¿Puede haber ballottage?

La Constitución establece que hay ballottage cuando la fórmula más votada no alcanza el 45 por ciento de los votos o el 40 por ciento con una diferencia de 10 puntos por sobre la segunda fórmula. Aún con la aplicación de la Ley de Lemas habrá segunda vuelta, entre las dos fórmulas más votadas, si ningún lema alcanza los porcentajes establecidos. “El único aspecto que podría ser ilegal es que el artículo de la Constitución alusivo al ballottage habla de las “fórmulas más votadas”, que no es lo que ocurre con el sistema de lemas, donde se suman los votos de los sublemas al lema ganador”, dice Sabsay. Algo similar dice Badeni, al señalar que la Ley de Lemas es “inviable en el orden nacional” y requeriría “reformar la Constitución en la parte pertinente a la elección presidencial”.

 

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