Por F.Y. y D.S.
Si no hay inconvenientes.
Si mis colegas gobernadores no ponen reparos. Quiero decirles que estoy
dispuesto a hacerme cargo de la presidencia durante este período
de transición, dijo con cierto tono heroico Adolfo
Rodríguez Saá. Luego se le escapó una leve sonrisa
fruto del seguro visto bueno del resto de los mandatarios justicialistas.
No se equivocó. Pero su designación y la convocatoria a
elecciones para marzo próximo fue, en realidad, la única
alternativa viable para destrabar la intrincada interna justicialista.
De todas formas, oficialmente dijeron que el país necesita un sucesor
de Fernando de la Rúa elegido por el voto popular.
La definición de cómo, quién y por cuánto
tiempo sería el nuevo presidente comenzó a desarrollarse
cuando todavía De la Rúa no había oficializado su
renuncia. Mientras las calles porteñas eran vaciadas a fuerza de
un feroz represión, los justicialistas sabían que debían
definir en cuestión de horas lo que deberían resolver en
por lo menos en seis meses.
El Frente Federal Solidario (FFS) el espacio donde confluyen los
gobernadores de las denominadas provincias chicas quería
imponer un hombre suyo en el sillón presidencial. Ya habían
conseguido desplazar a Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe en la lucha
por la conducción del Consejo Federal de Inversiones (CFI) y de
la presidencia provisional del Senado. Esto los envalentonó. La
idea era imponer a Ramón Puerta como el hombre que completaría
el mandato abandonado cumpliendo a rajatabla la ley de acefalía.
El misionero estaba de acuerdo, pero siempre y cuando contara con el apoyo
de los diferentes sectores internos del PJ. Pero, además, exigía
un acuerdo parlamentario con el resto de los partidos políticos.
Las condiciones impuestas por Puerta sonaron sospechosamente excesivas
como para conseguir la comunión de sectores tan diferentes. Sin
embargo, uno de los más decididos a intentarlo fue el salteño
Juan Carlos Romero. El Frente Federal es un bloque y podrá
imponerse a las provincias grandes, aseguró uno de los principales
colaboradores del gobernador de Salta, confiado de que el santacruceño
Néstor Kirchner abandonaría su idea de apoyar la convocatoria
electoral.
Pero cuando los 14 gobernadores justicialistas se sentaron alrededor de
la gran mesa del Salón Gris del Senado otro era el panorama interno.
Pocos minutos antes se había producido dos reuniones cruciales.
La primera fue entre el senador Eduardo Duhalde y el gobernador Carlos
Ruckauf, quien terminó de convencer al legislador sobre la necesidad
de una elección presidencial en el menor plazo posible. Lo
dicen las encuestas, aseguraban los ruckaufistas, conocedores de
la afinidad del senador por los sondeos de opinión.
La segunda reunión se concretó en el despacho del senador
cordobés Juan Carlos Maqueda. Allí se encontraron Ruckauf,
José Manuel De la Sota y Carlos Reutemann. La consigna fue hablar
con la verdad, sin especulaciones. Los dos primeros reconocieron sus apetencias
por la presidencia y coincidieron que la única forma de resolverlo
era mediante una elección con ley de lemas. Un tema más
trataron: le comunicaron al Lole que los dos integrarían la fórmula
presidencial de dos sublemas: Ruckauf-De la Sota y De la Sota-Ruckauf.
El santafesino, más moderado, prefirió acompañarlos
en la aventura porque como había dicho antes creía
que no era el momento para resolver una interna pero que acataría
la decisión de la mayoría. Y fue así. Acordaron que
los que pierdan en las elecciones del 3 de marzo se pondrán a disposición
del triunfador. Disposición que llegaría hasta la renuncia
de la gobernación para hacerse cargo de un ministerio.
Los tres salieron exultantes hacia el Salón Gris. Vamos a
imponer la elección anticipada y con ley de lemas. Los federales
no podrán resistirse, vociferaban los colaboradores del mandatario
bonaerense. Cuando todos se encontraron, nadie anduvo con rodeos. Ruckauf
primero y De la Sota después, pusieron sobre la mesa la necesidad
de convocar a elecciones en marzo próximo. Y, como para despejar
cualquier duda, se postularon para el cargo. El hombre que debe
cumplir el mandato de De la Rúa debe tener legitimidad. Y eso sólo
se consigue con los votos, coincidieron. Uno de los que acompañó
esta posición fue el menemista Rubén Marín, quien
se sumó sin dudarlo porque le estaba asegurando a su jefe político,
la posibilidad de competir en los comicios del 2003.
Kirchner también apoyó la iniciativa y deslizó la
posibilidad de encabezar uno de los sublemas. El santacruceño está
convencido de que la ley de lemas le permitirá a un representante
del FFS competir con mayores posibilidades contra los gobernadores grandes.
Sus hombres sostienen que no sólo pesará el apoyo del resto
de los miembros del Frente sino que también su gestión en
Santa Cruz: Ellos tienen aparato, pero sus gobiernos dejan mucho
que desear, aseguran los hombres de Kirchner.
Con estas exposiciones ya no había resto para insistir con la elección
del sucesor presidencial por el resto del mandato delarruista. Igual,
el formoseño Gildo Insfrán y el jujeño Eduardo Fellner
lo intentaron. Definida la forma en que se elegirá al nuevo presidente,
los gobernadores más el presidente en ejercicio, Ramón Puerta,
y los legisladores Eduardo Duhalde, Eduardo Camaño, José
Luis Gioja, Humberto Roggero, Juan Carlos Maqueda, Marcelo López
Arias, José Mayans y Oraldo Britos, se abocaron a definir quién
asumiría la presidencia por los siguientes sesenta días.
Fue Puerta el que tiró el nombre de Rodríguez Saa a la mesa.
No era una sorpresa. Desde temprano el gobernador puntano había
realizado declaraciones sobre sus intenciones de ser el hombre de la transición.
Fue por ello que la aceptación sonó a una frase de compromiso.
El apoyo fue unánime. Otro formalismo. El elegido prometió
entregar un programa de gobierno y la nómina de futuros ministros
hoy al mediodía. De todas formas el resto de los mandatarios le
ofrecieron sus mejores hombres para integrar el gabinete.
A renglón seguido redactaron un documento y salieron todos al Salón
de Lectura para anunciar su buena nueva.
Lo que no quedó en claro es si Rodríguez Saa podrá
integrar algunos de los futuros sublemas. Los puntanos creen que sí.
Pero el resto, sobre todo los hombres de las provincias grandes, sostienen
que el Adolfo debe dedicarse a gobernar.
Barra se queda afuera
Mal que le pese, el ex ministro de la Corte y jurista menemista
Rodolfo Barra tendrá que renunciar a su cargo de titular
de la Auditoría General de la Nación (AGN). Es porque
ese organismo, encargado del control externo de las cuentas del
Estado, debe estar conducido por un funcionario de signo político
opuesto al gobierno de turno. Y, desde ayer, el justicialismo es
oficialismo en la Argentina Su sucesor podría ser alguno
de los radicales que está en el cuerpo de auditores, aunque
aún el tema está en veremos. De todos modos, Barra
ya hace alrededor de un mes se encargó de nombrar como auditor
a un hombre de su confianza, Javier Fernández, quien sí
puede permanecer en el cargo.
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Decibe, muy crítica
No es tiempo para cálculos electorales, anunció
la ex ministra de Educación de Carlos Menem, Susana Decibe.
En un mensaje dirigido a sus compañeros de partido, la peronista
les recordó que nosotros, que nos creemos genios de
la política, no sólo no hemos sido capaces de torcer,
en su momento, el rumbo de la política económica que
instrumentó nuestro gobierno sino que todavía no hemos
sido capaces de hacernos cargo de los graves errores que cometimos.
Debiéramos aprender del ejemplo que nos dieron aquellos
que, lejos de arrogarse virtudes especiales y habiendo votado hace
dos años a la Alianza y a De la Rúa, se hicieron cargo
de su responsabilidad y lo forzaron a renunciar junto con Cavallo,
afirmó Decibe.
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Macri en la Rosada
Ahora que el campeonato de fútbol está suspendido,
Mauricio Macri puede dedicar su tiempo a saludar amigos y realizar
gestos políticos. Y más si se trata de un presidente
interino que siempre lo elogió públicamente y hasta
lo tentó para incursionar en la actividad política.
Anoche, pasadas las 22, el empresario y titular del club Boca Juniors
visitó la Casa Rosada para saludar al sucesor de Fernando
de la Rúa. Vine a brindar mi apoyo a Puerta en este
momento tan difícil, dijo a la salida, después
de permanecer una hora en la sede de Balcarce 50. El país
necesita un gran plan nacional que devuelva otra vez una esperanza
a la gente y genere la confianza del pueblo en la dirigencia política,
sostuvo Macri. El gesto del empresario generó varias interpretaciones.
Los periodistas, por ejemplo, le preguntaron si pensaba postularse
a algún cargo, algo que él rápidamente desmintió.
Al final, aclaró que desde el PJ no le habían ofrecido
ningún cargo.
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