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Washington ya empezó a
marcarle la cancha al nuevo gobierno

Bush reclamó al nuevo gobierno �medidas de austeridad� y seguir trabajando en línea con las propuestas del FMI. Apoyo
del Mercosur.

Presidente George W. Bush. Defendió la posición del Fondo.
Para muchos, la crisis argentina es otro fracaso del FMI.

Desde Washington, la advertencia no se hizo esperar. “Espero que el nuevo presidente adopte las medidas necesarias para proteger a los acreedores, incluyendo al FMI, el cual, según entiendo, está dispuesto a prestar más dinero, si se toman las medidas de austeridad”, afirmó ayer el presidente George Bush, buscando fijarle límites al nuevo gobierno. Como es sabido, una de las cuatro medidas que anunciará hoy el presidente provisional Adolfo Rodríguez Saá será declarar abiertamente la cesación de pagos (default) de la deuda, en tanto que las otras tenderán a descomprimir la situación social pagando salarios atrasados en provincias y municipios. Otro dato sugerente fue que el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que la crisis económica se mantiene “circunscripta” a la Argentina y que no hay indicios de contagio hacia otros países, lo que es “un hecho alentador”. La amenaza de un “efecto contagio” de la crisis argentina hacia otros mercados emergentes fue siempre la carta más fuerte que tuvo a mano la administración De la Rúa para solicitar en repetidas oportunidades la ayuda financiera de Washington. Por el contrario, los presidentes de Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia firmaron una declaración conjunta solicitando a los organismos de crédito multilateral “estén listos” para apoyar financieramente a Argentina.
El tercer dato fuerte que cayó del Norte fue una declaración conjunta de los integrantes del Tratado de Libre Comercio para la América del Norte (TLC) –Estados Unidos, Canadá y México–, en la que dejaron en claro que la solución a los problemas en Argentina deberá salir primero de los argentinos. “Confiamos en que todos los argentinos puedan unirse y encuentren una solución que lleve al país hacia el crecimiento y la prosperidad”, dice el comunicado.
En un tono inusual, Bush salió ayer en defensa del FMI, después de que desde distintos ámbitos de la comunidad internacional se asociara la estrepitosa caída de la Convertibilidad y el gobierno de De la Rúa con las políticas acordadas con el Fondo Monetario durante la última década. “El FMI planteó muchas exigencias duras, pero muchas de ellas fueron realistas y muy necesarias en lo que concierne al dinero, y es por eso que el gobierno de la Argentina debe reestructurar su política fiscal y su programa tributario”, sostuvo el presidente norteamericano.
Más aún, justificó que el Fondo haya trabado el desembolso de 1260 millones que Domingo Cavallo esperó hasta último momento, en un intento desesperado por prolongar la agonía. “El FMI afirmó atinadamente que hacían falta reformas”, señaló Bush, haciendo recaer la responsabilidad en la Administración De la Rúa.
Las declaraciones de Bush fueron completadas por el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, quien insistió que “es importante que Argentina trabaje con el FMI para contar con políticas sanas”. En tanto, el vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher, aseguró que “estamos satisfechos con la transición ordenada que se ha hecho hasta ahora”.
Sin embargo, eludió la respuesta cuando un periodista, en rueda de prensa, le recordó que, más allá de las frases de ocasión, Washington no parecía muy predispuesto a poner “cash” en Argentina. “Trabajaremos con otra gente de la comunidad internacional para apoyar una solución que pueda llevar al país de regreso a un crecimiento sostenible y la prosperidad”, se limitó a contestar.
En cambio, quienes pidieron abiertamente apoyo financiero de la comunidad internacional para Argentina fueron los vecinos del Mercosur más Chile y Bolivia. “Los organismos internacionales tienen que estar listos” para asistir a la Argentina una vez que su gobierno tenga dispuesto un nuevo programa económico”, señalaron los mandatarios.

 


 

ALIVIO EN RUSIA POR NO HABER ESCUCHADO A CAVALLO
En las tapas de todo el mundo

Si anteayer la noticia en todo el mundo era Argentina, ayer fue noticia por partida doble. Noticieros norteamericanos y franceses, por nombrar dos países, hicieron transmisiones en directo de la jornada de la Asamblea Legislativa. Los medios gráficos, además de varias crónicas, dedicaron extensos editoriales donde el FMI, la ineptitud de De la Rúa y la tozudez de Cavallo se repartieron en dosis iguales. En cuanto a las reacciones oficiales, las más destacables fueron la de los países latinoamericanos y de España. La cumbre del Mercosur en Montevideo emitió una declaración conjunta en la que exhorta a “las instituciones financieras internacionales” a colaborar con Argentina. El presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso dijo: “Estoy dispuesto a hablar con Bush, con el FMI, con quien sea, porque creo que Argentina necesita y se merece el apoyo de Brasil”, dijo Cardoso, en entrevista a la red televisiva Globo. En Rusia y Ecuador hubo un alivio por no haber seguido los consejos que en su momento Cavallo dio en estos países.
El pedido se escuchó en Estados Unidos. Lo cual no quiere decir que la respuesta haya sido positiva. “La crisis de Argentina parece ser un caso aislado y sin riesgo de contagio hacia otros países del continente”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. De esta manera, Estados Unidos descartó cualquier indicio de un salvataje como el que ocurrió con México, Rusia o Turquía. De paso, el Departamento de Estado norteamericano aconsejó en un comunicado “postergar los viajes a Argentina y esperar a que mejore la inestable situación” actual. También recomienda a los estadounidenses que ya se encuentran aquí que eviten participar en manifestaciones.
En Francia, casi haciéndose eco de las numerosas críticas de la prensa local hacia el FMI cuando a De la Rúa todavía le quedaban algunas horas como presidente, el canciller Hubert Védrine abogó por un “diálogo renovado y constructivo” entre Argentina y el FMI porque “ha ocurrido una cadena de errores políticos y económicos, no solo de los argentinos, sino también de instituciones financieras internacionales o exigencias que han sido excesivas o en el momento equivocado”. Védrine estimó que “no hay razones esenciales por las que Argentina no pueda regresar al equilibrio”.
Pedro Pablo Kuczynski, ministro de Economía de Perú y admirador confeso de Domingo Cavallo, se sumó a las diatribas: “El Fondo tiene parte de culpa de esto porque no dio el campanazo a tiempo y luego se puso muy duro cuando las cosas estaban sumamente difíciles”.
Además de la reacción del Mercosur, el canciller venezolano Luis Alfonso Dávila dijo que “anoche solicitamos a Chile, que tiene la secretaría protempore del Grupo de Río, una manifestación sobre la situación de Argentina. Venezuela como país del G-15 lo que hemos hecho es propiciar que el referido grupo analice la situación y proponga alternativas”, dijo Dávila. Venezuela también planteará el tema en la OEA.
En medio de tanta preocupación, también hubo alivio. Los medios rusos, por ejemplo, pusieron en primer plano las noticias sobre la lejana argentina en recuerdo a los malogrados consejos dados por el mismísimo Cavallo en agosto de 1998 para salir de la crisis económica del país. “Ahora vemos que se cometió una locura en aquel momento: primero Rusia tuvo que sufrir la terapia de choque y después querían que probara la variante latinoamericana”, dijo Nikolái Petrov, director del Instituto de Problemas del Mercado. El diario Nezavisímaya Gazeta dijo que “la crisis argentina es la primera advertencia para Rusia” y que hay que tomar medidas urgentes para que no se vuelva a repetir el “verano negro de 1998”. En Ecuador, el diario El Tiempo de Cuenca dijo que ha sido bueno no seguir los consejos de Cavallo durante la crisis de su país hace dos años y que ahora, dada la situación no demasiado estable de un país dolarizado.

 

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