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Por Pedro Lipcovich
 Hay desabastecimiento de medicamentos,
denunciaron los farmacéuticos y advirtieron que, por esta razón,
darán prioridad a la atención de emergencias. Desde ayer,
las droguerías empezaron a entregar sólo parte de los que
les piden, lo cual tendrá efectos a brevísimo plazo ya que
las farmacias no suelen contar con stock y se aprovisionan más
de una vez por día. El presidente de la Confederación Farmacéutica
Argentina acusó a droguerías y laboratorios de “especular
ante lo que pueda pasar con la relación peso-dólar”
y reveló que muchas farmacias ya sólo pueden atender recetas
de urgencia. Para las cámaras de laboratorios nacionales, en cambio,
“el abastecimiento es normal”. Mientras arrecian versiones de
posibles aumentos, un directivo farmacéutico solicitó “que
el Estado fije precios máximos para los medicamentos y garantice
su provisión”. El consumo de remedios cayó un 30 por
ciento sólo en lo que va del mes y la atención de recetas
del PAMI sigue cortada.
“Farmacias en emergencia”, se titula el comunicado suscripto
por la Confederación Farmacéutica Argentina, la Federación
Argentina de Cámaras de Farmacias y la Asociación de Farmacias
Mutuales y Sindicales de la República Argentina, y dice: “Informamos
a las obras sociales, prepagas y a la opinión pública que,
debido a la falta de aprovisionamiento de medicamentos, las farmacias
se ven obligadas a priorizar la atención de emergencias. Esta medida
se mantendrá hasta la normalización de las reposiciones
diarias que cada droguería realiza a las farmacias”.
Daniel Alvarado, presidente de la Confederación Farmacéutica
Argentina (COFA), explicó a este diario que “hoy (por ayer)
a la mañana, las droguerías empezaron a limitarnos los pedidos:
a una farmacia que pide 50 productos, le mandan 20; si pedimos tres envases
de antibióticos, nos mandan uno. Es un virtual desabastecimiento.
Por eso, estamos sugiriendo a las farmacias que hagan atención
de emergencia, que se limiten a entregar lo que sea urgente o imprescindible”.
Según el titular de la COFA, “las droguerías empezaron
aduciendo que el Estado no les garantiza seguridad y que les saquearon
camiones, pero vemos que hay una especulación ante lo que pueda
pasar con la relación pesodólar”. Alvarado precisó
que “en Rosario, Chaco, Córdoba, Entre Ríos y muchas
zonas del interior y conurbano bonaerense, las farmacias ya se han visto
obligadas a atender sólo recetas de urgencia y, por seguridad,
sólo por la ventanita”. El dirigente destacó que “la
mayoría de las droguerías, y desde ya las principales, están
haciendo esto, y si lo hacen es, también, porque los laboratorios
no les están entregando normalmente, ya que ellas son intermediarias”.
Roberto Bruno, vocero de CILFA –cámara que agrupa a los laboratorios
nacionales más grandes–, contestó a este diario que
“por parte de nuestros asociados, no hay problemas de abastecimiento”.
También una fuente de Cooperala –que reúne a laboratorios
nacionales de menor tamaño– sostuvo que “la provisión
de medicamentos es absolutamente normal; no puedo creer que ningún
laboratorio de nuestra cámara esté especulando con esto”.
Las droguerías prefirieron el silencio.
El clima ayer entre los farmacéuticos era el de un probable aumento
de precios. Según Alvarado, “circulan nuevas listas de precios
con aumentos que estamos tratando de verificar”. Gustavo Dodera Martínez,
consejero titular del Colegio de Farmacéuticos bonaerense, dijo
que “hoy (por ayer) empezaron a subir los precios de productos de
venta libre”. Varios farmacéuticos señalaron un 25
por ciento de aumento en las aspirinas de Bayer: el gerente de relaciones
públicas de esa empresa, Luciano Viglione, lo admitió pero
sostuvo que “no repercute en el precio final porque a la droguería
se le hace una bonificación por el mismo importe”, de modo
que el aumento sólo obedecería “a razones contables
internas de Bayer”.
Siempre en cuanto a la posibilidad de aumentos, una fuente ligada a laboratorios
nacionales admitió que “las drogas madres de los medicamentosvienen
del exterior, y su precio se vería afectado por una devaluación
del peso”. Así las cosas, Dodera Martínez solicitó
“que el Estado fije precios máximos para los medicamentos.
Es necesario que el Estado controle los precios y obligue a laboratorios
y droguerías a garantizar la provisión”.
Según datos de CILFA, la compra de medicamentos cayó un
30 por ciento sólo en diciembre, y el 40,5 por ciento a partir
de julio. Y, entretanto, la Asociación de Farmacias Mutuales y
Sindicales continúa con el corte de servicios al PAMI que inició
el martes “por falta de pago a partir de julio”.
EN
VISPERAS DE NAVIDAD, LAS VENTAS CAYERON UN 70 POR CIENTO
“Un desodorante, regalo por excelencia”
“Es como un día
común, ni se nota que estamos en vísperas de Navidad”,
comenta desanimada Esther, dueña de un local de ropa de vestir
masculina de la calle Florida. “Cualquiera lo ve, los negocios están
vacíos. La gente tiene miedo a todo, ahora a una devaluación”,
agrega su socio Néstor. La noche del 24 promete mostrar a los arbolitos
de Navidad más flacos que nunca. Es que la interminable recesión,
las últimas medidas económicas y el caos de los últimos
días han producido una caída de entre el 60 y 65 por ciento
en las ventas de comercios mayoristas, según lo estimado por directivos
de la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias (CAME). Además,
una proyección hecha por la entidad indica para todo el mes una
disminución del 70 por ciento en las ventas de los minoristas de
todo el país.
La ansiedad de chicos y grandes porque llegue la Nochebuena no será
la misma este año. En la mayoría de los hogares se verán
menos regalos que nunca. Desde el 3 de este mes, día en que suele
comenzar la promoción de productos navideños y que esta
vez coincidió con el plan candado del entonces ministro Cavallo,
las ventas promedio cayeron a menos de la mitad respecto a diciembre de
2000. “No hay demanda. Los minoristas no venden y eso repercute en
los mayoristas, que marcan la tendencia para todo el mes: una caída
en las ventas superior al 60 por ciento”, afirmó a Página/12
Vicente Lourenzo, vicepresidente de CAME. El empresario agregó
indignado: “Nunca las ventas cayeron tanto, incluyendo la época
de la hiperinflación. Encima, la falta de efectivo a causa de la
bancarización hace que la gente compre todavía menos”.
Los datos relevados por la gente de CAME reflejan la desazón de
los comerciantes. Perla, dueña de una perfumería del microcento,
comentó: “Las ventas fueron y son un horror igual que el país.
Encima, éste fue el peor mes del año, la actividad cayó
a la mitad. A pesar de las promociones, la gente sólo lleva los
artículos de primera necesidad como shampoo, desodorante y jabón
de tocador, y no los suntuarios. Los desodorantes pasaron a ser los regalos
navideños por excelencia”. Fabián, encargado de un
local de productos alimenticios especiales para estas fiestas, aseguró
que “hasta las medidas de Cavallo, estábamos vendiendo un
10 o 15 por ciento menos que el año pasado, pero ahora tocamos
fondo. Para colmo, estos días tuvimos que cerrar por los saqueos,
justo cuando se supone que la gente compra más”.
Para fin de año, los sectores más golpeados serán
los de indumentaria y calzado y bijouterie, que habrán vendido
tan sólo el 30 por ciento de lo comercializado el año pasado;
mientras que los negocios dedicados a la venta de alimentos navideños,
como pan dulce y sidra, serán los menos perjudicados, ya que verán
disminuir sus ventas en un modesto 25 por ciento, aproximadamente. “La
caída es más grave aún si tenemos en cuenta que este
año los precios de muchos productos han bajado hasta un 30 por
ciento e incluso así no se venden”, comentó Lourenzo.
Sin embargo, hay quienes se las ingenian para zafar de la tendencia. Elsa,
encargada de un negocio de indumentaria femenina del centro porteño,
confesó a este diario que después de las medidas “implementamos
estrategias basadas en la atención al cliente”. “No sólo
aceptamos todo tipo de tarjetas sino que además llevamos la ropa
a la casa del cliente. Hacemos lo que nos pida”, se sinceró.
La Cámara Argentina del Juguete, en colaboración con dueños
de comercios de la Capital, brindó datos previos de un estudio
cuyos resultados estarán la semana próxima, que estiman
una caída de ventas de entre el 40 y 50 por ciento en relación
al año pasado, en el que la actividad había disminuido ya
un 15 por ciento.
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