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HOY EMPEZARA OFICIALMENTE LA ERA POSTALIBAN DE AFGANISTAN
Así en Kabul como en Buenos Aires

Hoy en la capital afgana asumirá el nuevo gobierno provisional, compuesto por antiguos y feroces rivales, ahora unidos por el dinero que vendrá. Los nuevos líderes afganos quieren limitar
la acción de las tropas de la ONU.

Niños afganos aplauden la llegada norteamericana de ayuda para el orfanato �Allaudin�, en Kabul.

Por Rory Carroll *
Desde Kabul

La última vez que estos grupos rivales se reunieron en Kabul, la ciudad se desmoronó y sangró. Se trató de hombres ambiciosos no pudieron llegar a un acuerdo en cómo compartirla, de manera que la destruyeron, bloque a bloque, e hicieron lo mismo con el país, provincia por provincia. Han pasado nueve años y hoy éstos, los señores de la guerra, regresarán, algo más canosos, más calvos, a una ciudad dispuesta a perdonarlos si están dispuestos a comprometerse con hacer todo de otra manera. Si todo va de acuerdo con lo planeado, hoy jurará un nuevo gobierno y llegará la paz a Afganistán. Hay cientos de razones por las que la administración de poder compartido patrocinada por la ONU podría fracasar, pero nunca en una generación los augurios prometieron tanto.
Kabul está aturdida, pero se atreve a creer que con la ceremonia de hoy comenzará la monumental tarea de reconstruir la nación. Hamid Karzai, un líder tribal pashtún, se convertirá en el jefe de un gobierno interino que llenará el vacío postalibán durante seis meses, hasta que se acuerde en un gobierno de transición que conducirá a elecciones dos años más tarde. Compartiendo la mesa del gabinete interino estarán los tajikos, los uzbekos y los hazaras de la Alianza del Norte, grupos pashtunes leales al rey depuesto en 1973 y expatriados que envejecieron en el exilio. Es una mezcla alquímica, y la historia no está del lado de una tierra llena de tumbas y minas. Pero por el momento al mundo le importa. Dinero, diplomáticos y fuerzas de paz están apoyando el experimento.
Los delegados invitados a la inauguración serán escoltados desde la base aérea de Bagram a Kabul por varias docenas de marinos británicos, la vanguardia de una poderosa fuerza multinacional de 3000 a 5000 hombres que se quedarían por lo menos por varios meses. Las embajadas se están abriendo día por medio mientras los gobiernos olfatean la estabilidad y la oportunidad para los negocios. “Sólo podemos trabajar si tenemos un socio”, dijo el enviado especial de Estados Unidos, James Dobbins. “Para hoy, ese socio existirá”.
El optimismo se evaporará si la coalición de Karzai se cae a pedazos. Ninguna facción está totalmente contenta. La Alianza del Norte, cuyas tropas tomaron Kabul cuando los talibanes huyeron, firmó aceptando el gobierno interino en un trato acordado en Bonn el 5 de diciembre. Ha evitado repetir sus atrocidades de 1992, cuando los líderes mujaidines luchaban entre sí por Kabul, después de derrocar a los comunistas, una matanza que acabó con 50.000 personas antes que llegaran los talibanes cuatro años después. Han hablado suavemente de compartir el poder con los pashtunes, el grupo étnico dominante. Pero la vieja guardia de la Alianza del Norte, conducida por Burhanuddin Rabbani, ha sido excluida de los puestos y puede muy bien sabotear el trato.
El poderoso triunvirato de la nueva guardia, Abdulá Abdulá, Mohammad Fahim y Yunis Qanuni, tomaron los ministerios de Relaciones Exteriores, Defensa e Interior, respectivamente. Kabul está empapelada con imágenes del mentor de la Alianza, el asesinado Ahmad Shah Massud. El triunvirato rechaza la fuerza internacional de paz y los analistas cuestionan la sinceridad de su apoyo a Karzai, de 46 años, que regresó de su exilio en Estados Unidos ante las sospechas de que es un títere de Washington. Karzai, que encabeza la tribu pashtún popalzai, habla inglés con toda fluidez y está apoyado por Occidente. “Somos una nación, una cultura. Estamos unidos y no divididos. Todos creemos en el Islam pero en un Islam de tolerancia”, dice. Hombres y jóvenes ayer pusieron flores artificiales a lo largo de la ruta a su palacio. “Nunca oí hablar de él hasta el mes pasado, pero creo que puede mantener la paz”, dice Said Yaqub de 43 años.
El mentor de Karzai, el exiliado rey Zahir Shah de 87 años, debe regresar en la primavera para la Loya Jirga, una reunión tradicional que elegirá al gobierno de transición. La autoridad interina será un ejerciciode precalentamiento para esa competencia. Hasta Abdul Rashid Dostum, un señor de la guerra uzbeko que se siente rechazado por los acuerdos de Bonn, planea venir hoy, trayendo buenos deseos en lugar de la violación y el pillaje de la última visita que hicieron sus soldados a la ciudad. La destrozada infraestructura de Kabul apenas puede albergar tal flujo de gente, pero las autoridades han hecho lo mejor que han podido. Las pocas habitaciones de hotel con electricidad y agua corriente han sido vaciadas de periodistas. Algunos funcionarios han descartado sus trajes tradicionales por sacos estilo Rock Hudson. Los policías de tránsito se han puesto guantes blancos y hay orden de que no haya armas en las calles como un gesto simbólico de autoridad.
La ceremonia comenzará con la lectura del Corán y luego dará un discurso Lakhdar Brahimi, el representante especial de la ONU para Afganistán, que fue nombrado nuevamente después de renunciar desesperado hace unos años. Su reciente mantra es “esta es su única oportunidad, no la desperdicien”. La moneda afgana aumentó en valor contra el dólar pero el mejor barómetro de confianza pública es la burka. Las flotantes carpas azules todavía cubren a las mujeres y serán descartadas sólo si prospera el gobierno interino, dijo Fakhria Sroush de 29 años, un productor de televisión. Algunos de los delegados de hoy verán a Afganistán por primera vez en décadas. La base aérea de Bagram, una desolación de estropeados aviones MiG y hangares, los preparará para un viaje de una hora a Kabul a través de las planicies de Shomali. Un folleto turístico de 1978, el más reciente en venta, sugiere visitar sus huertos, las granjas y las casas de té. Al año siguiente, los soviéticos la visitaron, seguidos por los mujaidines, los talibanes y las bombas de Estados Unidos.

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

 

7000 presos y 4 países

Las versiones sobre cómo continúa la llamada “guerra contra el terrorismo” siguen fluyendo. Luego del ataque del ejército de Yemen contra supuestos elementos de la organización Al-Qaida, de Osama bin Laden, en su territorio, y de las advertencias de Rusia sobre el hecho de que Estados Unidos aumente la apuesta hacia Irak, los ojos están puestos sobre Somalía, que ya es objeto de vigilancia norteamericana. Pues bien, ayer la policía somalí anunció que arrestó a cuatro iraquíes kurdos y un palestino que están vinculados con la red Al-Qaida. Por otra parte, Estados Unidos entregó ayer al ejército de Filipinas una ayuda militar “que en el futuro podría superar el millón de dólares”, según el encargado de negocios norteamericano en Manila, Paul Caulfield. Las armas entregadas fueron rifles de precisión, camiones militares, morteros y lanzagranadas. En Filipinas se encuentra operando el grupo separatista islámico Abu Sayyaf, que tiene asiduos contactos con Bin Laden.

 

EE.UU. MATO A 65 AFGANOS QUE IBAN EN UN CONVOY
La vuelta de los bombardeos

Un convoy con 65 afganos que iba de Gardez a Khost, camino a la capital Kabul, fue aniquilado por bombardeos de las fuerzas aéreas norteamericanas, pero no quedó claro si las víctimas eran talibanes y seguidores de Osama o si eran antitalibanes que tenían intenciones de participar en la asunción de gobierno interino que se celebra hoy. Los dirigentes de la Alianza del Norte, formación dominante en la nueva administración, manifestaron que quieren restringir la presencia militar extranjera a la mínima expresión, lo que tensa el ya acordado despliegue de las fuerzas internacionales para la paz en Afganistán, con un mandato de seis meses. A este respecto, ayer Alemania decidió unirse al envío de tropas de paz, a pesar de haberse opuesto en un principio a que estén subordinadas al mando norteamericano. El molá Mohammed Omar, jefe de los talibanes, estaría a salvo en Afganistán, según dijo uno de sus antiguos ministros, el molá Abdul Shakour, información que no confirmó Estados Unidos. Lo que sí confirmó fue que, del video prueba de la culpabilidad de Osama bin Laden de los atentados, no se difundirá su traducción completa.
El Pentágono confirmó que el Ejército norteamericano atacó y destruyó un convoy con 65 personas en la localidad afgana de Khost, en el que según su versión, las víctimas eran líderes talibanes y miembros de la red Al- Qaida. Otra versión de la agencia de noticias Afghan Islamic Press señaló que los que viajaban eran líderes tribales pashtunes contrarios a los talibanes, quienes se dirigían a Kabul formar parte de la ceremonia de asunción del nuevo gobierno interino afgano que se celebra hoy. “Varios ancianos, jefes y comandantes, entre ellos el comandante Mohammadi Ibrahim”, habrían sido las víctimas de los bombardeos.
El presidente de la autoridad interina de Kabul, Hamid Karzai, seguramente vaya a necesitar de la presencia militar internacional para no quedar a merced de la Alianza del Norte, que tiene los ministros de Defensa, Interior y Exterior, y que ya anunció su deseo de restringir a la mínima expresión el despliegue militar extranjero. A fin de garantizar la seguridad en Afganistán, Naciones Unidas otorgó esta semana un mandato de seis meses a su presencia militar que lidera Gran Bretaña. Alemania decidió ayer sumarse al envío de tropas de paz a Afganistán con 1200 efectivos, que llegarán en las próximas semanas a Kabul, luego de su reticencia por no querer subordinarse al mando norteamericano. Ayer comenzó un despliegue discreto de fuerzas británicas en Kabul.
El molá Omar, jefe del derrocado régimen talibán estaría a salvo en algún lugar de Afganistán según afirmó un ex ministro, el molá Abdul Shakour. Pero no tenía idea de dónde se encuentra Osama bin Laden, el hombre más buscado por Estados Unidos, inculpado por los atentados del 11 de setiembre. El Departamento de Defensa norteamericano negó que haya intentado ocultar información en su traducción incompleta al inglés del video casero que se divulgó como prueba de la culpabilidad de Bin Laden. La portavoz del Pentágono, Victoria Clarke, dijo que nunca aseguró que la traducción que se publicó fuera completa, sino cuando los traductores no estaban seguros ponían “ininteligible” o no lo traducían, lo que la cadena ABC de televisión señaló como omisiones del Pentágono. Una de esas omisiones es que en las palabras de Bin Laden se escucha que uno de los jeques había llegado a Afganistán con la ayuda de la policía religiosa de Irán.

 

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