Por Romina Calderaro
El presidente tiene que
ser un hombre que genere confianza y ejemplaridad. No hay consenso sobre
la figura de Adolfo Rodríguez Saá. Es preciso que quien
gobierne este país pueda presentar su declaración jurada.
Y cuando haya elecciones, no hay que utilizar la ley de lemas sencillamente
porque es inconstitucional, dijo la diputada Elisa Carrió,
líder de Alternativa por una República de Iguales, cuando
habló en la Asamblea Legislativa. Ella, junto a los legisladores
del Frepaso disidente, los del Frente para el Cambio y los del Polo Social
se abstendrán a la hora de votar al gobernador de San Luis como
presidente por tres meses y tampoco acompañarán la ley de
lemas como sistema para votar en marzo del año próximo,
aunque coincidieron en que debe haber elecciones en esa fecha. El grupo
presentó un plan de emergencia para la transición
que incluye la suspensión del pago de la deuda externa y la creación
de un Seguro de Empleo y Formación para los desocupados.
Carrió es una de las dirigentes con mejor imagen del país.
Sin embargo, ayer pronunció un discurso altamente autocrítico.
Esta es una crisis demasiado profunda como para que no la interpretemos.
En seis años que hace que soy diputada, ésta es la primera
vez que me acusaron en la calle. Hemos fallado. Acá no hay nadie
que se salve, dijo.
Su posición, y la de los legisladores de otras fuerzas de centroizquierda
con los que consensuó una postura en común en la Asamblea,
es abstenerse de votar a Rodríguez Saá en una asamblea
legislativa no se puede votar en contra, no apoyar la ley de lemas
y convocar a elecciones en no más de noventa días. A Rodríguez
Saá, Carrió no lo considera un hombre que transmita la confianza
y ejemplaridad necesarias para construir una nueva República
porque, según sugirió, no cree que sea honesto. La diputada
considera que el hombre que ejerza a la presidencia durante los próximos
tres meses tiene que estar lo suficientemente legitimado porque
a un presidente lo respalda el pueblo o lo respalda el establishment económico.
Carrió cree, junto con el Frepaso disidente, el Frente para el
Cambio y el Polo Social, que en marzo hay que elegir un nuevo presidente.
Pero no a través del ley sistema de lemas, que, aseguró,
es inconstitucional y no garantiza que el candidato más votado
sea el que acceda a la primera magistratura. Mientras tanto, la diputada
cree que hay que implementar una serie de medidas urgentes como armar
urgente una red alimentaria. Lo mismo advirtió la diputada
del Frente para el Cambio, Alicia Castro. Yo creo que hay que sincerar
el default y dejar de pagar a deuda. Implementar un Seguro de Empleo y
Formación, modificar la estructura tributaria para que sea más
progresiva y desdolarizar la economía pesificando las deudas,
dijo a Página/12.
En el plan que consensuaron las fuerzas de centro izquierda también
se hace referencia, entre otras medidas, a la necesidad de impulsar el
juicio político a la totalidad de los miembros de la Corte Suprema
de Justicia, a la derogación de la ley de reforma laboral
que se supone aprobada mediante el pago de sobornos y a promover
una investigación que permita determinar claramente las responsabilidades
penales correspondientes por las muertes producidas los últimos
días.
Respecto del pago de la deuda, Carrió fue más que gráfica.
Si hay que suspender el pago de la deuda, suspendámoslo.
Es como preguntarle a una madre si prefiere darles de comer a sus hijos
o pagarles a sus acreedores. La líder del ARI dijo también
que lo que quiere el establishment es un Presidente débil para
que no pueda hacer frente a los lobbys que, según la diputada,
ya comenzaron. A mi casa, ayer, llamaron banqueros y empresarios,
ejemplificó.
UN
POSIBLE FRENTE DE IZQUIERDA EN MARZO
Rumores de unidad con Zamora
Luis Zamora presidente es la
alternativa que más se barajaba ayer en gran parte de la izquierda,
como estrategia para el caso de que efectivamente haya elecciones en marzo.
No sólo Autodeterminación y Libertad, la agrupación
de Zamora, evaluaba esa posibilidad sino que Izquierda Unida también
sondeaba llegar a un acuerdo y apoyar la candidatura del ahora diputado.
Entre la gente de Zamora no se descartaba otra posibilidad: no participar
del proceso electoral por considerarlo fraudulento. Al mismo tiempo, ni
quienes rodean a Zamora ni los dirigentes de Izquierda Unida parecen dispuestos
a llegar a un acuerdo con el ARI de Elisa Carrió o el Polo Social
del padre Farinello. No hay ningún punto programático
en común con ellos, decían anoche los dos sectores.
Obviamente, en la izquierda todavía no empezaron las negociaciones
y cada una de las fuerzas recién empieza a evaluar los pasos a
seguir.
u La gente de Zamora se mantuvo hasta ahora apartada de los partidos tradicionales
de la izquierda. El criterio fue mantener un rumbo de movimiento y auto-organización,
alejado de las estructuras partidarias del Partido Comunista, el Movimiento
Socialista de los Trabajadores, el Partido Obrero o el Movimiento al Socialismo.
Una fuente zamorista le dijo a este diario que tenemos que repensar
las cosas, porque se trata de una situación distinta. Tenemos la
oportunidad de presentarnos como una alternativa ante millones de personas.
Por un lado es un hecho de que la gente quiere la unidad de la izquierda,
al mismo tiempo creemos que no se debe perder el carácter de movimiento
y no podemos perder de vista que están los que se acercan, incluso
delegados del CTA, atraídos porque no conformamos estructuras al
estilo tradicional. Tenemos que evaluar todo esto, no tenemos nada definido.
u A última hora de anoche, otra fuente ligada a Autodeterminación
y Libertad dijo a este diario que en una reunión realizada al mediodía
se barajó también la posibilidad de no participar del proceso
electoral: Es todo un armado fraudulento de los partidos tradicionales.
u Por el lado de Izquierda Unida tampoco hay resoluciones definitivas.
Recién se empieza a conversar entre el PC y el MST. En principio,
la postura es lograr la unidad de la izquierda para no permitir
que triunfe un candidato del PJ y para revindicar nuestras posiciones
como el no pago de la deuda externa. Tanto en el PC como en el MST
creen que lo más adecuado es lograr un acuerdo con Zamora, al que
apoyarían como candidato. No está claro si proponen un lema
de la izquierda y dos sublemas, uno de Autodeterminación y otro
de IU, o un frente electoral sin sublemas.
u Zamora e IU descartan casi totalmente cualquier acuerdo con Elisa Carrió
o el Polo Social. Si participamos de la campaña tiene que
ser con posiciones nítidamente contrarias al capitalismo globalizante.
Ellos sostienen que hay que humanizar el capitalismo y nosotros estamos
totalmente en contra de esa posición. En IU ejemplificaron:
El Polo está votando todo con el PJ, no hay ninguna posibilidad
de acuerdo.
La ley de lemas podría terminar beneficiando a una unidad de izquierda
que, hasta ahora, nunca se alcanzó.
OPINION
Por Eduardo Aliverti
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Cuidado con el perro
Hay una enseñanza y una advertencia, por sobre todas las
cosas, que dejan los sucesos históricos que vive Argentina.
La pueblada tuvo una magnitud jamás conocida entre nosotros
y es probable que no se tenga verdadera dimensión de lo ocurrido
hasta dentro de bastante tiempo, cuando decante el incendio emotivo
que vive todo el país. Además, tampoco está
clara la evolución que tendrán los acontecimientos
en el cortísimo plazo. El destino y liderazgo institucionales
también son una incógnita. Cierta linealidad analítica,
aprobada por la historia, enseña que el peronismo es una
máquina de poder capaz de lo que sea con tal de ejercerlo.
Pero hoy no está claro al menos eso, no está
claro que agobiados por sus pujas intestinas, conservadores
como son y en medio de una sociedad enardecida, con un aparato productivo
devastado, los peronistas sepan cómo controlar la situación.
Volviendo: todo está todavía demasiado en movimiento
como para tener la paz de detenerse a pensar que la gesta del pueblo
argentino no sólo no reconoce antecedentes respecto de sí
mismo, sino que alguna vez figurará en los libros emparentada
bien que desde la humildad de nuestra condición de
culo del mundo con, por ejemplo, la caída del Muro.
Mientras tanto, lo transparente es que los argentinos impidieron,
por ahora, que la llamada clase política siga
violándolos en masa y así como así. Hay un
subrayado especial en eso de clase política.
En contra de ella salió la gente a la calle. Sin embargo,
a poco que se avance en diseccionar el concepto habrá de
verse que se encierran en él el disparador y la trampa. La
dirigencia política entendida en cualquiera de las
formas de interpretación popular: funcionarios, jueces, legisladores,
burócratas de toda laya fue el blanco de la ira de
las masas. ¿Cuánta distancia hay entre ese significante
y su significado? Los políticos fueron el vehículo
elegido para romper todo, pero como objetivo final del pueblo enardecido
no existen. O no deberían existir. Son sólo los gerentes
de un poder real, el económico, que el enfurecimiento
colectivo no parece identificar como el verdadero enemigo: las privatizadas,
las multi, los megagrupos concentrados que han llegado a levantarse
500 dólares por minuto.
La enseñanza es movilizadora y formidable: no se jode con
la gente tanto como se quiere. El pueblo pone un límite.
Y el argentino lo puso con imaginación y con sangre. No necesariamente
ambas cosas son sinónimo de poder popular para disputar el
poder. A Cavallo y a De la Rúa los tumbaron los ahorristas
y lúmpenes, morochos de barrios bajos y tilingas de Recoleta,
bolicheros de la esquina y fieritas de recitales, periodistas decentes
y comunicadores mercenarios. Los voltearon por ahora la Biblia y
el calefón. Cuidado: si a ese crisol de clases e intereses
no lo sintetiza la conciencia de quién es el enemigo, la
organización para enfrentarlo y la lucha que lo reemplace,
la cosa sigue con el peronismo en el poder sin que finalmente algo
cambie en serio.
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