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DEFENSA RELATIVIZA UN IMPORTANTE ANUNCIO DE JUSTICIA
La primera pulseada en el Gobierno

Justicia anunció que
respetará el principio de �extraditar o juzgar�. Defensa, que repartió planes de empleo entre militares, pone vallas.

Alberto Zuppi, el flamante ministro de Justicia, con larga trayectoria en materia de derechos humanos.

Por Victoria Ginzberg

La mayoría de los organismos de derechos humanos expresaron su optimismo por las designaciones del nuevo gobierno en el área de Justicia y Derechos Humanos. Las trayectorias de Alberto Zuppi y Jorge Taiana otorgaron cierta confianza a quienes esperan revertir las concesiones de Fernando de la Rúa hacia los militares, aunque algunos no abandonaron el escepticismo. El anuncio de que se respetará el principio de “extraditar o juzgar” a los acusados de violar los derechos humanos durante la última dictadura fue bien recibido, pero la medida fue relativizada por el canciller y ministro de Defensa José María Vernet y está siendo “estudiada” por las cúpulas de las Fuerzas Armadas. Otra decisión de este nuevo gobierno, la de otorgar planes Trabajar a los militares, fue unánimemente rechazado.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto y el director ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Víctor Abramovich, coincidieron en apoyar la primera promesa en materia de derechos humanos: la derogación del decreto con el que el ex presidente De la Rúa anticipó que serían rechazados todos los pedidos de extradición de represores argentinos provenientes de tribunales extranjeros. El actual secretario de Justicia, que representa al Estado alemán en un proceso contra el ex general Carlos Guillermo Suárez Mason, anunció públicamente que la medida de la gestión aliancista “es algo que hay que corregir”. Vernet, a cargo del Ministerio de Defensa, no quiso confirmar o rechazar la decisión de Zuppi pero señaló que las Fuerzas Armadas –cuyos jefes fueron confirmados en sus cargos– evaluarán la situación y darán una respuesta al presidente Adolfo Rodríguez Saá. “Las posiciones están todas abiertas. Esto necesita elaboración y negociación. La negociación ha sido realizada y las Fuerzas Armadas y todos los organismos darán su opinión conjunta en el término de 15 días”, aseguró.
Los jefes de Estado Mayor de las tres Fuerzas Armadas pasaron la Navidad en Río Gallegos con Vernet, quien los tranquilizó asegurando que aún no había una decisión tomada respecto a las extradiciones y que se tendría en cuenta la opinión castrense. Los uniformados aún esperan que se mantenga la vigencia del decreto 1581 y que en una situación que les sea adversa intervenga el Congreso. En el Gobierno admiten que se trata de un tema difícil y aspiran a encontrar una solución dialogada.
“No tengo confianza global en este Gobierno y tengo dudas de que se lleve a cabo lo prometido por estas personas. Creo que esto no va a ser muy distinto de lo que hubo hasta ahora”, expresó Osvaldo Barros, de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.
Desde el CELS, Abramovich señaló que “aunque aún no tenemos información oficial, al parecer se estudiará cada caso concreto y se decidirá si existe posibilidad de persecución penal en el país, y si es así, actuará la justicia. Si esto se concreta es un paso sumamente positivo”.
En la práctica, los efectos de la medida impulsada por Zuppi no difieren demasiado de lo que estaba haciendo el gobierno de De la Rúa, que había remitido algunas solicitudes de extradición o de cooperación jurídica a la Justicia argentina. Pero los aliancistas partían de la territorialidad (los delitos ocurridos en el país sólo pueden juzgarse aquí) mientras que el secretario de Justicia acuerda con el principio de jurisdicción internacional en casos de crímenes de lesa humanidad, que habilita la acusación de quienes violan los derechos humanos en cualquier lugar del mundo. Según esta doctrina, si los acusados no son extraditados deben ser juzgados en el país en el que se encuentran.
Abramovich también apoyó la idea de que se modifique la ley de cooperación con estados extranjeros para que sea la justicia la que tenga la última palabra en extradiciones relacionadas con crímenes de lesa humanidad. Carlotto respaldó el juzgamiento de los militares que actuaron durante la dictadura y se mostró conforme con la designación de Taiana como subsecretario de Derechos Humanos, pero aseguró que el pueblo debe estar “vigilante”. “El discurso de Rodríguez Saá nos dejó bienimpresionadas y no voy a subestimar el gesto pero esto no es mérito personal, es del pueblo que salió a la calle y hubo muertos por eso”, expresó.

Los planes Trabajar

El domingo, Vernet anunció que se otorgaron a las Fuerzas Armadas 10 mil planes de trabajo –de 200 pesos pagados en bonos– del Programa Nacional del Empleo. Según lo acordado, el ministerio de Defensa instrumentará la distribución entre los militares y éstos deberán aportar los materiales, insumos y las herramientas de trabajo necesarias.
“Siempre planteamos que los planes sociales tienen que ser usados para generar empleo productivo y no para reservistas del Ejército, como era el planteo que hicieron el año pasado. Eso va en contra de la naturaleza de los planes sociales tal como fueron concebidos. Involucrar a la Fuerzas Armadas en su distribución y logística no se corresponde con el sistema democrático, está vinculado con idea de Fuerzas Armadas como constructoras de la Nación y es sumamente peligroso”, aseguró Abramovich.
El año pasado, el CELS denunció ante el Banco Mundial la pretensión de utilizar fondos de los Planes Sociales –que financiaba el organismo internacional– para pagar a reservistas. El BM rechazó la idea impulsada por el jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni y por el ex ministro Ricardo López Murphy. Para Carlotto, los planes de empleo tienen que ser dirigidos por la sociedad civil y destinados a hacer trabajos para la sociedad civil. “Hay mucha obra para hacer y no hay que mezclar a las Fuerzas Armadas, menos estas Fuerzas Armadas que siguen siendo las mismas”, afirmó.

 

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