Por D. C.
El argentino, la
nueva moneda que convivirá con el peso y el dólar, es la
solución que imagina el Gobierno para resolver los problemas de
liquidez. El secretario de Hacienda, Rodolfo Frigeri, anunció ayer
que próximamente se pagarán salarios con los nuevos billetes,
que también se ofrecerán a los ahorristas para recuperar
su dinero atrapado en el corralito. Pero hay un pequeño inconveniente:
la aparición física de los argentinos llevará
entre tres semanas y un mes de trabajo, después de la sanción
de la ley que convalide su creación. Para salvar este contratiempo,
se resolvió tal como anticipó ayer Página/12
ampliar la emisión de Lecop de manera transitoria. Frigeri trabajó
ayer a marcha forzada, en un clima de histeria e improvisación,
buscando resolver las enormes dificultades con que se topa a cada paso.
Sus principales anuncios fueron los siguientes:
Los plazos fijos van
a mantener su valor, no tendrán ninguna quita porque no se tocará
el tipo de cambio.
Los ahorristas que quieran
retirar todo su dinero de los bancos podrán hacerlo en argentinos.
Se pagará a la paridad que en ese momento tenga la nueva moneda
con el dólar, señaló.
Si ocurriera que en vez
de valer 1, el argentino llegara a cotizarse a 0,80 dólar, entonces
aquel que tiene 10 mil dólares en el banco retirará 12 mil
argentinos, precisó.
Nuestra idea es que dentro
de los próximos 60 días se pagará el cien por ciento
de los salarios en argentinos. Su referencia fue a los sueldos de
estatales, que en enero se pagarían en un 30 por ciento en Lecop,
al igual que el medio aguinaldo. Pero el equipo de Frigeri estudia permitir
a los trabajadores del sector privado extraer sólo hasta 1000 pesos
de su cuenta sueldo, mientras que lo que supere ese monto podrán
sacarlo en argentinos.
Se dejará sin
efecto la reducción del 13 por ciento en las jubilaciones.
Sin embargo, no aclaró con qué moneda se pagarán
esos haberes: pesos o argentinos.
Para levantar el corral
financiero dependemos de que la gente recupere la confianza en el sistema
bancario. Son medidas que nunca deberían haber existido,
se quejó.
El gobierno de Adolfo Rodríguez Saá resolvió esquivar
una devaluación abierta del peso, medida que en algunos sectores
del propio justicialismo se interpreta como la primera acción de
campaña electoral del actual presidente (que a esta altura, ya
son muchos los que también sospechan que se quedará hasta
2003). Es horrible si mañana hay una devaluación.
Sería devastador para quien tiene un crédito (en dólares)
y no lo pueda pagar, sostuvo Frigeri, quien aseguró que los
argentinos servirán para cancelar deudas bancarias. Sin embargo,
el problema para los tenedores de los nuevos billetes frente a la obligación
de saldar deudas financieras sigue siendo el mismo en la medida que se
devalúen contra el peso y el dólar.
En una reunión con una nutrida delegación de banqueros de
ABA y Abappra, Frigeri anticipó ayer que se buscará
alguna solución para los endeudados en dólares, tanto
empresas como particulares. Pero no dio detalles de cómo se instrumentará
el rescate, que si pretende ser generalizado, costaría más
de 20 mil millones de dólares. En ese encuentro, el ex titular
del Banco Provincia también sostuvo que la situación
fiscal es desesperante. En diciembre la recaudación
impositiva está cayendo un 23 por ciento, y en enero tendremos
un déficit fiscal de, por lo menos, 1000 millones de pesos,
confesó.
El ahogo fiscal, sumado a la tensión por la demora en la liberalización
de depósitos, la reaparición de la máquina remarcadora
y la incertidumbre cambiaria reducen dramáticamente el margen de
acción del nuevo equipo económico. Según pudo saber
este diario, la idea de Frigeri es inyectar 15 mil millones de argentinos,
para reemplazar paulatinamente al peso. Enn este proceso, la nueva moneda
sufrirá una inevitable devaluación, pero el Gobierno confía
en que la transición hará las cosas menos traumáticas.
EX
TITULAR DE FINANZAS, ASESOR
Marx vuelve una vez más
Se fue seis días antes
que Domingo Cavallo, pero ya volvió. Se trata de Daniel Marx, ex
secretario de Finanzas de José Luis Machinea y viceministro del
mediterráneo, quien reaparece como asesor de Rodolfo Frigeri en
el manejo de la deuda. Marx es uno de esos economistas que viene participando
en cuestiones clave de la administración desde hace casi dos décadas.
Ahora convocado por el peronismo con el que ya había estado
en la primera etapa de Cavallo en Economía, Marx tiene la
misión de mantener contactos con acreedores del exterior para negociar
la reestructuración de la deuda.
Otros miembros del equipo de Marx, como Gustavo Staforini y Héctor
Rodríguez, permanecen en funciones. Por otra parte, Adolfo Rodríguez
Saá tomó juramento ayer a varios funcionarios que se sumaron
al equipo de Rodolfo Frigeri. Los nuevos funcionarios son: Oscar González,
como secretario de Comunicaciones; Julio César Casavellos, secretario
de Seguridad Social; Marcelo García Salinas Sanabria, secretario
de Transporte; Carlos Magliolo, síndico general de la Nación,
y David Espósito, presidente del Banco de la Nación Argentina.
También asumieron Daniel Meilán, como subsecretario de Minería;
Norberto Bruno, adjunto de la Sigen; Mario Das Neves, director general
de Aduanas, y Daniel Camerón, subsecretario de Energía.
Entre los funcionarios de carrera que trabajan en el Palacio de Hacienda
había ayer indignación por el límite de 3000 pesos
impuesto a los salarios. En su primer discurso como presidente, Rodríguez
Saá anunció que ningún funcionario puede cobrar más
que aquel monto. Yo concursé por un puesto en el que ganaba
unos 6000 pesos. Después me bajaron el sueldo un 13 por ciento
y ahora me lo quieren rebajar a menos de 3000 pesos, se quejó
en diálogo con este diario un funcionario de carrera. Con
este sueldo, no van a conseguir que venga nadie a trabajar en serio,
agregó.
En boca del ex ministro
Domingo Cavallo no sabe por qué lo miran: en un reportaje
emitido ayer por televisión, el ex ministro evitó
asumir la menor responsabilidad por la violenta caída del
gobierno al que servía, dijo que las causas judiciales en
su contra son cosa mía y de mi abogado, no se preocupen,
y hasta opinó sobre las medidas económicas del presidente
interino.
Me parece muy bien que el Presidente esté intentando
crear puestos de trabajo. Espero que pueda financiarlos, dijo
Cavallo, con un dejo de malicia, para pasar a hacer recomendaciones.
Me parece muy importante que se respeten los depósitos
en dólares, que no se devalúe el peso, que la gente
no pierda sus ahorros, que no quiebren los bancos, que las empresas
puedan trabajar. Mientras rehuía las repetidas preguntas
sobre por qué no lanzó un plan reactivador como el
que intenta Adolfo Rodríguez Saá, el ex ministro lanzó
una serie de condiciones para el éxito:
Reestructurar la
deuda totalmente para que renazca la economía y no pierda
el crédito el sector productivo.
Administrar bien
la nueva moneda, con austeridad, para que no se devalúe.
Que no haya emisión descontrolada.
Honrar la convertibilidad:
están todas las reservas. Los acreedores tienen los ojos
puestos en las reservas. El Gobierno decidió bien no atenderlos.
Es esencial que
en el comercio con Brasil se apliquen los mismos aranceles que a
terceras personas. Si no el argentino se va a devaluar como el real
y eso no le conviene a nadie.
En lo personal, Cavallo anunció que escribirá sus
memorias, que no se involucrará en las actividades de su
partido para las próximas elecciones y que se defenderá
ante las muchas demandas judiciales porque todos los que asumimos
responsabilidades públicas tenemos que responder ante la
Justicia. Yo no cometí ningún delito. ¿Su
balance de su estrepitoso final? Fernando de la Rúa
tuvo que renunciar porque no tuvo el apoyo de los partidos que lo
eligieron. La oposición se portó muy bien, pero muchos
dirigentes de la UCR y el Frepaso no, nunca estuvieron de acuerdo
con sus medidas, minando que el presidente pudiera terminar su mandato.
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Amenaza
de remarcación de precios
y desabastecimiento en plena crisis
Por
David Cufré
Por si faltaba
algo para completar un panorama tenebroso, ayer comenzaron a circular
inquietantes versiones sobre un inminente desabastecimiento, provocado
por la incertidumbre por el tipo de cambio y el corte en la cadena de
pagos. A los importadores les exigen el pago en dólares por adelantado
como condición para remitirles mercadería, lo que traba
la compra de productos e insumos para la producción desde el exterior.
Por otra parte, en sectores industriales esperan una definición
respecto a la tercera moneda y a qué ocurrirá con las restricciones
bancarias antes de despachar bienes al mercado. No sé cuándo
voy a cobrar, en qué moneda y cuál será el tipo de
cambio. En estas condiciones es muy difícil operar, describió
un empresario textil a Página/12, aunque su ejemplo se extiende
a las demás ramas productivas.
Pero mientras el riesgo de desabastecimiento aparece como una amenaza
latente, la reaparición de la máquina remarcadora es una
realidad. Se han comprobado aumentos de hasta 20 por ciento en medicamentos
y bienes de primera necesidad, por parte de proveedores mayoristas y comerciantes
minoristas. Ante la incertidumbre cambiaria, muchos comerciantes
aumentaron sus precios en pesos en torno al 20 por ciento en la últimas
72 horas, reconoció la Coordinadora de Actividades Mercantiles
Empresarias (CAME) a través de un comunicado.
La situación que le ha tocado asumir al secretario de Hacienda,
Rodolfo Frigeri, es de una gravedad absoluta. Algunos economistas cuestionan
el intento de esquivar la devaluación directa con la tercera moneda,
debido a las dificultades de instrumentación que presenta esa alternativa.
El Gobierno tendría que haberle echado la culpa a De la Rúa
y a Cavallo y sincerar la economía de una buena vez, opinó
en diálogo con este diario un economista del entorno de Eduardo
Duhalde, al que pertenece el propio Frigeri. El sinceramiento del tipo
de cambio es reclamado en función de la calamitosa situación
para la producción y la economía en su conjunto. Ayer se
dieron a conocer nuevos datos de esa realidad:
La construcción anotó
su undécimo mes consecutivo de caída, con su nivel más
pronunciado del año: -20,9 por ciento respecto a noviembre de 2000.
La baja fue del 0,8 por ciento en comparación con octubre, en la
versión que despeja los factores estacionales. Entre enero y noviembre,
la construcción derrapó 8,5 por ciento en comparación
con igual período del año pasado. Hubo bajas de 26,6 por
ciento en hierro redondo para hormigón, 27,1 por ciento en pinturas,
17,2 en cemento, 1,2 en asfalto, y 41,7 en pisos y revestimientos, y 25,9
en ladrillos huecos.
La producción industrial
cayó 11,6 por ciento contra noviembre del año pasado y 2
por ciento frente a octubre. En el acumulado anual, la baja es del 5 por
ciento. Con este resultado, el Estimador Mensual Industrial desestacionalizado
se situó en 95,1 puntos y perforó el piso de 95,4 puntos
que había registrado en febrero de 1994.
El consumo interno registró
en noviembre fuertes caídas del 9 por ciento en las ventas en supermercados
y de 21,2 por ciento en shoppings, respecto a igual mes del año
pasado. En la suma de los once meses, la facturación en supermercados
se contrajo 4,6 por ciento y en los centros de compras, el 13,9. Los supermercados
vendieron en noviembre 1037,4 millones de pesos, lo que representa una
disminución de 7,5 por ciento contra noviembre de 1999, y de 12,6
respecto a igual mes de 1998. En los shoppings el impacto de la recesión
fue más fuerte, pues las ventas fueron por escasos 100 millones
de pesos, lo que implica un descenso del 26,5 por ciento contra el 99
y del 30 por ciento contra el 98.
Contra el traspaso
El intento de provincializar el PAMI ya genera resistencia entre
los prestadores. Las entidades representativas de los contratistas,
encabezados por Ernesto Tapia, advirtieron que la misma política
había sido intentada por el ex interventor Bramer Marcovik,
durante el período menemista, en la provincia de Buenos Aires,
sin resultados. Según la óptica de los empresarios,
es muy claro el intento oficial de transferir recursos
en favor del hospital público, inyectándole
dinero a expensas del sector privado. Para las 5000
pymes que prestan servicio al PAMI no es una solución, sino
que vemos una perspectiva negra, advirtió Tapia. Según
el dirigente empresario, la gestión radical en el PAMI resultó
totalmente nefasta, y no sólo la de Raúl Pistorio,
su último administrador. Recordó que la
famosa campaña de Cecilia Felgueras por la transparencia
terminó en un espectacular aumento de la deuda del organismo.
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LA
DEUDA EXTERNA TOTAL ALCANZA A 147 MIL MILLONES
La pesada herencia de Cavallo
El globo de la deuda siguió
inflándose aceleradamente durante este año. La deuda externa,
tanto pública como privada, alcanzó en setiembre último
los 147 mil millones de dólares. Durante los primeros nueve meses
del año, la mayor parte del aumento de la deuda se explica por
el sector público, cuya deuda creció en 8316 millones,
explica un informe del Indec difundido ayer. Así, la deuda pública
nacional alcanza hoy los 91 mil millones de dólares. Como es sabido,
el domingo último el presidente Adolfo Rodríguez Saá
declaró la cesación de pagos de la deuda, que este año
insumió casi 11.000 millones del Presupuesto en concepto de intereses,
factura que de reanudarse el pago el año próximo
sería de unos 7000 millones.
Todos los años, el gobierno nacional venía refinanciando
el capital de la deuda, en tanto que pretendía pagar los intereses
con la recaudación de impuestos. Sin embargo, si bien el Estado
nacional lograba superávit operativo (ingresos menos gastos, excluidos
los intereses), éste no era suficiente para abonar los intereses
de la deuda sin recurrir a nuevos préstamos. Justamente, esta diferencia
es lo que explica el aumento ininterrumpido de la deuda pública
en los últimos años.
Por caso, durante todo 2001 se calcula que el déficit del sector
público nacional, después del pago de intereses de la deuda,
será del orden de los 10.000 millones. Salvo el déficit
de diciembre de unos 800 millones, que sería financiado
casi íntegramente con la emisión de Lecop (Letras de Cancelación
de Obligaciones Provinciales), después de suspenderse el pago de
intereses de la deuda para las últimas dos semanas del mes, el
resto fue financiado con nuevos préstamos. Estos provinieron del
sector privado hasta julio, cuando se cortó el chorro del financiamiento
para el gobierno. Desde entonces, Cavallo y De la Rúa recurrieron
primero a préstamos del FMI, correspondientes al blindaje, y luego
a las reservas del Banco Central, deteriorándose así el
respaldo en dólares de la Convertibilidad del peso. En realidad,
esta operatoria se hizo mediante préstamos del Banco Central al
Banco Nación, que a su vez los derivaba al Tesoro, el que el entregaba
a cambio un bono, que reflejaba contablemente el aumento del endeudamiento.
El documento del Indec destaca justamente esta última fuente de
aumento del endeudamiento. Según las estadísticas oficiales,
por esta vía, la deuda del sector público creció
en unos 1950 millones de dólares. Visto de otro modo: por un monto
similar habrían caído las reservas del Banco Central entre
julio y septiembre, debido a que Domingo Cavallo las utilizó para
pagar, por la otra ventanilla, a los acreedores.
A setiembre pasado, la deuda del sector público nacional ascendía
a 91.000 millones; mientras que la del sector privado no financiero era
de 35.671 millones; y la del sector financiero ascendía a 20.222
millones.
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