Por Diego Schurman
Néstor Kirchner denunció
un pacto entre menemistas, aliancistas y dirigentes del propio Gobierno
para suspender los comicios del 3 de marzo. El gobernador de Santa Cruz
puso al descubierto una sospecha que a esta altura comparten todos los
candidatos presidenciales del PJ, desde José Manuel de la Sota
hasta Carlos Ruckauf, pasando por Carlos Reutemann. Por distintas razones,
a cada uno de los sectores puestos en la mira les conviene que el presidente
Adolfo Rodríguez Saá se mantenga al frente del país
hasta el 2003.
Acá están operando fuertemente para que haya un presidente
débil y así después poder borrarlo de un plumazo.
Por eso no quieren que surja un presidente fuerte, legitimado por el voto
de la gente. Por eso le digo a la gente que no guarden las cacerolas,
alertó Kirchner ante Página/12.
La reacción airada del gobernador de Santa Cruz se produjo el mismo
día en que se conocieron tres presentaciones judiciales contra
la realización de los comicios, entre ellos la del abogado Ricardo
Monner Sanz (ver aparte).
Kirchner recordó que la mayoría de los representantes de
la Asamblea Legislativa expresó su voluntad de consagrar a un nuevo
presidente a través de las urnas. Y que Rodríguez Saá
se encuentra dentro de esta mayoría.
¿Pero si la Justicia decide suspender la elección?
El Presidente debería saldarlo convocando a elecciones anticipadas
señaló.
Las sospechas del santacruceño y uno de los candidatos a presidente
del justicialismo se asientan sobre lo siguientes argumentos.
Sobre el menemismo: asegura
que la permanencia de Rodríguez Saá en el cargo es una suerte
de pulmotor para Carlos Menem, ya que le permite mantenerse vivo políticamente.
El ex presidente pugnó para que el misionero Ramón Puerta
se hiciera cargo de la transición hasta el 2003. Y hasta lo admitió
a través de un documento firmado por el Consejo Nacional Justicialista.
Al no lograrlo, ahora estaría trabajando en ese mismo sentido pero
con Rodríguez Saá. Ambos se encontrarán hoy en al
Casa Rosada.
Sobre la Alianza: el radicalismo
se opuso en la Asamblea Legislativa a que se realicen elecciones en el
2002. Es previsible: después de la salida anticipada de Fernando
de la Rúa imaginan el peor resultado electoral de su historia.
Unos 20 meses más de gracia le permitiría reacomodamientos
internos y renovación de figuras como para evitar que el golpe
sea tan duro. Raúl Alfonsín trabaja directamente contra
el sistema de ley de lemas.
Sobre hombres del Gobierno:
es ostensible cómo en la Casa Rosada imaginan la prolongación
del mandato de Rodríguez Saá. Anteayer desnudaron su sueño
a través de un comunicado simulado detrás del sello de una
agrupación puntana. Kirchner no hizo nombres. Pero en su entorno
lo sugieren: uno es el ministro de Trabajo, Oraldo Britos, quien estaría
evaluando impulsar la suspensión de los comicios (ver asimismo
página 8). El otro es el menemista Hugo Franco, encargado de los
Asuntos Militares del Gobierno. Franco mantiene línea directa con
Guillermo López, uno de los ministros de la Corte Suprema. Nadie
descarta que el máximo tribunal, el mismo que resolvió la
liberación de Menem, sea el que termine decidiendo sobre el tema.
Si bien es el primero en hacer una denuncia pública, Kirchner no
es el único que abre sospechas sobre las movidas anti-elección.
Ruckauf no lo manifiesta yo no hablo de políticas ni
de elecciones insistió ayer ante la consulta de Página/12
pero sí en su entorno. Sin dudas al menemismo y al radicalismo
le conviene patear todo.
También dicen que Ruckauf podría preferir que no haya
elecciones porque si no en el 2003 estaría inhabilitado para ser
reelecto. De hecho, todavía no se lanzó reflexionó
este diario ante un vocero de La Plata.
Ruckauf quiere ser presidente, aunque sea por 20 meses. Es mentira
que quiere patear todo. Si un tipo se presenta y cumple con la Constitución,
aunque sea por 20 meses, pasa a la historia.
Por José Manuel de la Sota habló el diputado cordobés
Carlos Alessandri. El gobernador, y todo el delasotismo, nos oponemos
a todo aquello que no esté firmado y acordado. Acá se acordó
elecciones para el 3 de marzo y eso no se puede borrar. Ningún
gobierno puede llegar a la legitimidad popular a través de decretos.
Lo tiene que hacer con los votos, señaló.
Pero el legislador no se quedó allí sino que fue aún
más duro. Acá no queremos cambiar ni la Constitución
ni la ley electoral. Pero estamos ante una situación excepcional,
donde nos tiraron el gobierno en la cara, donde hubo 28 muertos. Por eso
interpretamos que es de tal gravedad la situación del país
que a cualquiera que asuma una representatividad sin la legitimidad del
pueblo le puede pasar lo que sucedió con Turquía y Ecuador.
El temor a que Rodríguez Saá quede estacado en el sillón
de Rivadavia hasta el 2003 también se trasladó a Santa Fe.
Reutemann, otro de los posibles candidatos, no habló en público
del tema. Y a pesar de que originalmente pugnaba para que las elecciones
se convocaran recién para el 2003, sus íntimos lo escucharon
reflexionar en voz baja sobre lo que piensa del flamante presidente:
Este es Chávez, nos acostó a todos.
Las críticas
de los federales
El gobernador Néstor Kirchner criticó directamente
varias de las principales iniciativas del Presidente. Queremos
billetes que sirvan --dijo en referencia a la tercera moneda--,
no sea cosa que nos paguen en billetes que mañana no alcancen
ni para comprar un kilo de papas. También cirticó
el nombramiento de funcionarios menemistas: Me da profunda
pena observar a ciertos dirigentes que hoy caminan por los pasillos
de la Casa de Gobierno. No está solo en la preocupación:
los principales referentes del Frente Federal analizaban anoche
su futura relación con Adolfo Rodríguez Saá.
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PLANTEO
PARA QUE NO HAYA COMICIOS
Que decida la Justicia
El abogado Ricardo Monner Sans
pidió ayer ante la Justicia que el mandato del nuevo presidente,
Adolfo Rodríguez Saá, dure hasta el 10 de diciembre de 2003,
es decir hasta la finalización del período constitucional
que dejó inconcluso el renunciante Fernando de la Rúa.
Además, solicitó que cese toda disposición
que haya creído poder consagrar lo que comúnmente se conoce
como ley de lemas como sistema de elección previsto para
los comicios convocados para el 3 de marzo de 2002.
La presentación quedó radicada ante el juez en lo contencioso
administrativo Guillermo Rossi. Para Monner Sans, el actual presidente
tiene mandato vigente hasta diciembre de 2003, ya que completa
las vacancias gestadas primero por Carlos Alvarez y luego por la declinación
de Fernando de la Rúa. El abogado basó su presentación
en la vigencia de la Ley de Acefalía dictada durante el gobierno
de Isabel Martínez de Perón, la número 20.972, que
no pudo ser reformada indirectamente por la Asamblea Legislativa
acotando el mandato del electo.
Sin trámite modificatorio de la ley de acefalía vigente,
la Asamblea no pudo decretar que el mandato estuviere acotado
a un lapso menor que el vigente para Fernando De la Rúa,
sostuvo. Además, criticó la voluntad de usar el sistema
de ley de lemas dispuesta pues sostuvo permite a un
candidato irrepresentativo, por su escaso número de votos, acceder
al Poder Ejecutivo. El abogado realizó un cálculo
hipotético de probabilidades electorales, tras el cual concluyó
que entre las dos fórmulas del partido que obtuvo menos votos
se definiría al próximo presidente argentino, en infracción
al principio de soberanía popular y al principio representativo
al que alude el artículo tercero de la Constitución nacional.
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