Por Felipe Yapur
Una sensación de dualidad
permanente se vive en buena parte de los integrantes de los bloques de
legisladores del PJ de ambas Cámaras. Por un lado sienten que deben
dar un fuerte apoyo a la gestión de Adolfo Rodríguez Saá
porque está en juego, dicen, además del país, el
futuro del justicialismo. Pero, por otro lado, son conscientes de que
un buen resultado del actual gobierno provisorio puede tener un
efecto no deseado: la continuidad del puntano en el Ejecutivo hasta
2003 desactivándose la convocatoria a elecciones para el próximo
3 de marzo que se acordó en la extenuante Asamblea Legislativa
del fin de semana.
Con esa dualidad en sus cabezas, diputados y senadores del PJ se reunieron
ayer con miembros del nuevo Ejecutivo. Integrantes de la conducción
de las Cámaras, bloques y de comisiones parlamentarias recibieron
con crudeza el cuadro de situación que dejó la administración
aliancista. Es mucho más grave de lo que creíamos,
confesaron a su regreso mientras blandían las cifras sobre la escasez
de reserva existentes en el Banco Central. Apenas dejaron 3500 millones
de dólares, repetían y agregaban: Necesitamos
aguzar la imaginación para salir de esta situación.
La imaginación, según los legisladores, debe centrarse en
dos puntos considerados cruciales: distender la presión que significa
la falta de efectivo en la calle y mostrar previsibilidad.
El primero se soluciona, creen, con la emisión de la llamada tercera
moneda el argentino que les permitiría,
en principio, abrir el corralito de los salarios o, como lo definen: la
peor herencia de Cavallo y De la Rúa. Con esto contentamos
a la clase media, se esperanzan. Pero el proyecto todavía
no ingresó al Congreso. Debemos tratarlo a más tardar
la semana que viene, aseguraron los diputados que participaron del
encuentro en la Rosada.
Aseguran que todo lo realizarán con la mayor velocidad posible
pero, advierten, de un forma ordenada porque un paso en falso nos
cuesta la vida. Las cacerolas todavía no están guardadas.
Pero además corremos el riesgo de despejarle el camino a (Elisa)
Carrió.
El paso en falso que los desvela es la ausencia de respaldo a la nueva
moneda, el argentino. (El respaldo) pueden ser los inmuebles
del Estado, pero indefectiblemente debe ir acompañado de modelo
de crecimiento. Sólo así podremos mantener la convertibilidad
y evitar una corrida inflacionaria, señaló uno de
los presentes del encuentro con miembros del Ejecutivo.
Hay otro problema que viven los legisladores y es que se sienten sobrepasados
por el exceso de anuncios presidenciales. Es necesario escalonarlos
y ordenarlos, argumentan. Pero Rodríguez Saá continúa
prometiendo. Primero fue la suspensión del pago de la deuda externa,
luego vino la creación de la nueva moneda, indemnizaciones a las
víctimas de la represión de la semana pasada, la creación
de un millón de puestos de trabajos y por último la derogación
de la reforma laboral. Los legisladores se vuelven locos. El Presidente
hace los anuncios, pero el tiempo legislativo es diferente. Tenemos que
elaborar con seriedad los proyectos, sostienen, al tiempo que advierten
que preparan a contrarreloj una batería de proyectos que debatirán
la semana que viene (ver nota aparte).
Por caso, para el tratamiento de la deuda, además de una resolución
de apoyo, están preparando una comisión de seguimiento.
Era necesario tomar la decisión de suspender los pagos,
dice el flamante oficialismo, pero al mismo tiempo advierte que ya se
empezaron a sentir las presiones del sector acreedor externo
que está amenazando con embargar exportaciones ante la falta
de pago.
La hiperactividad presidencial genera también en los legisladores
otro temor. La posibilidad de que se está viviendo una gestión
que se parecemás a la de un gobierno que tiene un par de años
por delante y no los dos meses que le autorizó la Asamblea Legislativa.
De todas formas, los diputados y senadores intentan no resignar la idea
de llegar a las elecciones de marzo. Pero las vivas a Rodríguez
Saá en la CGT cuando anunció la derogación de la
reforma laboral los preocupan. Y habrá que reflotar el proyecto
de (Cristina) Kirchner, dicen mientras agendan el nuevo tema legislativo.
Ante la pregunta sobre si cabe la posibilidad de que las elecciones se
suspendan, los legisladores responden casi lacónicamente: Y,
si le va bien, ¿qué podemos hacer? Si la gente le pide que
se quede, entonces no habrá elecciones, aseguran. Mientras
tanto, esperan que los socios de Rodríguez Saá en el Frente
Federal Solidario, el sector que aglutina a las provincias chicas, disuelvan
cualquier posibilidad de un prórroga o suspensión de los
comicios.
PRESENTAN
UNA BATERIA DE PROYECTOS EN EL CONGRESO
Deuda, amnistía y la nueva moneda
Por F.Y.
A la espera del ingreso de proyectos
de ley del Poder Ejecutivo, que incluye la creación de la tercera
moneda, el bloque de diputados del PJ presentó ayer su propia batería
de iniciativas. Estas incluyen desde la amnistía a los detenidos
durante la represión policial del 19 y 20 de diciembre, hasta la
adhesión a la decisión de suspender el pago de la deuda
externa.
Uno de los primeros proyectos en ingresar está relacionado con
quien fuera uno los máximos aliados del PJ durante la década
menemista: Domingo Cavallo. El pedido de declaración está
destinado a la Justicia, a la que los legisladores le solicitan que impida
al padre de la convertibilidad salir del país fruto de las causas
penales que pesan sobre el ex ministro.
Otra de las iniciativas presentadas gira alrededor de un pedido a la comisión
de seguimiento de las facultades delegadas al Poder Ejecutivo. La intención
es recibir un rápido análisis sobre los decretos analizados
y derogar los que resulten perjudiciales o antijurídicos.
Los tres más importantes se presentaron en mesa de entrada a las
18.40. Llevan la firma de Jorge Obeid, José María Díaz
Bancalari, Juan Urtubey, Manuel Baladrón, Alfredo Atanasof y Carlos
Alesandri, prácticamente la totalidad de la mesa de conducción
del bloque del PJ.
El primero de ellos está relacionado con un pedido al Ejecutivo.
Le solicitan la verificación del incremento de un 20 por ciento
de los precios de productos farmacéuticos.
El segundo proyecto de la mesa del bloque es el apoyo a la suspensión
del pago de la deuda externa y la creación de una comisión
bicameral de seguimiento y arreglo de la deuda externa.
El último proyecto es de ley. Y decreta la amnistía a todos
aquellos que fueron detenidos durante estallido social del 19 y 20 de
diciembre. Eso sí, el proyecto hace una clara excepción
de las personas que estuvieran bajo procesos penales por delitos comunes.
Los legisladores calculan que son unas 2500 personas que se beneficiarían
con esta norma.
OPINION
Por Enrique M. Martínez *
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Para la clase media
La diferencia entre los países desarrollados y los periféricos
es primero política y cultural y luego económica.
Donde prima el autoritarismo no se puede hablar de la existencia
de una auténtica comunidad. Mucho menos de una comunidad
próspera. Tal es la historia de la Argentina. Ciento sesenta
años después de la independencia se necesitó
la guerra de Malvinas para desacreditar a los militares como alternativa
de poder. En los 18 años de democracia formal ha habido una
puja con la inercia autoritaria. No basta votar para tener una sociedad
en la que se escuche y respete a los débiles. Los argentinos,
en rigor, hemos instalado una democracia delegativa, donde se da
todo el poder a la clase política, con muy alta autonomía.
Alfonsín ganó las elecciones de 1983 revalidando el
viejo principio radical de: El pueblo no delibera ni gobierna
sino a través de sus representantes. Carlos Menem fue
mucho más simple y categórico: Dijo: Síganme.
Instaló con más fuerza aún la mutación
autoritaria, concentrando la delegación en una persona. El
factor clave de la victoria no fue la vocación popular de
ser ajenos a las decisiones. Pero la falta de participación,
anunciada y concretada, no fue motivo de discusión en un
país acostumbrado a que unos pocos decidieran todo. La tercera
oportunidad fue la Alianza. Allí apareció la primera
señal de un nuevo protagonismo masivo, si bien muy tibia.
En 1999 se votó contra la cultura menemista. Se indicó
lo que no se quería. Pero se repitió la delegación,
a una coalición que mostró sus graves debilidades
a poco andar y fracasó. La clase media acaba de echar a ese
gobierno. Pero su reclamo dice: Traigan otro, que si no sirve
lo volveremos a echar. Es el límite de la democracia
delegativa. Este no es el camino.
Las democracias exitosas no funcionan así. Allí, toda
la estructura formal obliga a conductas mucho más visibles
a todo actor económico o social. El control comunitario es
un valor explícito. Esa transparencia es producto de la presión
de la comunidad, pero no como demandante sino como protagonista.
Desde un consejo escolar hasta el Congreso, son ámbitos donde
las decisiones, primero son proyectos que se difunden y debaten
ampliamente, para luego implementarse. Para aumentar superlativamente
la participación no bastan los cacerolazos. Se necesita,
en cambio, que importantes fracciones de la sociedad, especialmente
la clase media, se involucren en el diseño del camino a recorrer.
En 18 años hemos ido de la delegación radical a la
delegación menemista, al voto contra (1999), el voto bronca
(2001) y finalmente la plaza de los insultos, superpuesta con los
saqueos y las muertes evitables. Es la hora de participar.
* Secretario de Empleo y Producción Pyme.
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