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En el Palacio Sarmiento esperan
que alguien se haga cargo de algo

El subsecretario de Educación Básica, Gustavo Iaies, está al frente del Ministerio porque el presidente Adolfo Rodríguez Saá no designó a nadie para �desguazar� esa cartera.

El ex ministro Andrés Delich fue al ministerio, pero nadie se presentó para reemplazarlo.

Una de las primeras medidas del flamante gobierno peronista fue borrar de un plumazo el Ministerio de Educación. Sin embargo, todavía nadie se hizo responsable de esa área, por lo que el subsecretario de Educación Básica, Gustavo IaIaies, está a cargo interinamente del Palacio Sarmiento. Mientras tanto, docentes y trabajadores del ministerio planean un “abrazo” a la sede educativa, en rechazo a su eliminación. Desde el lado académico, casi todos los especialistas rechazaron la reducción de las atribuciones de Educación, y esperan que el Ejecutivo dé marcha atrás en el desguace, dado que todavía no se informó oficialmente qué repartición la reemplazará, aunque la idea original era convertirla en una Coordinación.
Ante el anunciado desmantelamiento de esa cartera, la Ctera le planteará hoy a Rodríguez Saá su posición, en el marco de la reunión que mantendrá el Presidente con la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA). Por su parte, los rectores agrupados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), también visitarán la Casa Rosada, para rechazar la disolución del ministerio y la provincialización de las casas de estudios.
En el Palacio Sarmiento todo es incertidumbre; los empleados no saben qué será de sus puestos, y tampoco tienen idea de cuándo y cómo se producirá el recambio de autoridades. Rodríguez Saá prometió que no habrá despidos, pero nadie sabe cómo hará para cumplir eso, dado que rebajar la cartera educativa a una Coordinación implica menos tarea y por ende, menos personal. Y tampoco hay nombre para el reemplazante de Delich.
“Es una idea de varios gobernadores, la de que no hace falta un Ministerio de Educación nacional, porque el Estado ya no tiene escuelas. Rodríguez Saá mismo, mitad en broma y mitad en serio, antes de ser presidente, decía que en Educación alcanzaba con tener una sola persona”, dijo un especialista en cuestiones educativas. “Temo que ni siquiera dejen una coordinación, y todo pase a manos del Consejo Federal”, agregó, e indicó “que es un lugar en donde hay cosas que no se tienen que definir ahí. ¿Un representante de Jujuy va a votar que haya un dinero adicional compensatorio para Formosa?”.
Sergio Palacios, secretario del Consejo Federal, fue cauto. “Hay que esperar los próximos pasos del Gobierno, porque creo que todo está en discusión. Es prematuro dar opiniones terminantes”, dijo. No obstante, dejó en claro su rechazo a la desaparición de un lugar central desde donde se definan las políticas educativas. “Las grandes metas nacionales, las evaluaciones de resultados, y el hecho de tener un país con realidades tan heterogéneas, amerita tener un organismo nacional, pero federal. A título personal, creo que si se ampliaran las funciones del Consejo Federal sería una salida posible”, propuso.
Osvaldo Devries, ex secretario de Educación porteño y ex secretario permanente del Consejo Federal, fue otro de los que no aprobó la iniciativa oficial. “Es algo muy pero muy riesgoso. Hay cosas que sólo se pueden ver desde una postura global ¿Quién se encargará de las políticas compensatorias, de las redes informáticas, de los programas de evaluación? Se necesita tener un pensamiento nacional para plantear esas cosas”, consideró Devries. “Hay que reforzar el papel del Consejo Federal de Educación, pero no bajar de categoría al ministerio”, sentenció.
Por su lado, Emilio Tenti Fanfani dijo que “lo importante es tener un Ministerio del Conocimiento, más que un Ministerio de Educación”. El pedagogo especificó que “un centro donde tomar decisiones nacionales es imprescindible, un lugar vigoroso, con recursos y no burocrático”.
Por su parte, otro especialista en Educación, Mariano Narodowski, se mostró optimista desde el vamos con la desaparición del ministerio. “Es una buena señal, no tengo dudas, claramente había que cambiar el tipo de estructura que existió durante años, que era poco transparente”, señaló. Según el pedagogo, es bueno que haya “una conducción más chica, más eficiente, más transparente y más justa”, que sería la nueva Coordinación. –¿Por qué supone que una Coordinación será “más dinámica y más transparente” que un ministerio?–, preguntó Página/12 a Narodowski. –Porque será una estructura con menor burocracia que un ministerio. Ahora, si sólo es un cambio de nombres en un organismo, así no alcanza –respondió.
Dentro del Ejecutivo, hay quienes estarían analizando que Educación aunque sea quede con el rango de Secretaría, pero no hay nada cerrado. También la Iglesia Católica mostró inquietud ante la desaparición del ministerio, ya que éste otorga subsidios para los centros de formación docente. Como con los depósitos bancarios y como con la extracción de más de 1000 pesos de sueldos, sigue el compás de espera.

Informe: Alejandro Cánepa

 

Todo un modelo puntano

El sistema educativo de San Luis tiene dos peculiaridades: por un lado, existen escuelas “charter”, que consisten en la concesión de los establecimientos educativos a asociaciones civiles, aunque el Estado sigue financiando los gastos. Por el otro, tiene una Universidad provincial, además de la Nacional que está en la capital puntana.
Precisamente ayer el gobierno de esa provincia, a cargo de Alicia Lemme, firmó con una Unión Transitoria de Empresas (UTE) el contrato para comenzar las obras de la Universidad local, que estará ubicada en la localidad de La Punta, a 15 kilómetros del centro de San Luis capital. El costo total de la obra será de 27 millones de pesos, y el emprendimiento debería estar terminado a comienzos de 2003, cuando tendría que empezar con los cursos. Habrá departamentos de Recursos Naturales, Economía, Arte y Comunicación e Ingeniería de la Información.

 

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