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La transición que va dejando
las balas por las computadoras

El gobierno interino de Hamid Karzai se reunió ayer por segunda vez y aceptó la continuidad de
las tropas norteamericanas en Afganistán. Los talibanes siguen resistiendo en zonas del sur del país.

El ministro de Asuntos Exteriores, Adbulá Abdulá, anunció que viajará
a Washington en enero.

Por Juan Pedro Velázquez-Gaztelu*
Desde Kabul

El gobierno provisional afgano, que celebró ayer su segunda reunión de trabajo, no quiere que las tropas estadounidenses abandonen Afganistán sin haber acabado por completo con Al-Qaida y los talibanes. El ministro de Asuntos Exteriores del gabinete, Abdulá Abdulá, afirmó en una rueda de prensa que la presencia de soldados estadounidenses en territorio afgano no supone amenaza alguna para la soberanía del país y aprovechó la ocasión para anunciar que visitará Washington en enero próximo. El Ejecutivo que preside el líder pashtún Hamid Karzai decidió ayer afrontar cuanto antes dos de sus tareas más urgentes: la reconstrucción económica y la lucha contra el tráfico de drogas.
Abdulá explicó que aún quedan focos de resistencia talibana en la provincia de Patkia, en el este del país, y en el sur de Afganistán, concretamente en los alrededores de la ciudad de Kandahar. Más precisamente, uno de los focos de resistencia está en la sección de mujeres de un hospital de esa ciudad, donde ocho árabes presuntos miembros de Al-Qaida están atrincherados y han amenazado con suicidarse y matar a los pacientes del lugar si son atacados. Están armados con granadas de mano y armas. “Tratamos de capturarlos vivos, de otro modo los habríamos eliminado en media hora”, dijo un responsable de los servicios secretos de la ciudad. Y añadió: “Estamos esperando a que finalmente se les acabe la comida, en unos pocos días se rendirán”.
Entretanto, Abdulá reconoció que el gobierno provisional no tiene ni idea de dónde se encuentra el molá Omar y se limitó a decir que el máximo líder de los talibanes “está escondido en algún sitio”. ¿Cuándo abandonarán Afganistán las tropas de Estados Unidos?, le preguntaron al máximo responsable de la diplomacia afgana. “Cuando se erradique el terrorismo y se cumpla el objetivo de eliminar a los talibanes”, respondió. Abdulá aseguró que no habrá amnistía general para los líderes del régimen anterior, pero subrayó que quienes no hayan cometido crímenes podrían quedar libres. Y advirtió: “Sean cuales sean sus ropas o colores, les reconoceremos. Los dirigentes talibanes son responsables de crímenes de guerra y comparecerán ante un tribunal que juzgará éstos crímenes”.
El gobierno provisional presidido por Hamid Karzai, que tomó posesión el pasado sábado con un mandato de seis meses, comienza prácticamente de cero. La mayoría de los edificios oficiales de Kabul no están todavía en condiciones de albergar los 30 departamentos del gabinete y muchos carecen de luz eléctrica y de las mínimas condiciones de trabajo. “Seis meses es muy poco tiempo, pero tenemos que aprovechar la ocasión ahora que la comunidad internacional quiere ayudar a Afganistán”, señaló el ministro de Exteriores. “Es posible que esta situación no dure mucho tiempo.” Abdulá llegó a afirmar que los atentados del 11 de septiembre fueron precisamente consecuencia del abandono al que el resto del mundo sometió a su país durante años. “Afganistán fue el foco de atención internacional en la década de los ochenta, durante la Guerra Fría, pero el mundo se olvidó de nosotros en los años noventa”, dijo.
En su segunda reunión de trabajo, el gobierno provisional decidió crear sendas comisiones especiales para comenzar la reconstrucción del país y, en palabras de Abdulá, “erradicar” el tráfico de drogas. Afganistán es el primer productor mundial de opio, su principal fuente de divisas. “Acabar con los talibanes se consideraba una posibilidad muy remota y lo conseguimos. Creo que seremos capaces de afrontar retos como el contrabando de estupefacientes”, dijo el ministro de Exteriores. La comisión de reconstrucción se ha fijado tres objetivos: preparar una estrategia, elaborar una lista de prioridades y pedir ayuda a la conferencia de donantes que se celebrará a finales de enero en Tokio.
A medida que aumenta la seguridad en Afganistán y la actividad económica da señales de recuperación, han comenzado a regresar numerosos refugiados procedentes de Pakistán que, en su regreso, lo primero que hacen es comprar televisores, antenas parabólicas y videos. Según cifras ofrecidas ayer por la ONU, durante el mes de diciembre han vuelto al sur del país 31.000 refugiados. La portavoz de la ONU en la capital afgana, Stephanie Bunker, explicó que la mayoría de los que regresan son cabezas de familia que intentan recuperar sus viviendas y negocios. Se calcula que en Pakistán viven entre 1,2 y 2 millones de refugiados afganos.
A la vez, la coalición internacional antiterrorista, encabezada por Estados Unidos, presentó ayer en Islamabad, una lista con los nombres de 43 jefes talibanes y miembros de la red terrorista Al Qaida buscados, algunos de los cuales ya han muerto o han sido arrestados. Mientras tanto, se encontró un cuerpo congelado en las montañas de la frontera afganopaquistaní que portaba documentos de identidad franceses y, según declaró un residente local, era miembro de la red Al Qaida de Osama Bin Laden. La embajada francesa aún no hizo comentarios.

*De El País de Madrid. Especial para Página/12.

 

El nuevo video de Osama Bin Laden

El “multiple choice” sobre el destino del hombre más buscado del mundo está resolviéndose. Se decía que estaba en Afganistán. Que había muerto en las cuevas de Tora Bora. Es más: esta opción se dividía en “muerto” por enfermedad o “muerto” por los bombardeos norteamericanos. O que había huido a Pakistán. Esta opción parece ser la correcta. Ayer, un Bin Laden demacrado acusó a Occidente de “odiar al Islam”, en lo que llamó un balance “de la cruzada feroz contra el Islam, dos meses después de su lanzamiento” (foto). A partir de esta fecha, se puede deducir que, si los bombardeos norteamericanos comenzaron el 7 de octubre, la grabación sería del 7 de diciembre. El video dura en total 33 minutos y fue entregado a la oficina de la televisión de Qatar “Al Jazeera” (la elegida por Bin Laden para entregar sus mensajes al mundo) en Pakistán, lo que hace suponer que el saudita logró llegar hasta allí antes de que Estados Unidos y los comandantes mujaidines tomaran las cuevas de Tora Bora en las que se suponía que estaba. Bin Laden dijo que “el terrorismo contra Estados Unidos es loable porque está destinado a responder a la injusticia y a forzar a Estados Unidos a dejar de apoyar a Israel, que mata a los nuestros”. El Pentágono dijo que no sabe si el video es “real, nuevo o viejo”.

 

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