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El Frente Federal encomendó a
Ramón Puerta apaciguar a Kirchner

Los gobernadores de las provincias chicas, a excepción del santacruceño, apoyan la continuidad de Rodríguez Saá hasta 2003. El escollo sigue siendo De la Sota. Los continuistas apuestan a que la Justicia impida los comicios.

Por Felipe Yapur

Adolfo Rodríguez Saá está buscando entre sus socios del Frente Federal Solidario (FFS) el consenso necesario para continuar como presidente más allá del plazo que le impuso la Asamblea Legislativa. En principio, buena parte de este grupo está de acuerdo, siempre y cuando antes cumpla con ciertas exigencias. El problema es el santacruceño Néstor Kirchner, quien insiste en presentarse a las elecciones del próximo 3 de marzo. Es aquí donde la figura de Ramón Puerta vuelve a cobrar fuerza.
En el FFS creen que de alcanzar este objetivo estarán frente al mayor triunfo del grupo sobre los gobernadores de las provincias grandes. Pero antes de otorgarle el placet –que se traducirá en hacer la vista gorda con respecto a los comicios de marzo– los mandatarios pretenden purgar el gabinete de Rodríguez Saá: “Hay nombres que no podemos aceptar”, dicen mientras anotan a los que ya le sacaron la bolilla negra: José María Vernet, Víctor Reviglio, Hugo Franco y Carlos Grosso, entre otros.
El problema a resolver ahora es la intransigencia de Kirchner. El patagónico sostiene que la única alternativa para evitar un nuevo estallido en la Argentina reside en el llamado a elecciones. En su insistencia también se esconde una segunda intención: sabe que un comicio por ley de lemas es su única oportunidad para competir contra, y hasta superar a, los aparatos de las provincias grandes.
Los gobernadores del FFS confían en que el misionero Puerta pueda sumarlo nuevamente al grupo: “Ramón es la persona indicada para este tipo de tarea”, confiaron a este diario fuentes del FFS que adhieren con fervor a la continuidad del puntano. “Nos costó llegar a la presidencia como para bajarnos a los sesenta días”, aseguran.
La llegada de Rodríguez Saá a la presidencia comenzó a gestarse el jueves de la semana pasada. Mientras las calles de Buenos Aires eran el escenario de una feroz represión policial, en San Luis los gobernadores del PJ delineaban la llegada del peronismo a la poltrona que abandonaba Fernando de la Rúa.
El nombre del puntano sonaba al mismo ritmo que el de Puerta. El problema era definir la duración del reemplazante. El misionero, quien jamás ocultó su intención de ser el sucesor, pretendía culminar el mandato que le correspondía a la Alianza. El puntano, en cambio, mantuvo un estratégico silencio.
El viernes, la totalidad de los gobernadores se reunieron en el Salón Gris de la Cámara de Senadores. Ese día los mandatarios de las tres provincias grandes, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, impusieron la idea de convocar a elecciones con ley de lemas incluida en un plazo no mayor a tres meses. Los integrantes del FFS, salvo Kirchner, rechazaban la posibilidad pero prefirieron acceder al pedido. La aceptación escondía un intención que, por esas horas, era inconfesable. El único que se postuló para el interinato fue Rodríguez Saá.
El secreto de los Federales, como los llaman en la intimidad, giraba alrededor de una fuerte convicción: la ley de lemas no superaría la Asamblea Legislativa. Se equivocaron, pero aún tienen esperanza.
El viernes por la noche, el FFS se reunió en la casa que el gobernador salteño, Juan Carlos Romero, tiene en la Capital Federal. En ese encuentro, los mandatarios le dijeron a Rodríguez Saá que le darían todo el apoyo necesario y le dieron vía libre para la integración del futuro gabinete. El puntano, de todas formas, le ofreció a Kirchner la Jefatura de Gabinete, la Cancillería a Romero y el Ministerio del Interior al jujeño Eduardo Fellner. Los tres agradecieron el convite, pero adujeron problemas constitucionales para asumir. En esa cena, el actual presidente les adelantó algunos puntos del discurso que luego pronunció en el recinto y se deslizó la posibilidad de la presidencia provisoria se extendiera hasta el mismísimo 2003.
De la Sota sospechó la existencia de una maniobra del FFS. El sábado, durante un reunión en la Casa de Gobierno, el cordobés exigió que secumpla con el acuerdo político. Redactó el proyecto de resolución que se aprobó durante la madrugada del domingo. Pero además, advirtió que estaba dispuesto a retirar a sus legisladores en caso de que el resto del PJ no “trabajara” para aprobar el proyecto. Si bien buena parte de los gobernadores lo consideraron “una aberración jurídica”, decidieron acompañarlo para no confrontar.
El discurso de asunción de Rodríguez Saá sorprendió a más de uno de los gobernadores, pero a ninguno del FFS. El panorama para los federales mejoró notablemente cuando se enteraron que Carlos Reutemann confesó a sus legisladores que no compartía la idea del llamado a elecciones. “Uno menos”, fue la primera expresión de los mandatarios del FFS. El lunes, Carlos Ruckauf se mostró misterioso y ni siquiera quiso hablar de su candidatura. Los federales entendieron el silencio como que no sería de la partida. “El Gallego quedó solo pidiendo elecciones”, aseguran los del FFS sin saber que Ruckauf está considerando el anuncio de su candidatura.
De todas formas, y más allá de la determinación del bonaerense, en el FFS hay plena consciencia de que respetarán el acuerdo político con De la Sota, pero también reconocen que no impedirán los recursos judiciales que hay en contra de la ley de lemas: “Respetamos los acuerdos políticos. Tanto como las decisiones de la Justicia”, se cubren.

 

Escrache

El ex gobernador de Santa Fe Víctor Félix Reviglio sufrió ayer un escrache en la puerta de su casa, en la capital de la provincia. Al grito de “ladrón”, los vecinos de Reviglio repudiaron su designación como secretario de Políticas de Salud de la administración de Adolfo Rodríguez Saá. La indignación de los vecinos tiene su lógica: la gestión de Reviglio en Santa Fe entre 1987 y 1991 estuvo marcada por una serie de escándalos, que lo involucraron tanto a él como a su vice, Antonio “Trucha” Vanrell. Reviglio fue el responsable de establecer en la provincia el sistema de ley de lemas, que le permitió al peronismo retener la gobernación, aunque su candidato –Carlos Reutemann– obtuvo menos votos que su adversario radical Horacio Usandizaga.

 

PLANES DE EMPLEO PARA CINCO PROVINCIAS MAS
De procesión por la Rosada

El Gobierno siguió ayer sumando provincias al plan para crear un millón de puestos de trabajo. El ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, firmó convenios con cinco distritos –Córdoba, Tucumán, Tierra del Fuego, Río Negro y La Pampa– por un total de 40 mil planes de empleo.
La crisis social y el desempleo, que en la última medición fue del 18,3, impulsaron a Adolfo Rodríguez Saá a anunciar la creación progresiva de un millón de puestos de trabajo. De a poco, el Gobierno fue firmando acuerdos con diferentes distritos. En principio se pagarían en Lecop, pero la idea es que luego de abonen en argentinos.
Los planes duran tres meses y son renovables. Aunque los fondos son aportados por el Estado nacional, los gobiernos provinciales se comprometen a proveer la cobertura médica y contra riesgos de trabajo.
Además, el Gobierno nacional se reserva el derecho de solicitar información respecto de los trabajos y auditar su ejecución.
“El objetivo del programa será la reinserción laboral de las personas comprendidas en el mismo a través de la modalidad de empleos temporarios provistos por las empresas privadas que adhieran, preferentemente pymes”, establece el convenio que el Gobierno firmó ayer con cinco distritos: Córdoba, por 27.000 planes; Tucumán, 5.000; Tierra del fuego, 1.300; Río Negro, 3.000; y La Pampa, 2.500.
Los acuerdos de ayer se suman a otros: durante la semana, la nueva administración fue firmando convenios con Buenos Aires, por 20 mil puestos de trabajo; con Córdoba, por 10 mil; Santa Fe, por 10 mil; y San Luis, por 2500. Pero el Gobierno no quiere beneficiar sólo a los distritos gobernados por el PJ y ya suscribió convenios con mandatarios de la Alianza: Chaco obtuvo 4 mil planes; Entre Ríos 2750; Río Negro 1400; Corrientes 2100; y Catamarca 1560. El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, se reunió con Rodríguez Saá el martes pasado, y obtuvo 5 mil planes.

 

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