Por Felipe Yapur
Adolfo Rodríguez Saá
está buscando entre sus socios del Frente Federal Solidario (FFS)
el consenso necesario para continuar como presidente más allá
del plazo que le impuso la Asamblea Legislativa. En principio, buena parte
de este grupo está de acuerdo, siempre y cuando antes cumpla con
ciertas exigencias. El problema es el santacruceño Néstor
Kirchner, quien insiste en presentarse a las elecciones del próximo
3 de marzo. Es aquí donde la figura de Ramón Puerta vuelve
a cobrar fuerza.
En el FFS creen que de alcanzar este objetivo estarán frente al
mayor triunfo del grupo sobre los gobernadores de las provincias grandes.
Pero antes de otorgarle el placet que se traducirá en hacer
la vista gorda con respecto a los comicios de marzo los mandatarios
pretenden purgar el gabinete de Rodríguez Saá: Hay
nombres que no podemos aceptar, dicen mientras anotan a los que
ya le sacaron la bolilla negra: José María Vernet, Víctor
Reviglio, Hugo Franco y Carlos Grosso, entre otros.
El problema a resolver ahora es la intransigencia de Kirchner. El patagónico
sostiene que la única alternativa para evitar un nuevo estallido
en la Argentina reside en el llamado a elecciones. En su insistencia también
se esconde una segunda intención: sabe que un comicio por ley de
lemas es su única oportunidad para competir contra, y hasta superar
a, los aparatos de las provincias grandes.
Los gobernadores del FFS confían en que el misionero Puerta pueda
sumarlo nuevamente al grupo: Ramón es la persona indicada
para este tipo de tarea, confiaron a este diario fuentes del FFS
que adhieren con fervor a la continuidad del puntano. Nos costó
llegar a la presidencia como para bajarnos a los sesenta días,
aseguran.
La llegada de Rodríguez Saá a la presidencia comenzó
a gestarse el jueves de la semana pasada. Mientras las calles de Buenos
Aires eran el escenario de una feroz represión policial, en San
Luis los gobernadores del PJ delineaban la llegada del peronismo a la
poltrona que abandonaba Fernando de la Rúa.
El nombre del puntano sonaba al mismo ritmo que el de Puerta. El problema
era definir la duración del reemplazante. El misionero, quien jamás
ocultó su intención de ser el sucesor, pretendía
culminar el mandato que le correspondía a la Alianza. El puntano,
en cambio, mantuvo un estratégico silencio.
El viernes, la totalidad de los gobernadores se reunieron en el Salón
Gris de la Cámara de Senadores. Ese día los mandatarios
de las tres provincias grandes, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires,
impusieron la idea de convocar a elecciones con ley de lemas incluida
en un plazo no mayor a tres meses. Los integrantes del FFS, salvo Kirchner,
rechazaban la posibilidad pero prefirieron acceder al pedido. La aceptación
escondía un intención que, por esas horas, era inconfesable.
El único que se postuló para el interinato fue Rodríguez
Saá.
El secreto de los Federales, como los llaman en la intimidad, giraba alrededor
de una fuerte convicción: la ley de lemas no superaría la
Asamblea Legislativa. Se equivocaron, pero aún tienen esperanza.
El viernes por la noche, el FFS se reunió en la casa que el gobernador
salteño, Juan Carlos Romero, tiene en la Capital Federal. En ese
encuentro, los mandatarios le dijeron a Rodríguez Saá que
le darían todo el apoyo necesario y le dieron vía libre
para la integración del futuro gabinete. El puntano, de todas formas,
le ofreció a Kirchner la Jefatura de Gabinete, la Cancillería
a Romero y el Ministerio del Interior al jujeño Eduardo Fellner.
Los tres agradecieron el convite, pero adujeron problemas constitucionales
para asumir. En esa cena, el actual presidente les adelantó algunos
puntos del discurso que luego pronunció en el recinto y se deslizó
la posibilidad de la presidencia provisoria se extendiera hasta el mismísimo
2003.
De la Sota sospechó la existencia de una maniobra del FFS. El sábado,
durante un reunión en la Casa de Gobierno, el cordobés exigió
que secumpla con el acuerdo político. Redactó el proyecto
de resolución que se aprobó durante la madrugada del domingo.
Pero además, advirtió que estaba dispuesto a retirar a sus
legisladores en caso de que el resto del PJ no trabajara para
aprobar el proyecto. Si bien buena parte de los gobernadores lo consideraron
una aberración jurídica, decidieron acompañarlo
para no confrontar.
El discurso de asunción de Rodríguez Saá sorprendió
a más de uno de los gobernadores, pero a ninguno del FFS. El panorama
para los federales mejoró notablemente cuando se enteraron que
Carlos Reutemann confesó a sus legisladores que no compartía
la idea del llamado a elecciones. Uno menos, fue la primera
expresión de los mandatarios del FFS. El lunes, Carlos Ruckauf
se mostró misterioso y ni siquiera quiso hablar de su candidatura.
Los federales entendieron el silencio como que no sería de la partida.
El Gallego quedó solo pidiendo elecciones, aseguran
los del FFS sin saber que Ruckauf está considerando el anuncio
de su candidatura.
De todas formas, y más allá de la determinación del
bonaerense, en el FFS hay plena consciencia de que respetarán el
acuerdo político con De la Sota, pero también reconocen
que no impedirán los recursos judiciales que hay en contra de la
ley de lemas: Respetamos los acuerdos políticos. Tanto como
las decisiones de la Justicia, se cubren.
Escrache
El ex gobernador de Santa Fe Víctor Félix Reviglio
sufrió ayer un escrache en la puerta de su casa, en la capital
de la provincia. Al grito de ladrón, los vecinos
de Reviglio repudiaron su designación como secretario de
Políticas de Salud de la administración de Adolfo
Rodríguez Saá. La indignación de los vecinos
tiene su lógica: la gestión de Reviglio en Santa Fe
entre 1987 y 1991 estuvo marcada por una serie de escándalos,
que lo involucraron tanto a él como a su vice, Antonio Trucha
Vanrell. Reviglio fue el responsable de establecer en la provincia
el sistema de ley de lemas, que le permitió al peronismo
retener la gobernación, aunque su candidato Carlos
Reutemann obtuvo menos votos que su adversario radical Horacio
Usandizaga.
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PLANES
DE EMPLEO PARA CINCO PROVINCIAS MAS
De procesión por la Rosada
El Gobierno siguió ayer
sumando provincias al plan para crear un millón de puestos de trabajo.
El ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, firmó convenios con
cinco distritos Córdoba, Tucumán, Tierra del Fuego,
Río Negro y La Pampa por un total de 40 mil planes de empleo.
La crisis social y el desempleo, que en la última medición
fue del 18,3, impulsaron a Adolfo Rodríguez Saá a anunciar
la creación progresiva de un millón de puestos de trabajo.
De a poco, el Gobierno fue firmando acuerdos con diferentes distritos.
En principio se pagarían en Lecop, pero la idea es que luego de
abonen en argentinos.
Los planes duran tres meses y son renovables. Aunque los fondos son aportados
por el Estado nacional, los gobiernos provinciales se comprometen a proveer
la cobertura médica y contra riesgos de trabajo.
Además, el Gobierno nacional se reserva el derecho de solicitar
información respecto de los trabajos y auditar su ejecución.
El objetivo del programa será la reinserción laboral
de las personas comprendidas en el mismo a través de la modalidad
de empleos temporarios provistos por las empresas privadas que adhieran,
preferentemente pymes, establece el convenio que el Gobierno firmó
ayer con cinco distritos: Córdoba, por 27.000 planes; Tucumán,
5.000; Tierra del fuego, 1.300; Río Negro, 3.000; y La Pampa, 2.500.
Los acuerdos de ayer se suman a otros: durante la semana, la nueva administración
fue firmando convenios con Buenos Aires, por 20 mil puestos de trabajo;
con Córdoba, por 10 mil; Santa Fe, por 10 mil; y San Luis, por
2500. Pero el Gobierno no quiere beneficiar sólo a los distritos
gobernados por el PJ y ya suscribió convenios con mandatarios de
la Alianza: Chaco obtuvo 4 mil planes; Entre Ríos 2750; Río
Negro 1400; Corrientes 2100; y Catamarca 1560. El jefe de Gobierno porteño,
Aníbal Ibarra, se reunió con Rodríguez Saá
el martes pasado, y obtuvo 5 mil planes.
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