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SE PROFUNDIZA LA PELEA POR LA REALIZACION DE LAS ELECCIONES EN MARZO
Sordos ruidos en el corazón del peronismo

Carlos Ruckauf anunció a un grupo de adherentes que competiría. Kirchner y De la Sota quieren comicios a rajatabla. Pero ni en el Gobierno, ni Menem, ni la UCR acompañan la idea. Dirigentes que cruzan las líneas.

Carlos Ruckauf le anunció en el Banco Provincia a un grupo de aliados que competiría el 3 de marzo.

Por Diego Schurman

Carlos Ruckauf aseguró ayer que se presentará a competir en las elecciones del próximo 3 de marzo. El gobernador de Buenos Aires reunió a representantes de todas las provincias para evacuar la duda que se había instalado en el seno del PJ, sobre todo tras el deseo de un sector del partido de prolongar el mandato de Adolfo Rodríguez Saá hasta 2003. No se descarta una cumbre de gobernadores justicialistas para poner punto final al tema.
Ruckauf habló delante de un cúmulo de legisladores adeptos en la sede porteña del Banco Provincia. Primero aclaró que la demora en anunciar su candidatura –cuando sus contrincantes José Manuel de la Sota y Néstor Kirchner ya lo han hecho– obedece a razones estratégicas.
No sólo quiere dejar pasar un tiempo prudencial tras los saqueos y los cacerolazos –una muestra de descontento que todavía se expresa aunque de otras maneras–; también espera que el Gobierno confirme el cronograma electoral. Fuentes del Ministerio del Interior aseguraron a Página/12 que, al margen de los rumores, se está trabajando en ese sentido y que, en principio, se establecería el 21 de enero la fecha tope para la presentación de los sublemas.
“Quiero que sepan que yo me lanzo”, dijo en un momento Ruckauf, para desactivar personalmente las operaciones que hasta hace poco lo ubicaban fuera de la competencia electoral. Todos los presentes retuvieron la frase. Desde Miguel Angel Toma hasta Jorge Remes Lenicov, pasando por Eduardo Camaño, Guillermo Olivieri, Juan Carlos Mazzón, Jorge Capitanich y Jorge Busti, por sólo nombrar algunos.
Uno de los presentes quiso avanzar más y le pidió que soltara el apellido de su compañero de fórmula. Ahí Ruckauf puso el freno.
–Lo tengo in pectore –se río, sabiendo que ésa era una de las frases que inmortalizó su archienemigo Carlos Menem.
Todos dicen que el número puesto es el misionero Ramón Puerta. Pero saben que el senador hace correr entre los propios su deseo de lanzarse por su cuenta, secundado por Mauricio Macri, su amigo y presidente de Boca, fórmula que está haciendo medir en una encuesta solicitada a un consultor que suele trabajar con el peronismo.
Busti entonces decidió dar a conocer un proyecto propio, presentado ayer en el Congreso, para darle “juridicidad” a la suspensión del pago de los intereses de la deuda externa. Una forma de darle cobertura legal a lo que el domingo anunció el Presidente. Ruckauf tomó nota. Pero siguió analizando todas la movidas para suspender el comicio. Dejó en claro que el tema le preocupa. Luego agradeció a todos y llamó a poner en marcha la campaña.
Una fuente del Gobierno aseguró a Página/12 que se está respondiendo al pedido de la jueza electoral María Romilda Servini de Cubría. “Las elecciones se pueden hacer tranquilamente el 3 de marzo”, arrancó el funcionario. Aunque, a continuación, se preocupó en remarcar los inconvenientes. El principal es que el Presupuesto no contempla partidas para 2002 destinadas a elecciones. Y que, aun con reducciones mediante, el costo del comicio se elevaría a 40 millones de pesos (5 millones para la justicia electoral, 10 para el comando general, 9 para el correo argentino, 9 para el escrutinio, etc.). El Congreso debería abordar urgentemente el tema en los próximos días.
El funcionario, de todos modos, fue más terminante con su reflexión que con los números. “Si el país funciona, la gente va a decir que no se hagan cambios y se mantenga Rodríguez Saá. Si el país no funciona... quién sabe”, señaló.
La presión del núcleo del Frente Federal Solidario –donde se agrupan los gobernadores de las once provincias chicas que gobierna el justicialismo– para prorrogar el mandato de Adolfo Rodríguez Saá hasta el 2003 contó ayer con algunos adherentes. Uno de ellos es Carlos Menem, quien ayer concurrió a la Casa Rosada. El otro, el gobernador de la provincia de Chubut, el radical José Luis Lizurume.
Pero la postura más curiosa fue la de Luis Barrionuevo. El sindicalista solía expresar, con una crudeza ominosa por cierto, el pensamiento de Ruckauf. Pero ayer salió con una defensa ciega de la actual gestión, la cual –vaticinó– producirá un “cambio histórico” y por lo tanto “debería tener continuidad hasta 2003”.
Quien mantiene su ambigüedad sobre el tema es Carlos Reutemann. El gobernador de Santa Fe se queja por la manera en que Rodríguez Saá llegó a la presidencia. Pero a la vez cree que 2003 es el mejor año para lanzarse a la arena electoral. Por eso ahora apoyaría la prolongación del mandato del puntano. Así también lo dejó en claro su vice, Marcelo Muniagurria. “No están dadas las condiciones para una definición de este tipo”, dijo ayer en la capital provincial.
De la otra vereda, Néstor Kirchner y José Manuel de la Sota se plantaron ante una probable suspensión de las elecciones. El santacruceño ya denunció un pacto entre menemistas, aliancistas y hombres del Gobierno para frenar la votación. El gobernador cordobés no habló de acuerdos espurios, pero lanzó su advertencia al flamante Presidente.
“El se comprometió a no presentarse. Sería faltar a la ley, porque además desconocería la resolución de las dos cámaras del Congreso que lo designó sólo por 90 días y convocó a elecciones para el 3 de marzo”, sostuvo.
Cuando Mariano Grondona anoche le preguntó en “Hora Clave” sobre si honraría ese compromiso, aparentemente puesto sobre la mesa en una reunión con otros gobernadores del PJ, Rodríguez Saá prefirió la evasiva.
–No me hable de lo que va a pasar.

 


 

MENEM HABLO CON EL PRESIDENTE Y SUGIRIO QUE SIGA HASTA 2003
Se ha formado una pareja por conveniencia

Carlos Menem solía decir que la política es el arte de lo posible. Y deber ser así nomás. Luego de quedar relegado en las negociaciones que definieron el reemplazo de Fernando de la Rúa, el ex presidente desembarcó ayer con paso firme en la Casa Rosada para reunirse con Adolfo Rodríguez Saá. Pero lejos de prodigarse amor, todo indica que se trata de un matrimonio por conveniencia: por distintas razones los dos coinciden en que el actual gobierno debe prolongar su mandato hasta el 2003.
Menem lo dijo sin ambages, al salir del encuentro con el flamante Presidente. “Hay un compromiso inicial que puede ser cumplido o no y veremos cómo evolucionan los acontecimientos”, evaluó sobre la voluntad de la Asamblea Legislativa de llamar a elecciones el próximo 3 de marzo.
El ex mandatario negó que existe un “acuerdo” con el ex gobernador puntano. Y recordó que él mismo había propuesto que el presidente que surgiera en la Asamblea Legislativa continúe hasta el 2003.
De paso, mortificó a los que pugnan para que se lleven adelante los comicios con los amparos judiciales ya presentados ante la Justicia. “Hay que ver qué pasa con ello”, dijo sin el más mínimo toque de ingenuidad.
Menem no sólo está de acuerdo con el Gobierno en la idea de prolongar el mandato hasta el 2003. “También coincidimos en la no devaluación del signo monetario para evitar males mayores y en la necesidad imperiosa de no aislar a la Argentina del resto del mundo”, dijo. De paso, negó que la creación del bono argentino o “tercera moneda” que propicia la actual administración sea una “devaluación encubierta”.
El ex presidente está inhabilitado para competir electoralmente en marzo. Por eso su vocación por suspender los comicios. Pero ayer, le pifió al querer excluir de la disputa a su archienemigo interno, el gobernador bonaerense Carlos Ruckauf.
“A mí no me corresponde este turno constitucionalmente. Y no estoy dispuesto a competir en una campaña electoral para menos de dos años de Gobierno. Pero Ruckauf tampoco podría participar de los comicios del 3 de marzo, y no sé si una decisión judicial lo habilitará”, opinó.
Ruckauf acompañó como vicepresidente a Menem sólo durante un mandato, en el período 1995-1999, ya que en su primer período, a partir de 1989, el vice del riojano había sido Eduardo Duhalde. La Constitución, en su artículo 90, establece que “el presidente y vicepresidente duran en sus funciones el término de cuatro años y podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo período consecutivo. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un período”.

 

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