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LAS DROGUERIAS SOLO ACEPTAN DIVISAS
Remedios por dólares

El problema de pagos podría transformarse en desabastecimiento de medicamentos en pocos días. Los principales laboratorios exigen pagos en efectivo y restringen las entregas a obras sociales.

Remedios celosamente resguardados. Droguerías más exigentes.

Por Pedro Lipcovich

“La droguería empezó a facturarme en dólares, pero yo cobro en bonos argentinos: ¿cómo hago?” Con esta pregunta sin respuesta, el farmacéutico sintetizó la sorda puja sectorial desatada en los últimos días. La desregulación total del mercado de medicamentos, que nació con la convertibilidad, difícilmente pueda sobrevivirla. Los farmacéuticos –atrapados entre los precios que ordenan los laboratorios y la miseria de los consumidores– reclaman la vuelta al “precio fijo y uniforme” o alguna otra forma de regulación estatal, mientras restringen la atención a obras sociales y prepagos. Una asociación de diabéticos denunció la falta de insulina: “Cuando es por obra social, en la farmacia dicen que no hay”. Por otra parte, laboratorios e importadores de equipamientos médicos salieron a denunciar que el “corralito” bancario les impide traer al país insumos esenciales. Todos agitan el fantasma del desabastecimiento, mientras los pocos productores de equipamiento hospitalario que quedan en el país sueñan con que la situación les permita, un poco, levantar cabeza.
Daniel Alvarado, presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina, anunció ayer que “la droguería Americana-Monroe, una de las tres más importantes del país, empezó a mandar sus facturas en dólares: si esta actitud se extiende a las demás droguerías, en 24 horas se producirá desabastecimiento, porque las farmacias no pueden pagar esas facturas mientras cobran en bonos del Estado y provinciales y cobrarán en ‘argentinos’: ¿cómo podríamos pagar en dólares?”.
El dirigente farmacéutico destacó como “un dato importante” el hecho de que “esa droguería es propiedad de las tres cámaras de la industria farmacéutica: CAEME (laboratorios extranjeros), CILFA (grandes laboratorios nacionales) y Cooperala (pequeños laboratorios nacionales)”.
El titular de COFA reclamó “una participación activa del Estado en la regulación de los precios, como sucede en todo el mundo. Hasta 1992, los medicamentos tenían su ‘precio fijo y uniforme’ fijado por el Estado: eso solucionaría gran parte del problema, y, aun en caso de que el Estado no quisiera fijar precios, puede utilizar diversos incentivos e instrumentos para evitar que se disparen”.
Alvarado admitió que “de hecho, las farmacias han empezado a dejar de financiar la seguridad social; desfinanciadas, casi al límite del cierre, empiezan a restringir la atención o a suspender servicios, lo cual se extiende a muchas prepagas que están en deuda”. En efecto, Néstor Loreto, presidente de la Asociación de Diabéticos de Buenos Aires (ADIBA), denunció que “están faltando la insulina y otros medicamentos que necesitamos: a las obras sociales no les entregan, por falta de pago, y muchos farmacéuticos, cuando es por obra social, dicen que no tienen, esperando que, cuando nos estemos muriendo, aceptemos pagar en efectivo”.
Entretanto, Norma Lizarraga, titular de la Cámara de Distribuidores e Importadores de Equipamientos Médicos (Cadiem) anunció el riesgo de “una situación crítica, ante la imposibilidad de proveer elementos como marcapasos, cardiodesfibriladores, válvulas cardíacas o plaquetas para reparar tomógrafos”, que no pueden importar a causa de las restricciones cambiarias que acompañan al “corralito” bancario. También Roberto Bruno, vocero de CILFA, sostuvo que “en estas condiciones no podemos traer los insumos importados que necesitan los medicamentos. El mismo problema lo tienen todos los importadores, pero los medicamentos requieren otra consideración que los perfumes o los autos, son un rubro distinto”.
–Para este rubro distinto, ¿no sería adecuado fijar precios máximos? –preguntó Página/12.
–No estoy en condiciones de contestar. Nuestra industria siempre sostuvo la libertad de precios –contestó el representante de CILFA.
Ante la misma pregunta, Clara Suárez, titular de Cooperala, respondió que “no le podría dar una respuesta. Las experiencias que hubo en ese sentido no fueron muy buenas”. Por su parte Horacio Serra, presidente de la Cámara de Equipamiento Hospitalario de Fabricación Argentina –“de los cien miembros, solamente 15 podemos pagar la cuota societaria”–, pidió “protección para la industria nacional y cambios en las modalidades de compra del Estado: no tenemos nada contra los importadores, pero la industria argentina está en condiciones de proveer el 80 por ciento del equipamiento hospitalario”.
La reunión anunciada para ayer, en la cual Víctor Reviglio, secretario de Políticas y Regulación Sanitaria, iba a solicitar a las cámaras empresarias un “aporte patriótico”, quedó postergada, supuestamente para hoy.

 


 

MANIOBRAS ESPECULATIVAS CON INSUMOS Y MERCADERIAS
Reclaman aplicar controles urgentes

Comerciantes y productores de distintos rubros denunciaron ayer maniobras especulativas que están provocando remarcaciones de precios y algunos atisbos de desabastecimiento. Tal como señaló ayer Página/12, hay sectores que aprovechan la confusión para buscar rentas adicionales. Igualmente, el feriado cambiario complica la situación para las importaciones. El secretario de Agricultura, Jesús Leguiza, advirtió que la prolongación del feriado cambiario “genera alzas especulativas en el precio de insumos importados para el campo. Estamos haciendo gestiones ante el Banco Central para que se adopten urgentes medidas tendientes a solucionar este problema, que se agrava con el correr de los días”, reconoció.
Otra situación que empieza a extenderse es la del aumento de precios. Frente a ello, el Ministerio de la Producción bonaerense recordó que los pequeños comercios, súper e hipermercados están obligados a exhibir los precios de los productos que comercializan, y que aquellos que no lo hagan recibirán sanciones, en un intento por disuadir subas generalizadas. Respecto a este comportamiento, el titular de la Cámara Argentina de Comercio, Jorge Di Fiori, señaló que “no estamos advirtiendo remarcaciones con carácter general. Es posible que alguien en particular piense que remarcando va a mejorar sus rentas, aunque se contradice con la realidad”.
Sin embargo, está ocurriendo que algunos comerciantes que operan con productos importados resolvieron suspender las ventas, otros pretenden vender a cambio de entrega de dólares y otros dicen que “vamos a esperar, y vamos a remarcar calculando cuál será el precio final de la importación”, anticipándose a una eventual devaluación, según describió el mismo dirigente empresario.
La Federación de Entidades de Autoservicos Alimentarios, Almaceneros y Comerciantes Minoristas en general de la provincia de Buenos Aires advirtió “con preocupación que se han generado actitudes especulativas con prácticas nefastas que todos conocemos, como el ocultamiento de mercaderías que están haciendo algunos hipermercados y remarcaciones de precios”. “Nosotros mantendremos, en la medida de nuestras posibilidades una actitud comercial transparente y abierta a las necesidades de nuestros clientes”, expresó la entidad.
El fantasma de la remarcación de precios no fue el único foco de conflicto para el público, ayer. La reapertura de los bancos, luego de varias jornadas de feriado, vino acompañada de aglomeraciones y momentos traumáticos para quienes debieron soportar las largas colas en la calle con una temperatura ambiente superior a los 33 grados. Muchos clientes reclamaban noticias sobre transferencias electrónicas efectuadas hace 20 días y otros intentaban averiguar el paradero de cheques depositados la semana pasada. También hubo inconvenientes para quienes pretendían retirar sus tarjetas de débito correspondiente a cuentas abiertas en las últimas semanas. El público no ocultó su malhumor, que no se calmó con la reanudación del clearing bancario.

 

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