Por José
Natanson
Por primera vez desde la renuncia
de Fernando de la Rúa, las máximas figuras del radicalismo
se reunieron ayer a discutir la patética situación del partido.
Aunque su influencia es limitada, quieren intervenir en la polémica
entre los diferentes sectores del PJ por la realización o no de
las elecciones de marzo. En el encuentro de ayer, los radicales coincidieron
en que lo ideal es que el peronismo posponga los comicios, e incluso un
grupo cada vez mayor sostiene que, si finalmente se realizan, la UCR no
debería presentar candidatos.
Del encuentro, planeado con carácter reservado, participaron las
autoridades partidarias: Angel Rozas, Juan Manuel Casella, Pablo Verani,
Roberto Iglesias y Luis Lizurume. Estaban, además, Raúl
Alfonsín, los jefes de los bloques legislativos, Carlos Maestro
y Horacio Pernasetti, y algunos diputados importantes, como Leopoldo Moreau,
Jesús Rodríguez y Marcelo Stubrin.
Desde las once de la mañana a las cuatro de la tarde analizaron
el panorama político, que para los radicales no anticipa nada bueno.
Hubo una sola coincidencia: intentar por todos los medios que no se realicen
las elecciones de marzo ya que, si Adolfo Rodríguez Saá
completa el mandato hasta 2003, el radicalismo ganaría tiempo para
regenerarse. Una posibilidad que parece difícil, pero que cuenta
con el apoyo de sectores importantes del PJ: el menemismo y, por su supuesto,
el propio Presidente. En medio del debate, Jesús Rodríguez
sostuvo que la UCR le debe a la sociedad una autocrítica profunda.
No puede ser que no hayamos fijado una posición institucional.
Hay que decir que esta situación es el resultado de la negación
de la Alianza y de que se apropiaron del triunfo electoral, dijo
Rodríguez. Y Moreau insistió con su reclamo para que la
UCR expulse a De la Rúa como gesto de arrepentimiento.
Más cautos, Rozas y Alfonsín rechazaron la propuesta de
Moreau, aunque aceptaron sin mucho entusiasmo la idea de la
autocrítica: el miércoles próximo la UCR emitiría
un durísimo comunicado reconociendo sus errores.
El resto del encuentro giró en torno a la estrategia para las elecciones
de marzo, un tema difícil y que encuentra al radicalismo dividido
en tres posturas:
La primera, defendida por Rozas, consiste en aceptar la realidad y aprovechar
el sistema de lemas: el gobernador chaqueño integraría el
sublema más fuerte, acompañado de otros sublemas liderados
por los referentes partidarios.
La segunda es la que más entusiasma a Alfonsín: presentar
una sola fórmula, encabezada por Rozas, para repudiar simbólicamente
el sistema electoral y, al mismo tiempo, dar pelea con cierta dignidad.
La tercera es la abstención, que hasta hace un par de días
sonaba absurda, pero que ha ido ganando cada vez más adeptos. Es
la mejor forma de rechazar la elección y el sistema de lemas,
dijo Lizurume.
No es casual que el gobernador de Chubut apueste a la táctica abstencionista
junto a otros mandatarios provinciales, como Verani o Iglesias: más
allá de las señales públicas, los gobernadores radicales
necesitan que la elección de marzo los dañe lo menos posible.
En este contexto, la presentación de un candidato para el que deberán
hacer campaña (aunque todos saben que saldrá derrotado)
sólo contribuirá al desgaste en sus distritos.
No son los únicos. Convencidos de que es imposible sumar a Elisa
Carrió, los sectores autodenominados progresistas también
apoyan esta estrategia. Es una forma de pedir disculpas públicamente,
dijo en la reunión de ayer César Martucci, quien representó
a la corriente liderada por Federico Storani.
Después de casi cinco horas de discusión, los radicales
estaban igual que como habían empezado: desconcertados y divididos.
Decidieron esperar unos días, hasta el 12 de enero, cuando el plenario
del Comite Nacional sereunirá a definir una postura. Fue la única
conclusión a la que llegaron ayer, durante el encuentro que se
realizó en Costa Salguero, porque la sede del partido quedó
inutilizable luego de que manifestantes indignados la destruyeran en medio
de los saqueos.
Sobisch, con el
Adolfo
El gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, se manifestó
ayer a favor de que el presidente Adolfo Rodríguez Saá
continúe su mandato hasta 2003, coincidiendo así con
algunos sectores del peronismo, entre ellos el menemismo, y con
la UCR. La Nación exige respuestas rápidas,
concretas y que le digamos qué vamos a hacer en los próximos
meses. Me parece que el país no está para una nueva
elección. El Movimiento Popular Neuquino se opone a la Ley
de Lemas y a las elecciones anticipadas. Nosotros votamos por la
continuidad de un Presidente por dos años, dijo Sobisch.
El gobernador neuquino formuló estas declaraciones en la
Casa de Gobierno, tras reunirse con Rodríguez Saá,
con quien conversó sobre la creación de 20 mil puestos
de trabajo en la provincia como parte del programa para crear un
millón de empleos.
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