Por Victoria Ginzberg
Mi detención es
injusta, hay una persecución en mi contra, fue lo que atinó
a decir el represor Alfredo Astiz ante el juez federal Sergio Torres,
quien le informó que estaba preso a pedido de la Justicia sueca
por el asesinato de la joven Dagmar Hagelin. El paso siguiente de este
trámite es esperar que Suecia envíe la solicitud formal
de extradición. Mientras tanto, el Gobierno aún no decidió
si derogará el decreto con el que la gestión de Fernando
de la Rúa estableció que deben rechazarse todos los pedidos
de extradición y asistencia judicial de los países que intentan
juzgar a militares argentinos.
Astiz fue arrestado el jueves por la noche en Mar del Plata y ayer por
la tarde fue llevado ante Torres, quien le comunicó los motivos
de su arresto. El represor fue acompañado por su abogado, Fernando
Goldaracena, quien reclamó la libertad de su defendido, solicitud
que no tendría mucha posibilidad de prosperar. Luego de la audiencia,
Torres envió un oficio al ministerio de Relaciones Exteriores para
que se informe a la embajada sueca que Astiz estaba detenido. Poco antes,
el secretario de Justicia Alberto Zuppi había pasado por el juzgado
para ponerse a disposición del magistrado. Ahora
está actuando la Justicia, y cuando llegue la extradición
de Suecia es de esperar que el Poder Ejecutivo ya haya tomado una decisión
sobre este tema, afirmó a este diario el secretario.
Pocos días antes de renunciar a la Presidencia, Fernando de la
Rúa estableció, mediante el decreto 1581, que todos los
pedidos de extradición de represores argentinos serían rechazados
y que, de existir, las pruebas o antecedentes del caso serían girados
a la justicia. Apenas asumió, el secretario de Justicia que
fue abogado de Italia en el juicio por la extradición del criminal
nazi Erich Priebke y que representaba a Alemania en un trámite
del mismo tipo contra Carlos Guillermo Suárez Mason afirmó
que el decreto delarruista era algo que hay que corregir.
Estas declaraciones provocaron los primeros desencuentros en el Gabinete
ya que el ministro de Defensa y Relaciones Exteriores, José María
Vernet, relativizó los dichos de Zuppi. Ayer, mientras se esperaba
que Astiz fuera trasladado a los tribunales de Comodoro Py, el Presidente
almorzaba con los jefes de las Fuerzas Armadas. Los militares están
expectantes y aseguran que aún es apresurado saber cuál
será la posición final del Gobierno.
Actualmente, una comisión .conjunta de Justicia y Relaciones Exteriores
está estudiando qué hacer con el decreto 1581, que por el
momento tiene vigencia. El diputado del ARI Jorge Rivas presentó
un proyecto de ley para pedir que la norma sea derogada porque significa
una clara violación del principio republicano de la división
de poderes y una alteración del orden jurídico, ya que el
Ejecutivo imparte directivas a priori a los tribunales acerca de cómo
deben actuar en el caso de que haya pedidos de detención preventiva.
Zuppi no tiene una posición muy diferente ya que aseguró
a Página/12 que la secretaría de Justicia ya emitió
su opinión y ésta es: que el decreto 1581 es un avasallamiento
del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial.
Aunque no lo decía en su parte resolutiva, el decreto se pronunciaba
en contra de los arrestos provisorios pedidos desde el exterior. Pero
esa no fue una traba para el juez Torres, quien además de Astiz,
detuvo la semana pasada al coronel José Octavio Balita
Riveiro por solicitud de Francia. Estos son los dos primeros casos en
los que el gobierno de Adolfo Rodríguez Saá deberá
fijar posición respecto a la posibilidad de juzgamiento fuera del
país de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la
última dictadura militar.
El secretario de Justicia es un defensor del principio de extraditar
o juzgar que implica que si se rechazan los pedidos de los tribunales
extranjeros, los acusados deben ser investigados en el país. En
la práctica, las consecuencias no son muy diferentes a las que
tenían si seaplica el decreto de De la Rúa. La diferencia
es que Zuppi parte de la aceptación de la jurisdicción universal
en vez del principio de territorialidad. Y además, que en caso
de no poder ser juzgados aquí si recobraran vigencia las
leyes de impunidad los imputados deberían ser trasladados
a los países que los reclaman.
En declaraciones al programa de radio Otra Cosa de Radio Splendid
Zuppi aseguró que específicamente la causa por la desaparición
de Dagmar Hagelin podría estar prescripta y por lo tanto, el acusado
no sería extraditable. El secretario de Justicia se refirió
al fallo mediante el cual el 5 de diciembre de 1986 los camaristas Jorge
Valerga Aráoz, Andrés DAlessio y Guillermo Ledesma
dieron por prescripto el caso aunque estaba acreditada la responsabilidad
del secuestrador. El expediente quedó cerrado luego por las leyes
de Obediencia Debida y Punto Final. Pero después de la confesión
del marino Adolfo Scilingo, el abogado y diputado electo Luis Zamora pidió
la reapertura de la causa. Además, el año pasado reclamó
en un recurso extraordinario ante la Corte Suprema la anulación
de las leyes que impedían juzgar a los represores y la continuidad
de la investigación.
Esta es la segunda vez que Astiz va a prisión en este año
a causa de un pedido de captura internacional. Desde el 1º de julio
hasta el 14 de agosto pasado la jueza María Servini de Cubría
lo arrestó a pedido de la Justicia de Italia, que lo investigaba
por el asesinato de los ciudadanos de ese país Juan y Susana Pegoraro
y Angela María Aietta. En esa oportunidad, el Angel Rubio
fue liberado gracias al Gobierno, pero la justicia abrió una investigación
que sigue su curso. Ahora Suecia lo reclama por el asesinato de Dagmar
Hagelin, quien fue baleada por la espalda el 27 de enero de 1977 en El
Palomar y fue llevada casi sin vida a la Escuela de Mecánica de
la Armada.
Francia está
alegre
El vocero adjunto del Ministerio francés de Relaciones
Exteriores, Bernard Valero, aseguró que la detención
de Alfredo Astiz constituye una primera etapa importante
para Francia. El nuevo gobierno argentino se muestra así
deseoso de responder a las demandas en materia de cooperación
judicial internacional. Nos alegramos de ello, añadió
el funcionario. Valero afirmó que Francia no renuncia
a que sea ejecutada la sentencia por la que se condenó en
París a Astiz a cadena perpetua por el asesinato de las monjas
Alice Domon y Leonie Duquet. Por su parte, la abogada de las familias
de franceses desaparecidos en Argentina, Sophie Thonon, recibió
con alegría el arresto de El Angel Rubio, quien
durante la dictadura se infiltró en los grupos de familiares
de desaparecidos para marcar a quienes después serían
secuestrados, como la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo,
Azucena Villaflor y las monjas francesas Domon y Duquet. Este
arresto muestra que la justicia argentina tiene una actitud infinitamente
más favorable que en el pasado, declaró Thonon,
que espera también que se cumpla la extradición del
coronel José Octavio Balita Riveiro, detenido
en Argentina por pedido del juez francés Roger Le Loire.
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