Por Javier Lorca
El peor año de la historia
reciente de Franja Morada se cierra con su primera derrota, desde el regreso
de la democracia en 1983, en la Federación Universitaria de Buenos
Aires (FUBA), su principal bastión a nivel nacional. El Frente
20 de Diciembre, integrado por agrupaciones independientes y de
izquierda, derrumbó la hegemonía radical y encabezará
la federación de los estudiantes de la UBA durante el 2002. En
el primer semestre, la presidencia de la FUBA quedará a cargo de
un dirigente de la independiente TNT, Iván Heyn. Así
como a lo largo del año los estudiantes echaron a la Franja de
las facultades por dejar correr el ajuste y robar planes laborales, y
echaron a los radicales en las calles, hoy, después de 18 años,
pudimos echar a los morados de nuestra federación, dijo Agustín
Vanella (MST-Izquierda Unida), quien encabezará el último
tramo de la gestión.
El congreso que selló la anunciada debacle morada empezó
el miércoles a la tarde y terminó pasadas las cuatro de
la mañana de ayer, en la sede de Parque Centenario de la Facultad
de Ciencias Sociales. Sobre los 124 delegados estudiantiles presentes,
el frente opositor cosechó el voto de 61 delegados; Franja obtuvo
33 votos; el Movimiento Nacional Reformista (PSP) sumó 12 votos;
la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA) tuvo 11; y la
JUP logró 7 sufragios. Esas serán las agrupaciones que tendrán
representación en la mesa ejecutiva de la federación.
Nuestros principales objetivos van a ser frenar el arancel y democratizar
la federación contó a Página/12 Agustín
Vanella. Las decisiones las van a tomar las asambleas de estudiantes.
Esta es la última vez que se hace un congreso de la federación
en época de vacaciones. También vamos a transparentar las
cuentas; habrá juntas revisoras y todos los meses vamos a presentar
balances públicos. Otro proyecto de la nueva gestión
es el de organizar un amplio plan de becas para los alumnos con problemas
económicos.
La FUBA es el organismo gremial que agrupa a los centros de estudiantes
de la UBA. Su congreso se conforma con 130 delegados: 65 representan a
los centros estudiantiles de las trece facultades (cinco por cada uno)
y otros 65 corresponden a las distintas agrupaciones, según la
cantidad de votos cosechados. Para sesionar, se necesita un quórum
mínimo de 66 delegados.
Este año, la derrota del radicalismo universitario era un hecho
cantado desde que terminaron las elecciones estudiantiles en la UBA. En
ellas, Franja Morada había perdido tres de los siete centros de
estudiantes que le quedaban. En realidad, la caída ya había
comenzado el año pasado, porque en 1999 controlaba nueve centros
(en Alianza con agrupaciones del Frepaso). Ahora, después de perder
en facultades tradicionalmente radicales como Arquitectura, Económicas
y Psicología, sólo tiene cuatro centros: los de Derecho,
Medicina, Farmacia y Odontología.
En ese escenario, el eje del congreso de la FUBA fue el debate interno
del frente opositor, dividido en dos sectores. Por un lado, terciaba el
bloque mayoritariamente independiente, con agrupaciones como TNT (de Económicas),
NBI (Derecho), SLM! (Exactas), Punta del Iceberg (Psicología),
EVET (Veterinarias), FANA (Agronomía), El Mate (Sociales), CEUP
(la Mariátegui y la Cooke, de Filosofía y Letras), El Colectivo
(Alternativa Agronómica, El Gradiente, Frente de los Estudiantes,
LEI), La Grieta, la Venceremos, Pyre, La Revuelta, La Red, GES y AMBO
(Medicina). El otro bloque, comandado por listas de izquierda, estaba
integrado por la CEPA, el MST, el PO y el Frente Amplio de Estudiantes
Populares (Felipe Vallese, El Agite y la Kusch).
Después de largas discusiones que se prolongaron avanzada la madrugada
de ayer, todas esas agrupaciones entraron en el Frente 20 de Diciembre,
excepto los chinos de la CEPA. Durante horas, el punto más
discutido giró en torno al modo de compartir la presidencia. Las
agrupaciones de izquierda pretendían y consiguieron
que la presidencia fuera ocupada sucesivamente, seis meses y seis meses,
por los dos bloques. En cambio, los independientes preferían mantener
la presidencia todo el año y dejarle la vicepresidencia y algunos
cargos al otro bloque. Pero al final cedieron y hubo acuerdo.
Con la derrota sentenciada, la dirigencia de Franja Morada mostró
cierta autocrítica, aunque no se privó de disparar contra
el nuevo movimiento estudiantil. Estamos replanteando muchas cosas
hacia adentro de la agrupación y esperamos recuperarnos el año
que viene comentó a este diario Sebastián Pérez
Brusso, secretario general saliente de la FUBA. Pero lo malo de
este proceso es que toda la oposición se juntó solamente
para derrotarnos y para manejar las cajas en las facultades. Nunca se
planteó elaborar una estrategia común para defender a la
educación pública. Además de sufrir el obvio
desgaste de haber sido oficialismo durante casi dos décadas sin
renovarse, la versión porteña de la agrupación radical
cargó este año con el escandaloso uso por parte de sus militantes
y dirigentes de Planes Nuevos Roles Laborales del Gobierno de la Ciudad.
Y también pagó el costo de haber apoyado y de no haberse
despegado ni siquiera a destiempo la Presidencia que hasta hace
muy pocos días ejerció Fernando de la Rúa.
POR
LA CONTINUIDAD DEL MINISTERIO DE EDUCACION
Un abrazo al Palacio Sarmiento
Entre tantas cosas que pueden
desaparecer, como el dinero en efectivo y los plazos fijos, se encuentra
el Ministerio de Educación. Al menos, hasta ahora no se sabe el
destino final de esa cartera. Sin embargo, sus trabajadores no se quedan
de brazos cruzados: ayer por la mañana, hicieron un abrazo
simbólico al Palacio Sarmiento contra la desaparición
del organismo y fueron acompañados por pedagogos de distintos ámbitos.
Los empleados informaron que asistirán a sus trabajos el 2 de enero,
aunque no sepamos qué ocurrirá luego del 31 de diciembre.
Mientras tanto, el actual ministro de Trabajo, Oraldo Britos, se hará
cargo interinamente de Educación, hasta que se defina qué
pasará con esa área.
Una bandera argentina y las estrofas del Himno Nacional fueron los elementos
que los 700 empleados, docentes y pedagogos usaron para expresar su rechazo
a la desaparición del Ministerio, actualmente acéfalo y
sin que esté claro qué organismo lo reemplazará.
Los trabajadores están en asamblea permanente y expectantes
por su futuro.
La ex ministra de Educación del gobierno de Carlos Menem, Susana
Decibe, participó de la protesta. Hay que tener una autoridad
educativa nacional, que fije políticas compensatorias y que certifique
la validez de los estudios, dijo la ex funcionaria, para explicar
su presencia. También participaron del abrazo, Juan Carlos Tedesco,
Inés Aguerrondo y Gustavo Iaies, entre otros.
En tanto, se suspendió la reunión que ayer iba a mantener
el presidente Adolfo Rodríguez Saá con la titular de CTERA,
Marta Maffei. Fue un día muy complicado, con mucha incertidumbre,
con caídas enormes de la recaudación y de dinero, que los
bancos no están entregando, afirmó la gremialista
a Página/12. Quedamos en reunirnos la semana que viene, entre
el miércoles y el jueves, completó.
El destino de Educación todavía está en una nebulosa.
La idea original del gobierno peronista era rebajarla a la categoría
de Coordinación, aunque en las últimas reuniones de gabinete
triunfaría la idea de dejarla como Secretaría.
Lo importante es que en la reunión que tuvimos con el presidente,
él se comprometió a renovar todos los contratos que vencen
el 31 de este mes, por lo que no habrá despidos, afirmó
Maffei. De todos modos, esperamos reunirnos ya la semana que viene
con Rodríguez Saá y con el nuevo encargado del área,
para saber qué va a pasar. Queremos un ministerio federal y fuerte,
añadió.
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