Por Alejandra Dandan
Dadas las circunstancias
que está viviendo el país pensé que más útil
que escribirle a Papá Noel era escribirle a usted. La carta
que este año dejó de recibir don barba blanca está
dirigida al mismísimo señor Bin Laden, el hombre que en
estas épocas se ha convertido en un virtual símbolo entre
los desalentados habitantes del ciberespacio local. El pedido a Papá
Osama incluye los nombres de buena parte del staff político del
país. Están casi todos, los de siempre, algunos de los que
recién llegan y los que recién se han ido, seguidos por
una leyenda al pie: Que parezca un accidente. La imagen fue
sólo una de las formas con las que algunos han decidido encarar
crisis y angustia en medio de las fiestas. Quienes se dedican a los números
aseguran que este año todo fue en baja: la pirotecnia, los accidentes,
los ingresos, los gastos... Y ahora hasta las ganas de festejar. De algún
modo, la red encontró en el humor negro y en la ya clásica
retórica de los trucos de imágenes una suerte de embrujo
para deshacer la bronca y la rabia (aunque sea por un rato).
La zaga de imágenes y leyendas con tintes de humor negro no son
nuevas. Hubo una explosión fortísima después de los
atentados del 11 de setiembre y otras, más recientes, de fabricación
nacional que fueron enviadas, copiadas y reenviadas al compás de
los cacerolazos y los saqueos. Esta forma de ridiculización crítica
volvió a repetirse ahora: por estos días, miles de usuarios
descartaron los cuentos de hadas navideños para darle algún
contenido de tono más político a la ceremonia insalvable
de saludar por el fin de año.
Los papanoeles de las tarjetas virtuales no son tan regordetes. Muchos
son flacos, escuálidos o se la pasan escapando vestidos a lo piquetero.
Y ni siquiera la Virgen María y San José pudieron quedarse
tranquilos en Belén festejando el nacimiento de su hijo. Algunas
de las comunicaciones virtuales aseguraron que en estas fiestas, la Sagrada
Familia tuvo tantos problemas de plata que estaban a punto de decretar
un default.
Todos los mensajes provocan inevitablemente, y al menos, una sonrisa parecida
a la que tiene ese señor Bin Laden vestido de cocoliche navideño.
Aunque aún no lo sabe, a partir de ahora, don Osama tendrá
una tarea más complicada que la de seguir escapándose de
la CIA. Los argentinos lo han buscado a usted le explican
en un apartado porque no quiero ningún regalo, sólo
lo que me corresponde por mi trabajo y por haber hecho puntualmente mis
aportes como buen contribuyente esperando que los Reyes Magos me traigan
a cambio obras públicas, seguridad, justicia. Pero ahí
no termina todo, porque después de haber leído todo esto,
Papá Bin Laden tendrá en sus manos el deber de repararlo:
Sólo pediré un favor porque usted le dicen en
la cartita es la persona indicada. Y enseguida aparece la
lista del pedido con Carlos Menem, Fernando de la Rúa y hasta Emir
Yoma. Ahí se termina el encargo que tiene una nota al pie, a la
manera de la mafia (que parezca un accidente).
La fábrica de inventos nacionales tuvo razones para no aburrirse.
Los miles de cómicos anónimos que estuvieron detrás
de estos inventos no se olvidaron ni siquiera del pobre hombre de origen
chino dueño de un pequeño supermercado de Ciudadela saqueado
el martes de la semana pasada. Tal vez ahora esta postal virtual redima
aquel padecimiento que se vio, se revisó y se lloró en todos
lados. Esta vez, el saqueado no está en la postal. En la foto está,
posando, el también famosísimo saqueador que se llevó
el arbolito de Navidad mientras el chino lloraba, desconsolado. Y hay
un mensaje, firmado por el mismísimo ex matrimonio presidencial:
Feliz Navidad. Les desean Fernando de la Rúa y Sra.
Si la sucesión de imágenes trasmitidas a través de
estos circuitos, contasen con algún tipo de medición, la
del chino tendría los puntos más altos de rating. Fue la
más copiada, la más vista y a pesar de las pocas ganas de
muchos, la más pasada. Hola Tomás le escribía
una amiga aTomás pocos días antes de las fiestas.
Si bien nunca reenvío nada negativo, esta tarjeta me parece muy
buena. La tarjeta del saqueador estaba en un archivo adjunto con
la extensión .jpg que no decía Feliz Navidad: pedía
esperanzas por un país mejor.
Nota al pie (uno): acaba de ingresar a la web un nuevo mensaje llamando
a un brindis para que el 2002 nos encuentre lejos de los bancos
y con la cacerola a mano.
Nota al pie (dos): la sucesión de saludos incluye una secuencia
de imágenes de los días calientes, cerrada por una bandera
argentina con un sol al que se le escapa una lágrima.
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