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LAS POTENCIAS OCCIDENTALES SALIERON A PEDIR “CALMA” A INDIA Y PAKISTAN
Se calienta la pequeña Guerra Fría

Hubo combates y evacuación de pueblos en Kashmir. La semana que viene se reunirán los líderes de ambas potencias nucleares.

�Todos para uno y
uno para todos�: los comandantes de las tres fuerzas militares indias.

Por Ian Traynor y Michael White *
Desde Moscú y Londres

La gravedad de los aprestos de guerra entre India y Pakistán se mide con la preocupación de la comunidad internacional. Varios presidentes, entre ellos el norteamericano George Bush y el francés Jacques Chirac, pusieron en el tapete los llamados a ambos países a terminar con su escalada militar. “Estamos buscando llevar calma a la región”, dijo Bush, mientras se sabía que su secretario de Estado Colin Powell multiplicaba sus llamados a Nueva Delhi e Islamabad. Las principales potencias internacionales le dijeron ayer a Pakistán que reprima drásticamente a los terroristas del país que luchan por el control indio de Kashmir, y a la vez reconocía lo hecho ya por ese país. También ponderaron los intentos de Nueva Delhi de desactivar la crisis regional.
Mientras ambos bandos atacaban las posiciones del otro en la disputada región de Jammu-Kashmir, después de dos días de una relativa estabilidad, el vocero militar de Pakistán declaró que el despliegue agresivo por parte de India había llegado a un punto en que resultaría difícil retractarse. Pero anoche surgió una nota más positiva, cuando el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, anunció que estaba dispuesto a encontrarse con el primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, en una cumbre regional en Nepal la semana que viene.
“No me importa reunirme con él, pero no se puede aplaudir con una mano”, dijo. “Si él (Vajpayee) muestra voluntad de su parte, habrá voluntad de la nuestra”. Cuando se le preguntó si estaba preparado para actuar contra grupos militantes extremistas, Musharraf dijo: “Conocemos nuestra responsabilidad. Sabemos lo que debemos hacer”. Los diplomáticos representando a los países de G8 –Rusia, además de Estados Unidos, Canadá, Japón y los países líderes de la Unión Europea– hicieron saber su “seria preocupación” en Moscú por la confrontación gatillada por el ataque al Parlamento indio el 13 de diciembre. India culpa a los militantes patrocinados por la inteligencia paquistaní por el ataque, una acusación que Islamabad niega. El ataque dejó un resultado de nueve indios y cinco atacantes muertos e hizo crecer las tensiones entre los dos rivales que poseen armas nucleares en la región hasta el punto de que India ahora ordenó una movilización general por primera vez desde que los dos países estuvieron en guerra en 1971.
Después de consultar con los cancilleres en Moscú, Jack Straw reforzó su declaración colectiva con una urgente advertencia al general Musharraf a que aumente su campaña contra lo que él llamó complacencia y doble mensaje hace los “combatientes por la libertad de Kashmir” desde el mismo Pakistán. “Estos grupos violentos no tienen lugar en una sociedad moderna. Deben detenerse. Insto al presidente Musharraf a que continúe su acción contra ellos con resolución y determinación”, declaró Straw. Mientras tanto, India ordenó a 5000 o más habitantes de los pueblos que evacuaran sus hogares en las líneas del frente de Kashmir y amenazó con dar una “decidida batalla” para desalentar a Pakistán en una “guerra por poder” en Kashmir.
Los funcionarios paquistaníes le dijeron anoche a la BBC que estimaban que el 95 por ciento de la Fuerza Aérea india estaba ahora desplegada en una configuración ofensiva, junto con un gran despliegue de tropas terrestres. El vocero militar de Pakistán, general Rashid reshi, dijo que la naturaleza del despliegue indio sugería un deseo de acción ofensiva, y que a India, cuyo gobierno está ahora dominado por los nacionalistas hindúes, le resultaría difícil retractarse. Ayer, Straw describió el ataque en Nueva Delhi como “un atropello, no solo contra India sino contra todo el mundo democrático” aunque fue muy cuidadoso de unir su condena con un halago para el general Musharraf sobre su “muy considerable calidad de estadista” durante la última crisis que puso en peligro a su régimen.
La declaración del G8 también le pidió a Pakistán que “tomara más medidas contra los grupos terroristas actuando en su territorio que en especial apuntan a India”. Fue emitido por la insistencia de los rusos, aliados históricos de India, cuyo apoyo puro a la guerra de Estados Unidos en Afganistán desde el 11 de septiembre ganó aplausos personales para el presidente Vladimir Putin desde George Bush a Tony Blair. El Ministerio de Exterior ruso dijo que la declaración de ayer mostraba “la unidad de los países líderes al no tener dobles mensajes en una lucha contra el terrorismo en todas sus formas”.
El cruce de fuego en la frontera indo-paquistaní, una escalada de fuerzas en ambos lados, una continua guerra de palabras, y los movimientos diplomáticos caracterizaron el empeoramiento de la situación ayer. Los bombardeos de represalia por parte de tropas paquistaníes mataron a un niño de tres años en un pueblo indio de la frontera, dijo la policía. Mientras Nueva Delhi ordenaba la última evacuación de más de 10.000 personas el ministro de Interior indio, Lal Krishma Advani, incitó a la lucha. “Ahora libraremos una batalla decisiva contra la guerra por poder de Pakistán, sin tener en cuenta el apoyo que tengamos de los otros países en esta guerra contra el terrorismo”, le dijo a las unidades policiales en Nueva Delhi. “No hay una balanza que nos diga que cerca o que lejos estamos de la guerra”, había dicho antes el canciller Jaswant Singh. “Solo digo esto: No se preocupen. Estamos preparados”.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

 


 

SEÑALES DE UN CAMBIO DE HUMOR EN MEDIO ORIENTE
El apoyo a las negociaciones

A diferencia de las crónicas cotidianas que sólo dan cuenta del pueblo palestino como un colectivo que se debate entre sus líderes, el accionar de los grupos extremistas y como destinatario de la artillería del ejército israelí, una encuesta reciente arroja datos sobre su opinión respecto de las relaciones con los israelíes. Así pudo saberse que un 71 por ciento de los palestinos encuestados está de acuerdo con el reinicio de las negociaciones con Israel, y que un 60 por ciento de ellos aprobó el alto el fuego proclamado por el presidente palestino Yasser Arafat. Pero esto no sólo ocurrió del lado palestino: según un sondeo publicado en Israel, cerca de dos de cada tres israelíes son favorables al plan de paz del canciller, Shimon Peres. Resulta llamativo que un 58 por ciento de los encuestados aprobara la gestión del primer ministro israelí, Ariel Sharon, que se opone al plan de Peres.
La encuesta de opinión palestina fue efectuada en Cisjordania y en la franja de Gaza entre el 19 al 24 de diciembre. El director del Centro Palestino de Sondeos e Investigaciones Políticas de Nablus, Jalil Shikaki, explicó que disminuyó un 10 por ciento el número de gente que apoya la lucha armada. Esta evolución se explicaría por la pérdida de confianza en la eficacia de este método, las denuncias internacionales por los atentados indiscriminados, pero sobre todo, el temor a una guerra civil entre palestinos si los sectores extremistas continúan oponiéndose a las decisiones de la Autoridad Palestina que preside Yasser Arafat.
Asimismo, la encuesta publicada por el diario Maariv, fue realizada esta semana tras una importante disminución de los ataques antiisraelíes. Un 61 por ciento de los encuestados se muestra a favor de “un alto el fuego en las próximas seis semanas, seguido de la creación de un Estado palestino que ocupe un 42 por ciento de los territorios, antes de un acuerdo definitivo”, tal como propuso el canciller Peres a los palestinos. “Los ataques terroristas de primeros de mes llevaron a la opinión al bando de los halcones. Los 16 días de relativa calma le han hecho desplazarse en la dirección contraria. La opinión tiende a la paz, incluso si no cree en ella”, estimó el diario. Ayer se realizó una manifestación de paz de alrededor de 2000 palestinos e israelíes en Jerusalén.
En tanto, la dirección palestina –que reúne a miembros de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y de la Autoridad Palestina (AP)– pidió anoche el regreso a la región del emisario estadounidense Anthony Zinni, para aplicar el plan Mitchell. Zinni que estuvo en la región por tres semanas, fue llamado a mediados de diciembre a Washington para consultas.

 

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