Por Horacio Bernades
El viernes 21 de diciembre,
la sucursal de Blockbuster de la esquina de Rivadavia y Pasco amaneció
con sus estanterías completamente vacías y desparramadas
por el piso. No se trataba de la concreción del sueño del
comerciante consumidores enfebrecidos arrasan con todas las existencias
sino más bien de una pesadilla. La noche anterior, la firma líder
del ramo había corrido la misma suerte de algunos supermercados,
casas de comida y electrodomésticos: fue saqueada de punta a punta.
La desoladora imagen del videoclub en la mañana de ese día
bastaba y sobraba para demostrar, con más crudeza que nunca, que
la suerte del rubro está fatalmente atada a la del país
en su conjunto. Así fue a lo largo de la temporada, como en anteriores
ocasiones.
En el último año del gobierno de De la Rúa, el mercado
del video experimentó una baja promedio de aproximadamente un 30
por ciento, con importantes oscilaciones en el curso de la temporada y
dos grandes hitos en la caída, que se corresponden puntualmente
con los últimos pasos al vacío de la administración
Cavallo. Desayunándose con la política de déficit
cero, el mes de julio, que a partir de las vacaciones de invierno suele
marcar el comienzo de una curva ascendente para la temporada de alquileres,
señaló esta vez el rumbo inverso. A partir de allí,
la actividad ya no volvió a reponerse, y debió soportar
el invierno más frío de los últimos años.
En noviembre llegó el golpe de knock out y diciembre fue directamente
el acabóse, de la mano del plan candado y el corralito a los depósitos.
Si en el primer trimestre del año los alquileres habían
caído alrededor de un 10 por ciento con respecto a la anterior
temporada, en el último mes la baja llegó casi hasta la
paralización. Con el fantasma de una devaluación flotando
en el horizonte cercano, el video termina un año y empieza otro
del mismo modo que otras actividades económicas: semigroggy por
la sucesión de golpes recibidos. Teniendo en cuenta que este negocio,
como el del cine, depende del pago de derechos y royalties internacionales,
una depreciación de la moneda (llámese ésta peso
o argentino) terminaría recayendo inevitablemente sobre el valor
de los alquileres, que por el momento siguen clavados en los ya clásicos
3 pesos por 48 horas.
Esos tres pesos son una de las claves que permiten explicar que, hasta
el fatídico mediado de año, la actividad no hubiera caído
más. Es que frente al costo de la entrada cinematográfica
y de los canales premium, alquilar un video sigue resultando barato. Sobre
todo, si se considera que por el valor de un alquiler son varios los que
aprovechan. De hecho, recientes informes dan cuenta de que, mientras en
Capital Federal y el Gran Buenos Aires los videoclubes tendían
a vaciarse, en muchas localidades del interior la cifra de alquileres
creció, seguramente como consecuencia de esas ventajas competitivas
con respecto al cine y la televisión de cable.
Hubo otra buena noticia en el curso del año, antes de que todo
cayera: el impuesto que el rubro debe aportar al Instituto de Cine y Artes
Audiovisuales ha quedado absorbido por el IVA, y esto funcionó
como un pulmotor para la actividad. Pero un pulmotor selectivo: al no
aportar al IVA, los monotributistas quedan excluidos de ese beneficio.
Con lo cual, el grueso de los videoclubes siguen obligados a aportar,
y son las grandes cadenas las únicas que se benefician con la absorción
del impuesto. No es ése el único motivo de queja de los
videoclubistas. También abjuran de la práctica, cada vez
más frecuente entre las editoras major, de lanzar colecciones a
través de quioscos de diarios y revistas. Esas colecciones se presentan
bajo la forma de un pack, integrado por una revista y un video. Además
de quedar amparados por la exención de IVA que protege a libros
y revistas, jugando así con ventaja frente al comercio que sí
debeaportar impuestos, esos packs llegan al público a un precio
que suele estar por debajo del costo.
Otro factor que tiró para arriba en medio del pantanal fue el auge
del DVD, que sigue creciendo a ritmo sostenido, gracias a la convergencia
entre el aumento de la demanda y la baja en el precio de las máquinas
reproductoras, que ya cuestan lo mismo o incluso menos que las videocaseteras
comunes. El formato está llamado a imponerse, porque sus ventajas
en imagen y sonido con respecto al VHS son siderales, y en Estados Unidos
las cifras de venta aumentan, año a año, en progresión
geométrica. Bien lejos de esa realidad, en la Argentina se verifica
la tendencia a crecer, pero en un plan más modesto. El precio de
venta al público de los disquitos viene bajando también,
y ya hay muchos buenos títulos que se consiguen a 25 pesos.
Sin embargo, todavía queda mucho terreno para recorrer, tanto en
cuanto a la cantidad de títulos que se editan mes a mes como en
una más adecuada selección de los mismos. Para no hablar
de los plazos de entrega, que muchas veces se demoran varios meses con
respecto a las fechas anunciadas y generan demandas insatisfechas. Aún
así, los videoclubes que incorporan el formato experimentan sus
ventajas: a esta altura, el alquiler de devedés ya está
en un 20 o 30 por ciento con respecto al total. Por otra parte, en el
último trimestre llegaron a las casas de video varias ediciones
especiales, muy bien presentadas y llenas de adicionales de gran interés
para el cinéfilo.
En cuanto a los títulos editados en el curso del año, se
mantuvo la tendencia de temporadas anteriores, con un mercado dividido
entre los habituales tanques de Hollywood, que siguen siendo
los favoritos (aunque en el listado de las más alquiladas brillan
orgullosas Nueve reinas y Amores perros) y las ofertas de cine de calidad,
que siguieron pasando con fluidez del cine al video. Así, películas
como Con ánimo de amar, El círculo, La ciénaga, La
libertad, El gusto de los otros, Gracias por el chocolate, Bajo la arena
o La virgen de los sicarios le dieron al usuario un respiro frente a la
catarata de tiros, explosiones y efectos especiales que constituyen el
menú básico del espectador contemporáneo. Aunque
más modesta que en temporadas anteriores, se mantuvo la oferta
de títulos DAV (directos a video), que deparó
algunas sorpresas y no pocos hallazgos. La recuperación de algunos
clásicos legendarios, gracias al esfuerzo de las pequeñas
editoras independientes, completó el panorama y compensó
el exceso de material descartable que llueve sobre el rubro (ver aparte).
Es por esas razones que el video sigue teniendo, todavía y a pesar
de las incertidumbres, una razón de ser.
Sin escala cinematográfica
|
Una buena cantidad de títulos llegaron directamente al video.
El caso de La tragedia de un hombre ridículo, una de las pocas
películas de Bernardo Bertolucci jamás vistas en la
Argentina, así como de tres films de grandes maestros europeos:
Party, del portugués Manoel de Oliveira; Genealogías
de un crimen, del chileno Raúl Ruiz y El apicultor, del griego
Theo Angelopoulos. También se conocieron dos perlas del cine
independiente estadounidense, Las vírgenes suicidas, opera
prima de Sofia Coppola (talentosa hija de Francis Ford) y la premiada
en Cannes Persiguiendo a Betty. Así como lo más nuevo
del siempre revulsivo John Waters (Cecil B. Demente) y del desaforado
hongkonés Tsui Hark, que con Contra la corriente le puso al
video una inusitada carga de electricidad. De allí también
llegaron varios títulos protagonizados por la superestrella
de artes marciales Jet Li (por lejos, Batalla de honor resultó
la mejor). Gracias al video se conocieron, además, los tres
cortos de Wallace and Gromit, joya de la animación del inglés
Nick Park, creador de Pollitos en fuga. En cuanto a los clásicos,
hubo ediciones esenciales: dos Cassavetes (Sombras y Rostros), cuatro
Truffaut (entre ellas las poco conocidas Besos robados y La piel suave)
y tres perlas del Hollywood más dorado, como La fuerza del
mal (Abraham Polonsky), Los diablos del aire (Douglas Sirk) y La mentira
maldita (Alexander Mackendrick). |
El top diez
|
Estas fueron las diez películas más alquiladas del
año:
1) Nueve reinas (AVH)
2) Gladiador (AVH)
3) La familia de mi novia (AVH)
4) Traffic (Gativideo)
5) Revelaciones (Lk-Tel)
6) Amores perros (AVH)
7) 60 segundos (Gativideo)
8) Náufrago (AVH)
9) Lo que ellas quieren (AVH)
10) Los ríos color púrpura (Lk-Tel) |
|