| Por Javier Lorca   La desaparición del 
        Ministerio de Educación del nuevo mapa de gobierno levantó 
        más de un fantasma en las universidades nacionales. El cuco principal 
        es el de la provincialización de las casas de estudios, aunque 
        también se temen recortes presupuestarios. Tanto los rectores como 
        los profesores y los estudiantes, desde diversos sectores políticos, 
        ya anticiparon su oposición conjunta a la descentralización 
        del sistema educativo superior. Los rectores de todos los colores políticos estamos preocupados 
        por el desguace del Ministerio de Educación y por las versiones 
        sobre la provincialización de las universidades, admitió 
        ayer el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el radical 
        Mario Marigliano, rector de la Universidad Nacional de Tucumán. 
        Estamos preocupados por este grave ataque a la educación 
        pública, la degradación académica del ministerio, 
        y por la posibilidad de caer en la vorágine de los presupuestos 
        provinciales, dependiendo de los gobiernos, dijo.
 Aunque todavía no hay planes concretos (ver aparte), la eliminación 
        de la cartera educativa fue leída en la comunidad universitaria 
        como un indicio de que el nuevo gobierno impulsará la provincialización 
        de las casas de estudios nacionales. Repetidamente impulsado por el Banco 
        Mundial y el Fondo Monetario Internacional para los países deudores, 
        el afán descentralizador pretende, en el caso de las universidades, 
        hacerlas depender de los presupuestos provinciales. Ya durante el derrumbado 
        gobierno aliancista, desde diversos sectores del establishment y del PJ 
        se impulsó la idea de provincializar las universidades como una 
        vía para ajustar el gasto nacional (el presupuesto universitario 
        anual es de 1800 millones) y engrosar las arcas provinciales. Al evidente 
        riesgo de que los fondos ya escasos no lleguen a las unidades 
        académicas (sobre todo en las provincias más pobres), se 
        suma el peligro de que el sistema se disgregue y se vuelva aún 
        más irracional que en la actualidad. Además, hay problemas 
        difíciles de contemplar como las universidades con sedes en más 
        de una provincia, o como las instituciones que convocan masivamente a 
        estudiantes de otros distritos.
 Lo único que sabemos es que hay una idea de algunos gobernadores 
        de eliminar gastos suprimiendo ministerios dijo a Página/12 
        Aníbal Jozami, rector de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. 
        Pero, más allá de cómo se llame, si ministerio o 
        secretaría, es necesaria una instancia nacional encargada de coordinar 
        la educación básica y el sistema universitario, sobre todo 
        para solucionar las desigualdades que existen entre las provincias, 
        opinó el ex secretario de Políticas Universitarias del último 
        gobierno menemista.
 Para el rector de la Universidad Nacional del Litoral, el radical Mario 
        Barletta, hay una clara decisión del nuevo gobierno de no 
        asumir responsabilidades y trasladar la definición de políticas 
        educativas a las provincias. Las universidades nacionales, 
        los organismos de ciencia, los institutos terciarios, los gobiernos provinciales 
        y el gobierno nacional estamos obligados a construir una profunda transformación 
        educativa siguió. Y en ello es fundamental el rol que 
        le cabe al gobierno nacional, a través del Ministerio de Educación, 
        para avanzar en la articulación entre los distintos niveles y sectores 
        con vistas a construir un sistema integrado y en permanente búsqueda 
        de la calidad. La educación es un derecho del ciudadano, por lo 
        tanto el Estado debe generar las estrategias y las políticas que 
        garanticen que todos los argentinos accedan a una educación de 
        calidad. La definición de estas políticas no puede desligarse 
        y transferirse a otras instancias gubernamentales, como las provincias 
        o los municipios, ya que lo que generarían es una mayor desintegración 
        de nuestro sistema.
 Tampoco entre los estudiantes hay apoyo para la virtual provincialización. 
        La educación pública debe ser una prioridad nacionaly, 
        por eso, no tendría que bajar de rango. Provincializar sería 
        generar universidades de primera y de segunda, de acuerdo con la provincia 
        en que queden. Todo eso no tendería a fortalecer los vínculos 
        regionales, sino sólo a cerrar las cuentas de la Nación 
        dijo el presidente de la Federación Universitaria Argentina, 
        Manuel Terrádez (Franja Morada). Además, hay trascendidos 
        de que se buscaría el autofinanciamiento de las universidades. 
        Eso implica el arancelamiento de los estudios. Y nosotros nos oponemos 
        totalmente. Por ahora estamos alerta y a la expectativa, avisó.
 Los gremios docentes se sumaron también al rechazo. No conocemos 
        el programa del gobierno para la transición, pero nos preocupan 
        todas estas versiones sobre provincializaciones, que ya en otra etapa 
        fueron proyectos del menemismo en el poder y que rechazamos, recordó 
        José Luis Molina, secretario general de la Conadu Histórica. 
        La educación superior tiene que ser una herramienta para 
        el desarrollo nacional, para lograr un proyecto de país. Necesariamente 
        debe enmarcarse en una política nacional, dijo la titular 
        de la Conadu, Anahí Fernández.
   
        
          | Todavía 
              no saben qué hacer  Pese a los temores desatados, por ahora no hay ningún plan 
              concreto para la educación en el nuevo gobierno. La 
              verdad es que no saben qué carajo hacer con las universidades, 
              ni con la educación. Por eso las demoras en designar funcionarios 
              y áreas, confesó un rector. Mientras salía 
              de la Rosada, un operador del PJ coincidió: Todavía 
              no llegaron a ocuparse del tema educativo. No es que no se sepa, 
              sino que todavía no se analizó seriamente qué 
              van a hacer. En representación de las 37 casas de estudios, 
              un grupo de rectores del Consejo Interuniversitario Nacional visitó 
              ayer la Casa de Gobierno. Pidieron una audiencia y hoy serían 
              recibidos por el Presidente, al igual que la Conadu. Los rectores 
              le plantearán a Adolfo Rodríguez Saá su preocupación 
              por la disolución de la cartera educativa, la posible provincialización, 
              el atraso en el envío de recursos y el futuro presupuesto. 
             |    Jaque 
        a las reelecciones Por 
        J.L.   Difícilmente 
        la UBA volverá a tener un rector tan prolongado como Oscar Shuberoff. 
        El Consejo Superior de la universidad aprobó ayer un proyecto para 
        que la asamblea universitaria limite la gestión de los próximos 
        titulares del Rectorado a sólo dos períodos consecutivos 
        de cuatro años. Como había informado Página/12, el proyecto fue elaborado 
        por al menos ocho decanos y más de 60 profesores que integran los 
        consejos directivos de las facultades. Propone agregar un párrafo 
        al artículo 100 del estatuto universitario: El rector puede 
        ser reelegido una sola vez consecutiva en las mismas condiciones que establece 
        este artículo. Los demás requisitos son, además 
        de reunir los sufragios necesarios, ser argentino, tener 30 años 
        cunplidos y ser o haber sido profesor de una universidad nacional. Por 
        12 votos contra 7, el Consejo Superior aprobó que esa modificación 
        del estatuto sea el primer punto a tratar por la asamblea universitaria 
        que se reunirá a fines de marzo del 2002 para elegir al sucesor 
        de Shuberoff, quien asumió en 1985.
 Ayer, primero se votó entre dos alternativas: impulsar este proyecto 
        particular o crear una comisión especial para proponer más 
        cambios al estatuto. El rector pretendía introducir allí 
        un cambio en la edad jubilatoria de los profesores, la forma de elegir 
        a los profesores eméritos y la institucionalización del 
        CBC. Pero perdió 14 a 10.
 Después, los votos ratificaron la restricción a las re-re 
        frente a otra propuesta de Shuberoff: dejar abierta la puerta a una segunda 
        reelección de los rectores si los dos tercios de la asamblea lo 
        aprobasen. Pero volvió a perder.
   
         
          | OPINIONPor José Luis Coraggio *
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          |  La fragmentación 
              del sistema Es claro que el nuevo gobierno debe atender con prioridad a la 
              emergencia. Pero hay otras cuestiones urgentes que no admiten medidas 
              improvisadas que pueden hipotecar definitivamente nuestro futuro 
              como país. Una de esas es la cuestión educativa. Las 
              cuestiones complejas que definen las posibilidades de desarrollo 
              de las personas y del país deben ser muy pensadas y consultadas 
              democráticamente, superando la tendencia usual de quienes 
              llegan al poder de creer que tienen la verdad y que saben lo que 
              es bueno para todos. La racionalidad social de las propuestas debe 
              medirse por sus efectos sobre el desarrollo intergeneracional y 
              el logro de la inclusión social y política de todos. 
              Es claro también que los problemas no se resuelven conservando, 
              sacando o agregando ministerios. En este caso preocupa además 
              que se decida la desaparición del de Educación. Es 
              difícil comprender a qué estrategia puede responder 
              tal medida. Si se trata de hacer más eficiente el sistema 
              o minimizar costos públicos, no hay evidencia de que la descentralización 
              a ultranza lo logre. Si se trata de atender mejor a las demandas, 
              la evidencia muestra que la demanda educativa se construye desde 
              un proyecto nacional. Países que habían descentralizado 
              fuertemente sus sistemas educativos, como EE.UU. e Inglaterra, hoy 
              están recentralizándolo. Europa consolida su sistema 
              de educación, articulándolo con el resto del sistema 
              de ciencia y tecnología, invirtiendo así en el desarrollo 
              competitivo y la democratización económica, para ubicarse 
              mejor en el mundo global.
 Argentina no ha podido avanzar suficientemente en esa dirección 
              dada la presión de proyectos antinacionales y la falta de 
              acuerdos capaces de movilizar a todos los actores relevantes. Parte 
              de la emergencia actual es precisamente impulsar la conformación 
              de un sistema de educación, investigación e innovación 
              tecnológica en el marco del Mercosur. La negociación 
              para conformarlo sólo puede llevarla a cabo una fuerte entidad 
              nacional, con una política clara y acordada democráticamente. 
              En lugar de decretos improvisados e inconsultos que van a encontrar 
              fuertes resistencias y disgregarnos aún más, es el 
              momento de dar un gran salto adelante: el Congreso Nacional debe 
              convocar a todos los actores educativos y científicos y a 
              los sectores sociales y empresariales para analizar públicamente 
              los problemas del desarrollo educativo, científico y tecnológico, 
              y acordar una estrategia en función de un proyecto nacional.
 Continúa siendo función irrenunciable y compromiso 
              asumido internacionalmente por el Estado argentino el garantizar 
              el acceso de todos a una educación de calidad a lo largo 
              de toda la vida. Esto exige la cooperación entre Nación 
              y provincias, y requiere políticas firmes de dirección 
              y apoyo nacional. Las universidades deben seguir siendo autónomas 
              y nacionales para conformar un sistema de educación e investigación 
              capaz de dialogar e integrarse con sus equivalentes del Mercosur 
              y del resto del mundo y ser así mediadoras del mejor conocimiento 
              científico y tecnológico y de los sistemas de pensamiento. 
              La fragmentación del sistema de educación superior 
              como pretenden los proyectos de provincialización debilitaría, 
              en lugar de fortalecer, el papel de las universidades en el desarrollo 
              de sus regiones. Acordada una estrategia, podrán definirse 
              las mejores formas de organizar el nuevo sistema y de transitar 
              hacia éste, así como los recursos y las garantías 
              para su gestión responsable.
 * Rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento. |  |