Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH LAS/12
secciones

 

Final del juego
Correo de lectores
Donde se rinde un breve homenaje a Luis Santaló

Por Leonardo Moledo

–Hoy tendríamos que seguir con la paradoja del montón –dijo el Comisario Inspector– pero creo que debemos rendir homenaje a Luis A. Santaló.
–Me parece bien –dijo Kuhn– especialmente porque no lo hicimos el sábado pasado y porque jugó un papel verdaderamente importante en el desarrollo de las matemáticas en la Argentina.
–No lo hicimos –dijo el Comisario Inspector– porque nos enteramos tarde de que había fallecido el 22 de noviembre, a los noventa años. Realmente, hacía tiempo que estaba muy mal.
–Tengo entendido que hacía mucho que ni siquiera salía de su casa.
–Así es –dijo el Comisario Inspector–. Voy a resumir una muy breve biografía, que encontré en el Proyecto Ameghino (una historia de la ciencia argentina en Internet, en www.unq.edu.ar/iec/ameghino) y que creo que debemos ofrecer a nuestros lectores.
–Había nacido en España, en Gerona, el 9 de noviembre de 1911 –dijo Kuhn– y en Gerona vivió hasta los dieciséis años, luego marchó a Madrid, donde, en 1935, se doctoró en Ciencias Exactas en la Universidad que hoy llaman Complutense. En 1935/36 estuvo en Hamburgo, donde trabajó con el profesor Wilhem Blaschke, quien por entonces creaba la geometría integral. Así tuvo ocasión de acceder a esa todavía inmadura rama de la matemática que después llegó a cultivar como primera figura. En 1936, poco después de regresar a Madrid, se produjo el levantamiento fascista que dio comienzo a la Guerra Civil Española.
–Y Santaló defendió al gobierno legal, y militó del lado republicano. Se incorporó a la fuerza aérea, donde voló en aviones de reconocimiento y dio cursos de navegación aérea. Pero la Guerra Civil española fue ganada por los fascistas –dijo el Comisario Inspector– con el apoyo de la Italia de Mussolini y la Alemania nazi, ante un silencio siniestro del resto de Europa. Santaló huyó, cruzó la frontera, pidió asilo en Francia.
–De donde salió gracias a las gestiones de Cartan, uno de los grandes matemáticos franceses de entonces. ¿Y cómo fue que llegó a la Argentina? -preguntó Kuhn.
–Por los oficios de otro matemático español que jugó un importante papel en el desarrollo matemático de la Argentina: Julio Rey Pastor –dijo Kuhn–. Rey Pastor le mandó un pasaje y la visa. Ya en la Argentina, Santaló fue contratado por la Universidad del Litoral, en Rosario, para el recién fundado el Instituto de Matemática, dirigido por otro desterrado: el italiano Beppo Levi, también exiliado del fascismo. Santaló pasó diez años en aquella ciudad, donde se casó y tuvo sus tres hijas. En 1950, tras una breve estadía en Princeton, se instaló en Buenos Aires contratado por la Facultad de Ciencias Exactas para trabajar con Rey Pastor. Desde entonces, dio todo su tiempo al Conicet (Consejo de Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y a la Universidad de Buenos Aires, donde progresivamente fue Profesor Adjunto, Plenario y finalmente Emérito. En cuanto a su obra científica, fue autor de más de cien trabajos de investigación fundamental y varios libros.
–Entre los cuales –dijo el Comisario Inspector– me permito recordar Vectores y Tensores y sus aplicaciones, uno de los primeros manuales publicados por Eudeba, que leí con fruición.
–Sí –dijo Kuhn–. Yo también. Pero además, fue un matemático de fama internacional a quien se considera uno de los fundadores de la Geometría Integral, que es la rama de las matemáticas que, como la geometría diferencial, aplica los recursos y métodos del Análisis Matemático a lageometría. En ese campo, Santaló fue prácticamente la primera figura en el mundo (aunque él reconocía la influencia de Wilhelm Blaschke, cuando esta nueva rama de la matemática se inauguraba).
–Santaló fue, básicamente, un geómetra. Pero también se preocupó mucho de la didáctica de las matemáticas; llegó a ser Presidente del Comité Interamericano de Educación Matemática –dijo el Comisario Inspector– .
–Hasta hace poco tiempo, seguía asesorando a los equipos argentinos que marchaban a competir en las Olimpíadas Internacionales de Matemática– dijo Kuhn.
–Vaya pues, un Final de Juego de silencio en homenaje a Luis Santaló.

¿Qué piensan nuestros lectores?

Mensajes a: [email protected]