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Final
del juego
Donde se abandona por un momento la empiria,
y se empieza a recurrir a la teoría
Por
Leonardo Moledo
–La verdad
–dijo Kuhn– es que hoy casi me quedo solo.
–Así es –dijo el Comisario Inspector–. Lo que ocurrió
la semana pasada todavía me tiene aturdido, y la represión
de gente pacífica, así como los veintiocho muertos, necesitan
las líneas de silencio que no pudimos hacer el sábado pasado.
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–Este es el último
Final de Juego del año –dijo el Comisario Inspector–
y es verdad que cuando la empiria se pone tan fea como se está
poniendo, lo mejor es refugiarse en la teoría.
–La teoría determina la empiria –dijo Kuhn–. No
hay empiria sin teoría más o menos armada.
–Me parece que entiendo cómo viene la cosa. Creo que hubiera
cuadrado mejor la frase “no hay empiria” sin un paradigma que
la organice como teoría.
–Sea –dijo Kuhn–. Lo admito. En realidad, es imposible
describir un hecho empírico fuera de un paradigma, que permite
el recorte necesario. Al fin y al cabo, un “hecho” empírico
sólo carece de sentido solo. Vemos a una piedra caer, pero no vemos
la ley de caída de los cuerpos. No vemos ni las causas, ni la ley.
Y tanto unas como otras, organizan la experiencia en el marco de un paradigma.
Podemos adjudicarle causas aristotélicas o newtonianas, tanto da.
Como las verificamos según la organización misma del paradigma,
no habrá problemas.
–Bueno –dijo el Comisario Inspector–. Veo que renace la
vieja polémica sobre los paradigmas y sobre si la realidad, aquello
que está allí afuera, tiene autonomía o no. Porque
si nos ponemos estrictos, tenemos que ir un poco más atrás.
Tampoco podemos decir alegremente que “vemos a una piedra caer”.
–¿Por qué no lo podemos decir? ¿Y qué
significa el adverbio “alegremente”? Y, mucho más importante,
qué significa “ir un poco más atrás”. ¿Atrás
de qué?
–Es una buena pregunta –dijo el Comisario Inspector– que
tiene que ver con la paradoja del montón.
–Tres buenas preguntas –aclaró Kuhn.
–Y eso no depende del paradigma –aprovechó el Comisario
Inspector–. Pero creo que, puesto que éste es el último
Final de Juego del año, tendríamos que decir algo al respecto.
–No creo que haya mucho que decir –dijo Kuhn– y ni siquiera
pienso que vengan bien las obviedades como desear que el 2002 sea mejor
que el 2001.
–No –dijo el Comisario Inspector–. La verdad es que no.
¿Qué piensan
nuestros lectores? ¿Qué significa “ir un poco más
atrás”? ¿Y “alegremente”? ¿Por qué
“alegremente”, justamente ahora?
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