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ESPECTACULOS

La señora Foster

La semana pasada se anunció que Jodie Foster será la presidenta del próximo Festival Internacional de Cannes. La actriz norteamericana sigue negándose sistemáticamente a hablar de su vida privada, mientras planea enfrentarse a su nuevo proyecto, por el que ya ha sido muy criticada: filmará la vida de la cineasta alemana Leni Riefenstahl, que hizo propaganda nazi con un increíble talento.

Por Moira Soto

La futura presidenta de la 54ª edición del Festival Internacional de Cannes, a realizarse entre el 9 y 20 de mayo, ha sobrevivido con rango estelar y con el respeto de Hollywood, manteniendo su ubicación entre las cien personas más poderosas de la industria. La estabilidad de esta supervivencia resulta sorprendente si se considera que Jodie Foster ha actuado con cuentagotas en los últimos años, sin conseguir desde 1991 un papel a la altura de la Clarice Starling de El silencio de los inocentes (su segundo Oscar; el primero lo conquistó por Acusados, un film de mediana calidad ennoblecido por la labor de la actriz), y tampoco en esta década ha logrado sucesos comerciales como protagonista, salvo el moderado de Maverick (1994), donde descolló como intérprete de comedia. Por otra parte, Foster, en su rol de realizadora de, hasta ahora, dos films tan valiosos como Mentes que brillan (1991) y Feriados en familia (1995), lejos estuvo de las altas recaudaciones que encandilan a Hollywood. Y para completar su atípica imagen de mujer prestigiosa y actriz carísima (15 millones por Anna y el rey, 1999, apenas aceptable artísticamente, relativo suceso comercial), Jodie Foster es la figura de la industria –a su vez independiente como productora– menos dada a las relaciones públicas. Sólo acepta reportajes, incluso alguna gira, como parte del trabajo de promoción de un film actuado y/o producido y/o dirigido por ella. Pero guay de que el entrevistador intente entrometerse en su vida privada y quebrar su famosa reserva: la mirada azul hielo de Foster se puede volver tan petrificadora como la de la mismísima Medusa.
Leni Riefenstahl en su apogeo.Dos son sobre todo los secretos que quitan el sueño a los medios indiscretos, poco dispuestos a acatar el punto en boca de Foster: su orientación sexual y el nombre del padre de su hjo Charles, de dos años. De la actriz, productora y directora –que en la pantalla ha estado en brazos de Mel Gibson, Richard Gere, Matthew MacConaghey y anche Dennis Hopper– hace años que se viene rumoreando que es lesbiana: ya en el estreno de El silencio... hubo pancartas de organizaciones homosexuales que le pedían que saliera del armario, cosa que siguen haciendo las publicaciones lésbicas que se permiten chistes con la niñera del hijo de padre desconocido (la versión más fuerte y verosímil es que hubo inseminación, pero es sólo una versión). De todos modos, la prensa sensacionalista no tiene paz y ha bastado que Jodie formulara su deseo de darle un/a hermano/a a Charles y que se la viera en un shopping comprando pilchas infantiles con Russell Crowe para que se publicara en Londres, con eco en Estados Unidos, que el exitoso prota de Gladiador y novio frustrado de Meg Ryan iba a ser el papá de la posible nueva criatura de la enigmática Foster.

El proyecto LR
A juzgar por lo que se conoce a través de sus –escasas– declaraciones y por lo que se ha filtrado sobre su manera de conducirse con Charles Foster, Jodie es una madre feliz y dedicada, cuya prioridad uno y su foco de atención están puestos en su hijo. Ella ha reconocido en un reportaje que es cierto, “podés tenerlo todo, pero no todo será siempre perfecto”, aunque aclara que al convertirse en madre “me activó la creatividad”.
Empero, el 2000 resultó ser un año hasta cierto punto frustrante para Jodie Foster en el terreno laboral: el muy anunciado rodaje de Flora Plum, que ella produce y dirigirá, se vio postergado por diversos problemas, incluido un accidente en el hombro que sufriera Russell Crowe. El actor de El informante había sido elegido para el rol de Jake, The Beast, un fenómeno de circo al que por una falla genética le crece el pelo en todo el cuerpo, que se enamora de una pobre chica a la que ayuda a transformarse en estrella. Este papel iba a ser cubierto por Claire Danes, pero el retraso de la filmación quizás impida la participación de la joven y talentosa intérprete de Romeo y Julieta, comprometida con otros trabajos. Como en Mentes que brillan, su primera realización, Foster vuelve sobre el tema de los diferentes (el monstruo, esta vez), referencias que también estaban presentes en Feriados en familia (el personaje del gay, las hijas e hijos de las dos hermanas). A pesar de estar ambientada en la época de la Gran Depresión, los ‘30, Flora Plum es una producción modesta en la que –se calcula–, J.F. invertirá buena parte de la millonada que cobró por Anna y el rey.
Leni a los 93 años.Evidentemente, a esta ganadora de dos Oscar no le interesan las fórmulas comerciales más o menos seguras y complacientes: hace unos cuatro meses anunció su intención de dirigir y protagonizar un film sobre la controvertida figura de la genial Leni Riefenstahl. Cabe recordar que quien comunicó este deseo es la misma persona de cabeza abierta y progre que dirigió los films arriba citados y que se ha declarado netamente contra el abuso de la crueldad y la violencia en el cine; la misma decía en ocasión del estreno de Feriados: “A pesar del cambio que se ha producido en Estados Unidos en el sentido de mostrar un mayor respeto hacia las mujeres, los latinos y los negros, considero que a Hollywood le queda todavía mucho camino por recorrer para que se produzca la igualdad de hecho (...). Todavía somos pocas las mujeres que dirigimos, por eso considero que las que como yo lo hemos logrado, tenemos una enorme responsabilidad”.
Pues bien, bastó que esta mujer poderosa, libre e inteligente formulase su deseo de producir, dirigir y actuar un film sobre Riefenstahl para que le cayera encima –aun antes de que se conociera el guión a cargo de Ron Nyswaner, responsable de Filadelfia–, la censura de, entre otros, representantes de la comunidad judía de Hollywood y del Centro Simon Wiesenthal de Los Angeles. Por su lado, el realizador del (oscarizado) documental Genocidio también se declaró “horrorizado por la idea”, exagerando: “Muchas de las tragedias que tuvieron lugar fueron consecuencia de lo que Leni Riefenstahl hizo”.
Vale recordar brevemente que luego de incursionar en la danza y la actuación, L.R. permaneció en Berlín luego del ascenso del nazismo (ya habían partido, entre otros, Von Sternberg, Marlene Dietrich, Fritz Lang), se arrimó a Hitler y consiguió su respaldo para dirigir cine. En 1933, el Führer le encargó un documental sobre el Congreso del Partido Nazi y Riefenstahl hizo al año siguiente El triunfo de la voluntad, obra reveladora de un talento descomunal puesto al servicio de la promoción y glorificación del siniestro régimen nazi. Tres años después, la directora realizó otra obra maestra, Olimpia, los dioses del estadio, sobre las Olimpíadas de Munich, una joya deslumbrante plena de hallazgos formales, de un contenido ambivalente: por un lado exhibe al dictador que concurriráa diario al estadio; por el otro, contradice al pedido de Hitler y filma con delectación a los atletas negros que participaron en la competencia.
Sin ánimo de minimizar la responsabilidad moral de Riefenstahl, que nunca fue miembro del Partido Nacional-socialista pero hizo films de propaganda y miró para el otro lado cuando los signos del Holocausto eran evidentes, lo cierto es que hubo otros artistas oficiales (varones) de esta desgraciada etapa que fueron menos cuestionados. Por lo demás, cuando hace unos años Ray Müller realizó un brillante y larguísimo documental con la ya nonagenaria L.R., dejándola coquetear con la cámara y conducir el relato por momentos, no fue ni remotamente reprobado. Jodie Foster, que ha investigado profundamente a la autora de Olimpia y su obra, declaró al NY Post: “Sé que estoy sola en esta decisión, pero me siento preparada para navegar en la tormenta de la moralidad”.

Francia, mon amour
En tanto que Flora Plum espera pista y The Leni Riefenstahl Project permanece en maceración, Jodie Foster acaba de protagonizar The Dangerous Lives of Altar Boys, historia de una monja que en una escuela católica debe ocuparse de un grupo de avispados chicos que crean una historieta porno. Lamentablemente, este film también producido por la actriz y dirigido por Peter Care sobre la novela de Chris Furman, no estará listo para abrir el Festival de Sundance como se preveía.
En cambio, Jodie Foster será sin duda la figura mimada del próximo Festival de Cannes. Su director desde hace añares, Gilles Jacob está chocho porque la estrella aceptó rápidamente presidir el jurado (en abril se conocerá al resto de sus integrantes). Para Jodie ese cargo significará un reencuentro con una cultura que ama desde la adolescencia, cuando cursó con altas calificaciones el Liceo Francés de Los Angeles, antes de graduarse (magna cum laude) en literatura afroamericana en la Universidad de Yale. Foster ha manifestado en muchas oportunidades su gusto por el cine de la nouvelle vague, y cuando se produjo la muerte del director Louis Malle, ella escribió una importante nota de despedida en la Première norteamericana. Por si hiciera falta un detalle más para probar el apego de Jodie Foster a la cultura gala, es oportuno recordar que hace unos cuantos años, cuando estuvo en París, grabó un disco bilingüe.
Resumiendo: que lejos de ser una presidenta florero –como ocurre a veces en el caso de estrellas femeninas y/o masculinas designada/os para decorar jurados de festivales–, Jodie Foster está en las mejores condiciones para opinar, discutir y –claro– presidir.