SALUD
El
valor del esperma
Si
bien los problemas de infertilidad corresponden en partes iguales
al hombre y a la mujer, históricamente la responsabilidad siempre
recayó en el sexo femenino. Hoy se sabe que en el 30 por ciento
de los casos, quien no está en condiciones de fecundar es el hombre.
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Por
Sonia Santoro
La
escena tiene variantes. El hombre llega a la consulta del médico
solo. O solo pero empujado por su mujer. El hombre llega con su mujer.
Lo que todas tienen en común son las caras de preocupación,
el malestar, la vergüenza. Algo anda mal: hace varios meses o años
que lo intentan pero no pueden tener chicos. El análisis de su
esperma dará el veredicto final: la calidad es mala o no hay
suficiente cantidad. Lamentablemente, la escena se repite cada vez con
más frecuencia en distintas partes del mundo. Varios estudios
demuestran que en los últimos 50 años el volumen de semen
se redujo considerablemente, así como la calidad de los espermatozoides.
Lo cual, evidentemente, limita las posibilidades de concebir. Algunos
especialistas, sin embargo, consideran que tiene que ver más
con un cambio cultural: a medida que se fue desmitificando la creencia
en la exclusiva responsabilidad de la mujer en el embarazo (aunque todavía
falta mucho por desandar), los hombres empezaron a visitar con más
frecuencia los consultorios médicos. El debate está abierto.
Las/12 consultó a andrólogos y a ginecólogos especializados
en reproducción para hablar de un tema que desvela al 15 por
ciento de la población que según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), a pesar de estar en edad fértil,
no puede tener hijos.
Verdades
Que las comparaciones son odiosas ya se repitió hasta el cansancio
en el refranero popular, pero muchas veces son también inevitables.
A esa tarea se dedicó un equipo de la Universidad de Copenhague,
Dinamarca. Y, en 1992, denunció en The British Medical Journal
una disminución en la concentración espermática
de los hombres en los últimos 50 años. Desde entonces,
las investigaciones se reprodujeron por todo el mundo con resultados
dispares.
En Argentina no existen trabajos estadísticos al respecto, pero
en el trabajo diario los médicos notan diferencias. Raymond Osés,
director médico del banco de semen Cryobank, por ejemplo, observa
que ya no es tan fácil conseguir donantes con mucha concentración
y muy buena calidad espermática aunque sean jóvenes.
Osés explica que una muy buena muestra tiene que tener más
de 100 millones de espermatozoides por mililitro, mientras que lo normal
es que tengan unos 20 millones.
Patricio Medel, jefe de la sección de Andrología del Hospital
Español, comenta que hace 50 años había 3,
4 y hasta 5 veces más cantidad de espermatozoides por muestra
que hoy. Ahora se habla de una buena muestra a los 150 millones (total),
mientras que antes la cifra ascendía a 400.
Pero no todo es cuestión de números. La calidad de los
espermatozoides se determina además por su movilidad, lo que
le permite llegar al útero, y su forma. El semen debe tener,
por lo menos, un 50 por ciento de espermatozoides móviles y más
del 30 por ciento deben ser normales.
Esto se determina a partir de un espermograma. Un estudio simple ya
que se analiza el semen obtenido a partir de una masturbación
y no de algún método invasivo, que sirve para descartar
o confirmar, rápidamente, la esterilidad masculina. Lo sospechoso
es que algunos especialistas sigan sometiendo a las mujeres
a gran cantidad de estudiosantes de recomendar lo propio a su pareja.
La sospecha se diluye cuando se piensa en lo costoso de estos exámenes.
Y que, en la mayoría de los casos, las obras sociales no lo contemplan.
Por otro lado, hay toda una cuestión cultural de fondo. Si bien
los problemas de infertilidad corresponden en partes iguales al hombre
y a la mujer, históricamente la culpa siempre recayó en
el sexo femenino. Hoy se sabe que en el 30 por ciento de los casos de
infertilidad el hombre es el responsable; la mujer en el otro 30; y
en el 40 por ciento restante las causas son compartidas. Siempre
hay que hablar de cada pareja en particular explica Sergio Pasqualini,
director médico de Halitus Instituto Médico porque
en muchos casos se da que una pareja no puede tener chicos y después
se separa y con otras parejas sí lo logran.
Sin embargo,
muchos hombres (e incluso mujeres) siguen pensando que lo que está
en juego al reconocer la infertilidad es la virilidad del varón.
Por eso es la mujer la que se acerca primero al ginecólogo, la
que consulta, la que le dice a su marido que la acompañe o que
consulte a un andrólgo y la que muchas veces asume responsabilidades
ajenas. Yo no sé si hay más problemas de infertilidad
en el varón o si ahora se investiga más y se le da tanta
importancia al hombre como a la mujer. Si vos hablás con parejas
que tienen entre 50 y 70 años y que no han podido tener hijos,
todas te dicen fulanita no pudo tener chicos o la misma
mujer es la que se hace cargo y dice yo no pude. Y a lo
mejor tenía algún problema pero seguro que al varón
nunca lo investigaron, opina Medel.
Causas
Lo que es difícil de afirmar es por qué los hombres son
menos fértiles que hace 50 años. Los motivos son
desconocidos. Hay contaminantes ambientales que se sabe que son perjudiciales,
los alimentos balanceados modificados con estrógenos y, por otro
lado, el tabaquismo y el estrés, que son mayores que años
atrás, pero es difícil de medir, explica Claudio
Chillik, ginecólogo especialista en reproducción humana.
Hoy sabemos que todos los tóxicos y las drogas (nicotina,
marihuana, cocaína, alcohol) le hacen mal a la movilidad de los
espermatozoides, comenta Medel. Y si bien no se puede hacer una
cuenta matemática y diagnosticar que si se fuman x cigarrillos
por día al cabo de x tiempo se va a ser estéril, sí
se han tomado grupos de fumadores y grupos de no fumadores y se determinó
que los primeros tienen menor movilidad en los espermatozoides,
agrega.
También, coinciden los especialistas, hay profesiones perjudiciales
para la fertilidad. Por ejemplo, aquellas en las que el hombre se encuentra
sometido a altas temperaturas por ejemplo, los panaderos, colectiveros,
fundidores, ya que perjudican a los testículos al aumentar
su temperatura normal, que es 3 grados menor que la del cuerpo. Y también
se habla de que el uso de calzoncillos o ropa muy ajustados sería
contraproducente, pero no todos los especialistas están de acuerdo
con ello.
Las soluciones, cuando las hay, no son sencillas. Por supuesto
que hay cosas que uno no puede cambiar. Por ejemplo, si el hombre está
estresado porque no sabe si lo echan o no del trabajo. Pero hay otras
que sí, uno les dice que dejen de fumar y de tomar alcohol, que
hagan vida sana, comenta Pasqualini.
Consecuencias
El problema es que los tratamientos para mejorar la baja producción
de esperma y su mala calidad son empíricos, es decir, no está
comprobado que sean eficaces, aunque a veces logran mejorar la forma
o la movilidad de los espermatozoides. En general son hormonas, polen
o vitaminas. Si alcabo de un par de meses no hay mejora o si los casos
son más severos, hay que recurrir a tratamientos complementarios.
En muchos casos la infertilidad es producto de una varicocele, enfermedad
congénita que consiste en la dilatación de las venas encargadas
de llevar la sangre del testículo hacia fuera. En estos pacientes
la solución es operar, aunque sólo el 70 por ciento logra
una mejoría. Con lo cual, según la edad y la ansiedad
de la pareja, muchas veces se prefiere recurrir a métodos de
artificiales de reproducción.
Entre
estos, de menor a mayor complejidad, se ubican la inseminación
artificial intrauterina, la fecundación in vitro (FIV), la inyección
intracitoplasmática de espermatozoides, más conocida como
ICSI, y el GIFT o transferencia intratubaria de gametos. La utilización
de cada método depende de la severidad de la afección
y de la decisión de la pareja. Hasta hace cinco años,
las únicas opciones para quienes tenían azoospermia (ausencia
de espermatozoides), por ejemplo, era la adopción o la inseminación
con semen de donante explica Osés. Hoy existe la
posibilidad de que alguno de estos hombres tenga espermatozoides dentro
del testículo y que puedan ser obtenidos por una pequeña
incisión. Así uno puede producir embriones inyectando
de a un espermatozoide por óvulo. Para esto se usa el ICSI.
Pero los precios también varían. Mientras que una inseminación
ronda los 400 pesos, los demás tratamientos alcanzan los 5000.
Teniendo en cuenta que las obras sociales no los cubren y que es muy
difícil que se logre el embarazo en el primer intento las
posibilidades van de un 17 a un 32 por ciento, según el caso
la cuestión de la infertilidad, más que un tema de virilidad,
pasa a ser el tema de la pareja. Por varios años todo quedará
supeditado a ciclos de ovulación, posiciones adecuadas, engorrosos
análisis, problemas económicos. Además del embarazo
si finalmente se consigue, el mayor logro de la pareja será
pasar por todo eso y no destruirse en el intento.
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Cryobank
es uno de los pocos bancos de semen que funcionan hoy en la Argentina.
Desde 1988, brinda muestras de esperma tanto para institutos o
médicos que se dedican a la reproducción humana.
Estos bancos surgen a mediados del siglo pasado, cuando se demuestra
que los espermatozoides viven más tiempo a bajas temperaturas.
¿Cómo funciona el banco?
Se reclutan donantes. Tenemos un sistema de carteles en
las facultades. Tienen que ser conscientes de quiénes fueron
sus antepasados para ver si hay alguna enfermedad importante en
la familia. Se les hacen entrevistas y análisis para descartar
enfermedades como la hepatitis o el vih. Se les hacen espermogramas
para medir la calidad y cantidad del semen explica Raymond
Osés, director médico del banco.
¿Qué porcentaje pasa los exámenes?
Un 20 por ciento. Pero ese 20 por ciento tiene que juntar
muestras durante un tiempo para dejar en cuarentena. A los 6 meses
se repite el análisis para asegurarnos que no tiene ninguna
enfermedad.
¿Cuántos embarazos se pueden lograr con una
muestra?
Si las pacientes se embarazan, se pueden hacer hasta 10.
¿En qué casos es recomendable?
En pacientes con ausencia de espermatozoides, aunque ahora
esto en algunos casos se puede solucionar con el ICSI (ver nota
central). Además, para pacientes que pueden perder la fertilidad
a raíz de algunos tratamientos, como la quimioterapia.
Antes del inicio del tratamiento se obtienen muestras de su semen
y se las congelan para futuros embarazos.
¿Qué probabilidades de éxito tiene
la inseminación mediante semen de un donante?
Una inseminación por donante tiene un 15 o 20 por ciento
de probabilidades de ser exitosa. Es un poco menor que las comunes
por el hecho de que al congelar y descongelar el semen se pierden
espermatozoides.
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