DISEÑO Esa silla Una muestra retrospectiva homenajea en Londres al matrimonio compuesto por Robin y Lucienne Day, creadores, entre otras cosas, de la silla de policarbonato que se ha transformado en clásico entre clásicos, y que en pleno Palermo varios locales han vuelto a poner de moda. Por Sandra Chaher Hasta
el 16 de abril, uno de los centros culturales más importantes
de Londres, el Barbican, le estuvo rindiendo homenaje a Robin y Lucienne
Day, una pareja británica de vida y de trabajo que marcó
las tendencias del diseño de muebles y estampados en los años
posteriores a la Segunda Guerra. La más famosa y masiva (aunque
no la más bella estéticamente) creación de él
fue la silla de policarbonato (creada en 1963) que todos conocemos por
verla en bares, salas de conferencias, estadios, etc. El diseño
más controvertido y arriesgado de ella fue Calyx (1951), una
tela en la que cruzaban una imaginería proveniente de la naturaleza
pero llevada a tal grado de abstracción que fue calificada por
los críticos como la quinta esencia de lo que sería
llamado en los 50 el diseño Contemporáneo,
y dentro del cual se puede incluir casi toda la producción de
los Day. Los muebles angulares, con líneas rectas, diseñados
desde una concepción racional y funcional, combinados con la
utilización de materias primas que hicieran accesible su consumo
masivo fueron la clave de la obra de Robin: sillones, estanterías,
incluso radios vuelven hoy bajo el signo de lo clásico en las
tendencias mundiales. De hecho, la retrospectiva completísima
que ocupa parte del tercer piso del Barbican tuvo como uno de sus organizadores
y sponsors principales a Habitat, la cadena de diseño (amoblamiento
en su más amplio sentido desde muebles y objetos, hasta
manteles y ropa de cama) líder en Europa, con la que Robin
Day colabora actualmente. El aporte de Lucienne fue quizá menos
masivo y tuvo menor trascendencia en sí mismo, pero revolucionó
e influenció la producción textil posterior. También
apoyándose en formas geométricas, en un uso racional del
espacio, ella diseñó desde telas para cortinas o muebles,
hasta empapelados, vajilla y alfombras, en los que su búsqueda
tuvo horizontes amplios: sintetizó las influencias de artistas
como Joan Miró o Alexander Calder, con la iconografía
mexicana, la imaginería proveniente de la naturaleza, y un uso
cromático absolutamente personal que si bien arriesgó,
mantuvo siempre una línea tonal delicada, apasible, que destacara
pero no exaltara la energía del ambiente.
Hasta la década
del 50, cuando se transformaron en la vanguardia del estilo Contemporáneo,
los Day se fueron afianzando. Robin realizó posters para exhibiciones
a pedidos del gobierno. Varias de ellas fueron para la Royal Air Force
y están expuestas en el Barbican. En 1948 ganó,junto con
Clive Latimer, un premio otorgado por el Museo de Arte Moderno de Nueva
York por la realización de un sistema de alacenas que marcó
el comienzo de su carrera como diseñador de muebles. Empezó
a colaborar con firmas importantes de la época en su país,
como S. Hille & Co, o Pye (para quien hacía radios y televisores
con el mismo sello funcionalista de sus muebles), desarrollando el estilo
que lo consagraría y que él definió como formas
simples, comprensibles, en las cuales no hubiera que disfrazar u ocultar
la estructura. Pero el gran impacto se produjo cuando en 1963
creó la silla de policarbonato, un material con bastantes ventajas
sobre otro tipo de plásticos. La silla era liviana pero a la
vez fuerte, durable y no muy cara. En el 64 hizo la versión
Mark II, de la que fueron vendidos más de un millón de
ejemplares y la licencia para fabricarla fue comprada en casi todo el
mundo. En el mismo material creó una línea para chicos,
y el modelo Polo, todavía muy pedido, que tiene agujeros, como
un colador asimétrico. Su última versión, translúcida,
fue lanzada recientemente por Habitat. |