SEXUALIDAD
Los
usuarios se quejan. ¿Por qué no hay clubes de S/M en la Argentina? Hay
quienes dicen tener la respuesta: en este país no se puede jugar con
la tortura. No es lo mismo, dicen los usuarios. Pero los practicantes
de un gusto erótico, tan popular a partir de la promoción del Marqués
de Sade, siguen haciéndose flagelar en privado.
Por
María Moreno
Hablo con el
servicio disciplinario? ¿La señorita Kelly se encuentra?.
La muchacha no puede evitar reírse aunque la risa es la perdición
de su trabajo (el que se ríe no se excita): disciplinaria
de S/M. Es cierto que en el kitsch porno se hable de dóminas,
amas o mistress. Kelly dice que es la única en practicar el oficio
con precisión en un país y una ciudad donde el S/M se
ofrece como un plus en los servicios convencionales del rubro 59 o es
un subgénero de la tribu gay que circula en las catacumbas de
los cines porno. Kelly viste de civil aunque el grosor de su cinturón
y el de sus botas bucaneras sugiera que no suele salirse de su personaje
ni ante una cronista que pregunta como una cliente en potencia.
Vos sabrás si esto es o no lo tuyo dice Kelly.
En un harcón de mimbre de su monoambiente del microcentro, ella
guarda su arsenal de látigos. El de siete colas, el que denomina
tiernamente la hojita, el trenzado grueso, el de puntas
con nudos.
Los prueba en la cronista porque dice que es la única manera
de explicar cómo funcionan. La cronista decide que el de puntas
anudadas pica más, pero en silencio decide que lo
suyo es el porno vainilla de la Cicciolina.
Los teóricos acuerdan que en la sesión S/M es el esclavo,
el de abajo el que da las órdenes. Que no hay accidentes, que
la violencia codificada no es violencia. Los practicantes S/M suelen
hacer duras críticas a la violencia no consensuada. Algunos viven
su práctica como propia de una suerte de aristocracia del sexo.
Hay vertientes S/M fetichistas, con juegos de amo y esclavo, con castigos
corporales y torturas, con látex, cuero y aluminio. A veces los
roles cambian por aburrimiento. Las dóminas son tan populares
como la Venus de las Pieles creada por Sacher Masoch. Antes de ofrecer
sesiones de disciplina y de ser la protagonista de tres videos amateurs
y uno profesional cuyo nombre Dominación y sometimiento suena
con la misma altura estética que Sensatez y sentimientos, u Orgullo
y Prejuicio , Kelly era empleada administrativa. Hoy la computadora
le sirve para avisar en Internet y comprar juguetería pesada.
Su iniciador fue José Luis, su pareja, coactor de sus videos,
distribuidor y esclavo que vivió la libertad S/M de Amsterdam
y sueña con importarla a un salón de Lanús.
Qué lindo sería un gran salón de torturas
con cruz y todo. Cepo, una pared de látigos, bolas bucales, máscaras
comparte Kelly.
¿Como la de El silencio de los inocentes?
Ay, qué preciosa que era ¿no? Como una rejilla.
En esto hay que estar bien equipado. Mucha gente llama quejándose
de que fue a un lugar por un aviso y se encontró con que había
solamente servicio convencional y una muñequera. Yo tengo de
todo. Hay gente a la que le gusta la adoración de botas; entonces
tenés que tener una colección. Y no se aceptan botas baratas,
tiene que ser una buena bota. Otros quieren adoración de pies
desnudos o de zapatos clásicos. Tenés que tener prótesis
de cintura, cepos, arneses. Mientras hacés bondage a un tipo,
le hacés una provocación sexual (en una palabra, lo calentás).
Otros quieren castigos, que los insultes, que les pegues y los patees.
Que los quemes con velas y con cigarrillos. Y están los que aman
la asfixia. A esos los ahogo con una bolsa transparente hasta que no
pueden respirar. Cuando se están quedando sin aire, les gusta
masturbarse.
¿Tenés una rutina?
Vas explorando cosas que nunca habías hecho y te vas dando
cuenta y los tipos te ayudan. Te van guiando. Porque no te podés
poner a tantear el asunto haciendo algo que no sabés. Lo que
uno busca es que la persona esté a tu merced. Hay casos difíciles,
gente que piensa que le gusta el tema, pero no le gusta. En esto laburás
de la cabeza. Si el tipo está desconcentrado, se hace el vacío
y es una pérdida de tiempo. Cuando la persona no se mete en su
personaje no sirve. Me hace laburar al pedo porque si se mata de risa
no va.
Hay quienes piensan que si esto no calienta, da risa.
La gente extranjera, la gente culta que viene y me visita sabe
perfectamente de qué se trata y no se ríe.
¿Hay relación sexual convencional?
Te comento, yo hago de activa y la persona, de pasiva. Y no hay
ninguna clase de relación sexual. Yo empiezo vestida y termino
vestida. A mí la ropa no me la saca nadie. Eso algunas lo hacen
como premio por adorarlas, pero yo no. Después, no invirtamos
los roles porque no es mi tema. Pero siempre se busca que la persona
llegue al final. ¿Sí? Acaba siempre al final porque si
lo hace al principio se te desconecta totalmente. Y no vuelve.
¿Hacés una rutina?
A veces sí y a veces no porque a la gente le gustan distintas
cosas y tenés que estar mentalizada. Si ves que algo no le gusta,
lo tenés que cambiar en el momento. Y a los que te visitan a
menudo, con más razón. Si no se aburren. Hacés
las mismas cosas, pero de distinta forma. Después al que le gusta
una cosa no le gusta otra.
¿Al que le gusta una cosa no le gusta otra?
Al que le gusta la adoración de botas le gusta la penetración
anal. Al que le gustan los castigos fuertes, servidumbre nada que ver.
Hay gente que le gusta venir, servirte, limpiar, hacerte un café,
arreglarte las uñas, barrer.
¿Te peinaron?
No, pero me lavaron los pies y me hicieron masajes. Y todos ellos
suelen ser gente que tiene a su cargo personas, no es ninguno empleado.
¿El que manda afuera acá es esclavo?
Puede ser un tipo con empresa, con personal a cargo y que viene
a desestresarse.
¿Si te lo piden, dejás huellas?
Todos te piden que no los marques, porque la mayoría son
casados. El rebenque y el látigo de siete colas si pegás,
pegás y pegás, dejás las marcas que te duran como
tres días. Les queda moradito.
¿Y ésos son solteros?
No, viajeros. Entonces aprovechan para darse con gusto. Pero al
argentino no le gusta fuerte. Mediano.
¿Hay otras que trabajan como vos?
No conozco. Mi nivel de trabajo es europeo. Mi marido estuvo viviendo
en Holanda varios años y es esclavo. Allá ponés
un letrero en la calle, pagás un impuesto como querés
y nadie te juzga. Acá eso es imposible.
¿Hacés fistfucking?
Sí, y aunque mis manos son chiquititas tengo que tener
mucho cuidado.
¿El S/M entre varones no es muy diferente del que vos practicás?
El gay no utiliza el látigo. Broches en los testículos,
en las tetillas, puede ser. El gay no produce tanto.
¿Hay gente que se suelta demasiado, por poco te pide que
la mates?
No, pero hay alguno que ni bien entra acá sabés
que podés hacerle lo que quieras. En medio de la multitud,
yo puedo decir aquél es esto; aquél, esto otro. Pero la
gente que me visita es muy buena, muy respetuosa. No es lo mismo buscar
hoy una morocha, mañana una pelirroja. Acá son leales.
Vienen a que vos seas el ama. Me han regalado flores, broches de tetillas.
Te pueden lamer la alfombra o el traje. Si es un caso muy especial,
le decís: Bueno, me gustó como estuviste hoy, así
que podés lamerme la vagina. Pero nunca en la primera sesión
vas a hacer lo que te pidan. Tenés que hacer las cosas a medias,
una para enganchar y otra para ir conociendo al tipo. Empezás
por lo más suave para ver cómo responde. Y después
recién pasás a los más delicado. Porque, si no
le gusta lo más elemental, no le va a gustar lo que es más
fuerte. Están los que dicen No agarrés un látigo
porque me voy. Algunos traen sus elementos y los dejan. Son los
que gustan del transformismo. Se ponen bombacha, corpiño, desfilan.
A esos tenés que tratarlo como a una mujer, como si ellos fueran
yo. Les gusta que les pinte las uñas, compartir un café,
estar de mujer a mujer . Pero, todos, todos te tienen que pedir permiso
para moverse, hasta para tocarte. Ellos te va dirigiendo. Si te tocan
sin permiso, les decís no me toqués. Vuelven a tocarte.
Les das un sopapo. Pero la que la que termina sos vos con un poquito
más.
En los videos que la promocionan, Kelly aparece como una buena actriz
de corte naturalista que derrama con precisión la cera de una
vela encendida sobre la espalda de su esposo, le escupe adentro de la
boca y le coloca en los testículos la friolera de cuatro broches
de la ropa. Cuando el miembro de José Luis se sube sin que ella
lo ordene, pone al excitado en el cepo, le hace tragar ceniza, pis o
lamerle la vagina mientras ella conserva su rostro de ojos delineadísimos,
con la expresión de quien se lima las uñas.
¿Es fundamental ese un poquito más?
Es fundamental para que él te respete a vos. Para que sepas
que lo sentís de verdad. Hay gente que está en el tema
dentro de un servicio convencional y que ha intentado hacer el sadomasoquismo
porque es también otro medio de vida para seguir luchándola.
Pero el sadomasoquismo es lo contrario al servicio convencional donde
vos sos la dulzura y la sonrisa. Tenés que ser agresiva, altanera,
por eso yo no lo veo mezclado. Acá saben que no hay relación
sexual. Y la mayoría no la busca porque, una vez que llegaste
a eso, ¿qué respeto te puede tener la persona? Al tipo
te le caés así. Le tiraste el alma al piso. Porque no
era lo que buscaba. Buscaba que lo manejes vos a él, no que él
hiciera con vos lo que él quería. Acá viene gente
muy buena, que sabe ubicarse. Y cuando vino alguno hablando pavadas,
le dije tomátelas. Ya desde que abrís la puerta
tenés que dar una imagen superior. No ablandarte con una sonrisa
porque el tipo se te puede dar vuelta. Por eso siempre tiene que estar
de rodillas ante vos, no se te puede parar. Hay gente que mide dos metros;
vos viste que soy bajita. Y desde allá arriba la miro.
¿Cambiás de rol?
No. A mí no me vengas a dominar porque conmigo fuiste.
¿Tuviste clientas mujeres?
Mujeres no te vienen. Si hay, la tenés que tratar de otra
forma. Le gusta de todo, pero término medio, nunca llega a la
agresividad total. Conocí a una que hacía servicio convencional.
Era esclava y la dejaban hecha bolsa. Yo ni loca, aunque una esclava
es más cara. Esta chica trabajaba en un departamento privado
con otras chicas. Porque ser esclava y estar sola, te la regalo.
Hay otra dómina que saca avisos y que es gordita.
Yo no la llamaría dómina. Porque hace también
servicio convencional. Y a la gente que le gusta dominación tampoco
le gusta una persona obesa.Tenés que dar la impresión
de que podés llegar a calentar a alguien. Tampoco mezclo la amistad,
porque te salís del rol y no te respetan. Ni voy a domicilio
porque la persona pierde desde un principio la imagen que tenía
de vos. Cuando el tipo te ve llegar vestida así normal, ya no
significás nada.
Una travesti me contó que un cliente le hacía representar
a una maestra y que le pegara en los testículos con un puntero.
¡Ah no! El S/M es golpes, adoración de pies y fetichismo
más que nada. Eso que decís es la fantasía que
le piden a la chica que hace servicio convencional. Papá Noel,
la maestra, el diablito. El S/M es más allá de las fantasías
comunes.
Sondas,
látigos y maestras ciruelas
El Dr. Stoller aventura en su clásico libro Pasión
y dolor que la mayoría de los cultores del S/M han pasado en
épocas tempranas por complejas experiencias quirúrgicas,
períodos de reclusión con tratamientos prolongados que
los habrían llevado a erotizar el dolor físico. En un
reportaje realizado por Cristian Alarcón para el suplemento Radar
de este diario, José Luis, marido y esclavo de Kelly, evocó
un excitante recuerdo infantil que para él fue la fuente de sus
gustos posteriores: haber entrevisto a su madre recostada en una especie
de camilla con las manos sujetas con muñequeras. Podría
haber sido un simple sesión de quiropraxia o de depilado a la
cera, sugiere escéptico Alarcón. Stoller, por su parte,
encuentra la infancia del S/M en inofensivas experiencias de autoflagelo
cotidiano: En el desgarramiento de una cutícula, los tratamientos
colónicos, el uso del hilo dental, el masaje profundo y otras
estimulaciones. En los dolores y alivios de la excreción, de
la dentición, en los estornudos y las irreductibles erecciones
penianas y clitoridianas de la infancia y de la niñez se manifiestan
los precursores de un masoquismo de escaso poder.
El lenguaje de Kelly se parece al de una manicura o el de una caba enfermera.
Los que se excitan con la retención de líquidos
toman como dos litros de agua.
¿Como en una ecografía?
¡Como en un una ecografía o una enema! Entonces tienen
ganas de orinar y al mismo tiempo, el miembro erecto porque para eso
vos los provocaste. Al estar el miembro erecto, no pueden ir de cuerpo
ni hacer pis. Entonces a vos te toca hacer que le haga efecto lo que
tomó. Le masajeás la panza. Se la apretás.
Kelly dice trabajar a la europea, pero se niega a los términos
del inglés aunque termine indignada con los importadores que
venden dilatadores anales a 80 dólares y desconoce los manuales
de autoayuda S/M donde se sugiere entre otras cosas reemplazar
las esposas metálicas por las de cuero para evitar que se produzcan
cortes o hemorragias en el bondage y hacer el fistfucking mover
la mano en el recto hasta cerrarla en un puño con manteca
pastelera y las uñas limadas con lima de cuerno de alce.
En el video Kelly II, los golpes de palmeta en las nalgas de su marido
José Luis se parecen a los chirlitos que dan las enfermeras antes
de clavar una aguja. Los guantes recuerdan más a los de un cirujano
o a los de un partero que a los de una Venus de las pieles, el exceso
de hule o de látex, a las camas de hospital para enfermos incontinentes.
¿Hay medidas de higiene?
La higiene es fundamental. Para los consoladores y los dilatadores
anales uso preservativos, salvo con la gente a la que le gusta tomarse
el semen yo siempre digo cada loco con su tema que les cae
en la mano cuando se masturba. Para el tacto rectal, uso guantes.
¿Hervís?
Paso los elementos por lavandina. Por mí y por la otra
persona. Porque hay gente que se fija en eso. Hasta que llegás
a la penetración con la prótesis de cintura, tenés
que trabajar bien el ano para dilatarlo. La vaselina relaja y también
es la que ayuda a elevar más rápido, pero lleva su tiempo.
A veces el hospital y la sala de dominación se parecen peligrosamente.
Una vez me vino un cliente operado de próstata. Tenía
puesta la sonda y todo. No se le paraba, pero quería ver si podía
sentir algo. Hay gente que coloca cánulas, pero yo no me animo.
Voy a lo seguro precisa Kelly.
El mito popular dice que cuando se pasa del coito en posición
del misionero al salón de juegos del sexo con juguetería
incluida no es por un gusto especial sino por merma.
Eso de que te metan cosas en el culo. ¿Sabés lo
que me parece? Que hay muchos tipos a los que no se les para y hacen
fistfucking, porque no tienen otra cosa que meterte dice cruelmente
el profesor P, un gay con aventuras S/M, a veces esclavo, otra amo
que, en sus tiempos de master, preparaba sus sesiones con la misma paciencia
con que hoy espera a una alumna de matemáticas.
El master prepara todo, piensa que va a hacer. Sino hace un papelón,
porque la cosa se pierde. Se produce un vacío.
¿Entonces tiene que haber un repertorio?
Pero con algo que te sorprenda. Por ejemplo, si te pasan un cuchillo
por el cuerpo y a veces te pinchan un poquito. Por más confianza
que tengas es fuerte como sensación. La clave está en
alterar entre entregar y recibir. Generalmente son encuentros largos.
Código uno: el esclavo se saca toda la ropa y el master permanece
totalmente vestido. Un master top está todo de cuero, gorra,
guantes, botas, cinturón, cuanto más cuero más
master. Se empieza con algo suave como lamerle las botas de rodillas.
Es todo muy fetichista, muy visual. Si no decís sí
señor, podés recibir un castigo que es que te den
un rebencazo. Se altera el dolor y el placer. Cuando vos le das placer
a tu amo con la entrega de lamerle las botas o lustrárselas,
o dejarlo que te pegue, el tipo te abraza o te besa. Se va como matizando
la historia. Después que vos entregaste lo más que pudiste
como esclavo, el master te da una buena cogida, porque si el tipo te
gusta lo que vos estás esperando es ese premio.
Todo el mundo sabe que a menudo las peleas excitan y que el mejor
sexo es el de la reconciliación. ¿Qué pasa en el
S/M cuando hay bronca con el partenaire?
¡Uy! Cuando estoy peleado con alguno que a lo mejor fue
en algún momento mi pareja y ahora está con otro, digo
mejor con éste no voy.
¿Tenés miedo de terminar matándolo?
Pero tenés que tener mala suerte para que te pase algo
así.
¿Cómo hacés para creértela?
Es que no hay que creerse nada. A mí el cuero me encanta.
Me calienta. Yo veo cualquier bagayo vestido de cuero y agarro.
¿Si está bien, es secundario? ¿O si está
bien hacés un sacrificio y le comprás una campera?
O le presto la mía de mi época master.
El Eros
depre de los argentinos
No habría una erótica argentina. En la literatura
reinan los puritanismos borgeanos o las estampitas femeninas adonde
se abusa de la metáfora de la yegua. Pero hay huellas de S/M.
El Erdosain de Los siete locos sueña con jaulones tremendos
adonde los ricos aburridos encierran a los tristes luego de cazarlos
con lazos de perrera o con antecocinas viciosas adonde él mora,
entre relatos obscenos de subalternos, con un saco que apenas le tapa
el traste y una corbatita blanca de lacayo. A veces habla de un afán
por los escenarios abyectos representados por zaguanes llenos de cáscaras
de naranja y regueros de ceniza y rodeados por ventanas alambradas o
de humillación como el de los santos que besaban las llagas
de los inmundos, no por compasión sino para ser más indignos
de la piedad de Dios, que se sentiría asqueado de verlos buscar
el cielo, con pruebas tan repugnantes. Erdosain, de ser cliente
de dómina Kelly, ¿habría recibido un diagnóstico
de esclavo total? Es cierto que si en él la humillación
se manipula en un gesto político hasta que ésta se convierte
en soberanía, también se comporta como el que en el S/M
está abajo, es el verdadero activo y director de escena. Después
de todo Erdosain se llama Augusto y el augusto es una de las posibilidades
del clown, el payaso que recibe la bofetada, el humillado, pero también
el que, como los clientes de Kelly, provoca, a través de sus
errores, esa humillación.
En Sebregondi retrocede, de Osvaldo Lamborghini, las directivas del
Marqués de Sade son textuales como las torturas en El niño
proletario, una parodia del estilo con que los escritores de los
grupos Boedo y Florida someten al pobre como personaje duplicando el
suplicio en sus descripciones crispadas (allí el abajo carece
del poder del masoquista). El Eros encuerado aparece en Plástico
cruel, de José Sbarra, en La guerra de los chacales de Enrique
Syms y en Un año sin amor, de Pablo Pérez, a la manera
de una disneylandia leader.
Acá el S/M no prende concluye el profesor P. Hay
un club de los lunes en el cine ABC, pero anda mal
porque va siempre la misma gente y es aburrido. Funciona en un cine
porno de S/M. Debe estar arreglado con la cana porque ahí hay
sexo en público aunque algunos se encierren en el baño.
Antes había un dark room, el Drácula Club, que cobraba
3 $, pero no debían haber arreglado con la cana porque hubo una
redada y salieron todos los tipos por la televisión, subiéndose
los pantalones. En la Argentina hay de todo: gente a la que le gusta
el spanking, gente a la que le gusta el látex, gente a la que
le gustan los uniformes, gente que se excita con guantes de cuero, gente
a la que le gusta que les quemen las tetillas. Primero te mojan la tetilla
y te tocan apenas con un cigarrillo y te da la sensación. O con
cera que no deja la marca pero de todos los gustos parece que
hubiera sólo uno que lo practica. Hay gente a la que le
decís S/M y se asusta, pero capaz que pide que le
hagan un spanking sin saber qué es o que le aprietes las tetitas.
Al 80 por ciento de los gays le gusta. Hay países donde hay una
cultura del sexo que viene desde Sade y acá no. Yo fui a un taller
literario muchos años. Era el benjamín del grupo y todos
me festejaban lo que escribía. Hasta que un día me levanté
a un inglés que me llevó a una casa de deportes y ahí
tuve la primera experiencia S/M de mi vida. Escribí un cuento
y lo llevé al taller. Se armó un revuelo espantoso. Che,
tenés que cuidarte, no ves que eso tiene que ver con lo que hacen
los militares, que es una cosa facho. Imaginate lo que eso puede provocar
en gente que sufrió tortura, que tiene parientes desaparecidos.
Fue inútil decir que eso venía de Sade. Ni quiero imaginar
lo que hubieran dicho si hubiera escrito sobre cómo me calientan
los policías motorizados.
Pat Califa, militante norteamericana del sadomasoquismo, dice: El
guión del S/M puede ser representado con personajes de guardia
y prisionero, policía y sospechosos, nazi y judío, blanco
y negro, heterosexual y marica, padre e hijo, cura y penitente, maestro
y alumna, prostituta y cliente, etc. Sin embargo ningún signo
tiene significado único. Su significado depende del contexto
en que se utiliza. No toda persona que lleva una esvástica es
un nazi, no porque te cuelgues unas esposas del cinturón eres
policía, y no por llevar hábito de monja has de ser católica.
El S/M es una parodia de la naturaleza sexual oculta del fascismo, no
su culto o aceptación. ¿Cuántos nazis, policías,
curas omaestros de verdad participarían en una licenciosa escena
sexual?. La última pregunta retórica se cae de ingenua.
Pero, si bien es cierto que pensar la tortura en términos psicopatalógicos
encubre su dimensión política, cualquier ex detenido desaparecido
sabe que un torturador no es un frío profesional abocado a extraer
información sobre las estrategias del enemigo. Muy a menudo su
perversión sexual en el sentido menos estético
y más moral del término se desliza en su misión
patriótica. ¿Se atrevería a decir Califa,
de pasar por aquí en una gira de conferencias, que hacer el amor
con una máscara de comandante Massera no es igual a ser Massera?
Por supuesto que no lo sería. ¿Pero sólo por eso
se debería anular el juicio crítico sobre la elección
de la escena en nombre de la palabra juego?
Es cierto que no toda persona que lleva una esvástica es nazi:
su significado depende del contexto (es evidente que será distinto
en Auschwitz que en el escenario de un concierto de rock). Pero es ingenuo
pensar que los signos se vacían mágicamente de fuerza
significante con sólo cambiar de contexto y que la parodia
o el juego descalifican la interpretación política.
¿Acaso la parodia no es, en última instancia, la capacidad
de vivir algo permaneciendo inimputable?
El teatro del S/M no es un correlato de la política que representa,
pero no es ajeno a la política. Según el esclavo Ron,
un informante del Dr. Stoller, cuando la toma de la embajada norteamericana
en Irán y durante la depresión económica de la
era Reagan, muchos sumisos se pasaron a dominantes. ¿Fue porque
la humillación y el sometimiento en la vida cotidiana se estaban
pareciendo demasiado al jueguito privado y secreto? Si la observación
sociológica de Ron es pertinente, ¿cabe suponer que el
riesgo país, la desocupación y la violencia cotidiana
dará vuelta a los clientes de Kelly? ¿Y que los flamantes
masters y ex esclavos irán a sacarse el stress pagando el service
convencional con plus S/M?
Si se le habla a Kelly de todo esto, no verá ninguna relación
con su trabajo.
Acá viene toda gente buena. Muy ubicada, a la europea Z