LIRICA
Fuego gitano
En
el teatro Avenida podrá verse durante tres días y a precios razonables
Carmen, una ópera de Bizet que ha generado tantas versiones como éxitos.
Definida alguna vez como refugio del sentimentalismo de la burguesía,
la obra –que cuenta los amores de una cigarrera libertaria y se ha convertido
en emblema de los excluidos– se impone con innovaciones y aciertos.
Por
Moira Soto
Qué más
puede pedir una fanática total de Carmen que llegar al lugar
del reportaje sobre la reposición de esta ópera, y encontrarse
a una de sus intérpretes haciendo la seguidilla del final del
primer acto? Près des remparts de Séville/ chez
mon ami Lilas Pastia/ jirai danser la seguidille..., canta
Isabel Minguez y desde la última fila del precioso teatro Avenida
se percibe que el indómito espíritu de la gitana cigarrera
está presente en esta renovada versión que cuenta con
la dirección musical de Antonio Russo, puesta en escena de Ana
DAnna y un elenco que incluye a las mezzosopranos Mariana Rewerski
e Isabel Minguez alternándose en el rol protagónico, Susana
Caligaris y María Daneri interpretando a Micaela, los tenores
Juanjo Cura, Alejandro Crea y Enrique Folger como Don José, y
los barítonos Mario de Salvo y Armando Noguera en el papel de
Escamillo. Asimismo, participan el Coro Juventus Lyrica, el Coro de
Niños del Instituto Coral de Santa Fe y la Orquesta Asociación
de Profesores del Teatro Colón. Un auténtico lujo que
las/os amantes de Carmen podrán disfrutar mañana 21, el
miércoles 25 y el sábado 28 en el Teatro Avenida (una
sala a la medida humana, dirá el maestro Russo), a las
20.30, pagando entradas muy accesibles si se considera el despliegue
de esta puesta en la que trabajan delante y detrás de las
candilejas no menos de 170 personas: $30 platea hasta fila 10,
$25 las siguientes; $20 la tertulia; $10 el paraíso, y $5 el
sobreparaíso.
Obra maestra absoluta de todos los tiempos, Carmen, sin embargo, fue
subestimada al estrenarse en 1875, en la Opéra-Comique de Paris,
y cuenta la leyenda que este fracaso le costó la vida a su creador,
Georges Bizet (1838-1875), quien de todos modos ya estaba muy enfermo.
Pese a la incomprensión de los críticos y a haberse presentado
en (según Ethan Mordden) ese refugio del sentimentalismo
de la burguesía, una clase social que no podía bancarse
tanta audacia musical y temática de esta obra precursora del
verismo. Carmen se seguía representando tres meses después
del debut y el 3 de junio fecha de la muerte de Bizet su
protagonista, la Galli-Marie, aseguró haber sido sacudida por
una premonición funesta precisamente en el tercer acto, cuando
el trío de adivinas predice la muerte de Carmen a través
de las cartas.
Para la escritura musical de Carmen, la gitana libertaria que algunas
versiones tratan trivialmente como femme fatale y otras, más
engagées, como la portavoz de los excluidos, Bizet se inspiró
en el notable libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, quienes
a su vez se basaron libremente en el relato homónimo de Prosper
Merimée, otro francés fascinado por España (con
la diferencia de que el escritor sí había visitado ese
país).
Lejos del
divismo, cerca de los jóvenes
La
fundación de Juventus Lyrica institución que recientemente
ha ofrecido representaciones tan valiosas como las de La flauta mágica
deMozart o Les mamelles de Tirésias de Poulenc aunó
las inquietudes de Antonio Russo y Ana DAnna. Es una postura
de vida filosófica, ética esto de darle posibilidades
a la gente joven, que en nuestro país tiene un futuro sumamente
oscuro, desolador diría. A través de esta organización,
tratamos de que esta gente pueda crecer, realizarse, conocer repertorio.
Apoyamos no sólo a cantantes: también a régisseurs,
directores de orquesta, pianistas y otros acompañantes, vestuaristas
y escenógrafos jóvenes... En fin, a todos los que participan
de la lírica. Nuestro enfoque implica que no hay ni divas ni
divos, tampoco primero y segundo elenco: están todos en el mismo
nivel, señala democráticamente el maestro Russo,
y agrega: En Carmen, al haber más de un intérprete
para los personajes principales, se suman horas y horas extra de ensayos.
Es agotador pero lo hacemos pensando que los frutos bien merecen el
esfuerzo. Hemos encarado obras de gran diversidad estilística
y conceptual. Ahora, con Carmen, estamos con el romanticismo, con esta
ópera de riqueza inagotable, tratando de llegar a la verdad de
Bizet, que no es la de Merimée ni tampoco la de algunas grabaciones
que rondan por ahí.
La régisseuse Ana DAnna cantautora, puestista teatral,
Medalla de Oro 1997 al graduarse en la carrera de Régie en el
Instituto Superior del Colón declara que, como en anteriores
puestas, trabaja muy unida al maestro Russo, porque tenemos muchas
afinidades y coincidencias. En Carmen propongo el cruce de las dos Españas,
muy cerca de Lorca y dejando de lado todo vestigio de comedia musical.
La obra tiene una arquitectura maravillosa se apasiona Russo,
de una luminosidad que culmina justo al terminar el segundo acto, donde
figura el magnífico Himno a la Libertad, que sintetiza la postura
vital de Carmen (Comme cest beau la vie errante,/ pour pays lunivers,
pour loi ta volonté,/ et surtout la chose enivrante/ ¡la
liberté! ¡la liberté!). A partir de
ese himno apunta DAnna, los personajes se invierten:
Micaela se fortalece, Don José se desdobla, Carmen se ensombrece
ante el anuncio de su muerte... Ella es de un coraje francamente heroico,
cuando enfrenta su destino adquiere estatura trágica. Es un personaje
universal y atemporal. Más aún, creo que cualquier frase
de cualquier personaje en esta ópera tiene hondas resonancias
para el público actual.
Dos mujeres
tan íntegras como diferentes
Para la santafesina Susana Caligaris es una enorme felicidad
poder estar en esta Carmen de la Capital (la soprano ya había
actuado en el estreno oficial en Santa Fe, en noviembre último).
Cantante lírica formada en la Universidad del Litoral, especializada
en la preparación de coros, integrante del elenco de solistas
Coro Polifónico Provincial, Caligaris defiende con fervor a su
Micaela, la contrafigura de Carmen: Es diáfana pero con
gran interioridad, bondadosa y con una sagacidad natural. Tiene su carácter,
que hay que descubrir. Ha sido educada por la madre de Don José
y está dispuesta a salvar según sus principios,
claro a su amado. Sabe perfectamente antes de conocerla que Carmen
es muy peligrosa. Pero semejante rival no la achica para nada, ella
se impone a sí misma ser fuerte. Sin embargo, cuando lo ve a
Don José cerca de Carmen y advierte los gestos de amor de él,
no puede ocultar su dolor. Micaela representa los valores tradicionales
en los que asimismo ha sido criado él. Por eso, Don José
también se siente atraído por ella, y como dice el maestro
Russo, cuando se encuentran en el primer acto y él canta a los
dulces recuerdos del pasado, a su terruño, está expresando
la nostalgia de una felicidad sencilla que ya no ha de volver...
A Mariana Reweski, de apenas 26, el poder hacer a Carmen en este momento
de su vida la lleva a poner el acento en una juventud que no suele ser
habitual en las intérpretes de este personaje: Carmen me
da muchísimaenergía, puedo estar ensayando cinco horas
y no darme cuenta del paso del tiempo. Es que ella tiene un fuego interno
tan grande que una como instrumento siente circular esa fuerza, esa
pasión. Ella es íntegra y antes del quiebre por las cartas
fatales, Carmen es feliz, totalmente libre, hace lo que quiere, como
quiere y con quien quiere. Disfruta tanto de su forma de vida que quiere
incorporar a Don José, aflojarle los rigores de su uniforme,
de su futuro programado junto a Micaela... Ella es una flecha energética
que lo quiere liberar, afirma esta cantante egresada del Conservatorio
Nacional de Música, que se ha presentado como solista en ópera
y oratorios en el Colón y otros teatros del país y del
exterior.
Carmen es una adelantada a su época y ésa es una
de las genialidades de Bizet, que no la presenta como una pecadora:
ella es una mujer de principios, una gitana de ley, se entusiasma
Isabel Minguez, la otra Carmen. Ella va de a uno por vez, y cuando
está con Don José lo ama sinceramente, con todo. Yo desciendo
de gitanos y sé que es gente muy leal, contrariamente a lo que
dicen ciertos estereotipos. Pero lo cierto es que al ser tan perseguidos,
los gitanos tuvieron que arreglárselas en una sociedad muy estructurada
que no respetaba su forma de ser. Es una raza muy fuerte, que ha soportado
siglos de discriminación y que tiene sus propios códigos
morales. Por suerte, esta vez intentamos hacer una Carmen más
profunda, con toda su dignidad. Y lo mismo diría de Don José,
en su estilo: en ambos personajes se mueven fuerza internas, a veces
contradictorias.
Mariana Reweski e Isabel Minguez reconocen que hasta este momento de
la nota no se habían puesto a hablar de sus respectivos enfoques
de Carmen, personaje al que salta a la vista que aman entrañablemente:
Nos dicen que hacemos dos Cármenes distintas, pero no sabría
señalar en qué difieren. Acaso en que nuestras personalidades
se reflejan en el acercamiento al personaje, siguiendo claro la línea
de Ana DAnna y el maestro Russo, dice Reweski, mientras
que Mínguez acota que me molesta cuando se presenta a Carmen
con una visión epidérmica, como a una promiscua porque
sí. Los que así la miran están aplicando la doble
moral de siglos pasados. Carmen disfruta de su cuerpo, de la libertad,
de la naturaleza, sin prejuicios y sin trabas.
Como hace notar Ana DAnna, es la primera vez que la clase
trabajadora, las obreras cigarreras en este caso, pobre, que vive al
margen en el caso de los gitanos, es protagonista de una ópera.
Acá no hay ricos, no hay títulos nobiliarios. Apenas Don
José, que integra una guardia modesta que cuida la manufactura,
pertenece a la España católica. La otra España
es la de los gitanos, y no se pueden entender entre sí. Es decir
que también asistimos al conflicto de un amor imposible porque
estos amantes pertenecen a dos culturas muy diferentes. Lo que no quita
que Carmen haya amado a Don José, como sostienen las dos cantantes
que la encarnan en esta versión.