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Amor
certificado
¿Las
chicas que aman a las chicas quieren casarse? Mejor dicho, ¿se
acogerían a la Unión Civil, presentada como proyecto por la Comunidad
Homosexual ante la Legislatura porteña? Las consultadas dicen
que sí (a la ley).
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Por
María Moreno
Y... ¿se
casan? La pregunta viene sonando desde hace unos días en
los oídos de las parejas del mismo sexo, en lugar de la fatídica
que -dirigida en singular suelen soportar, cada uno/una por separado,
en las fiestas familiares donde la cifra impar provoca escalofríos.
Comenzó a repetirse a partir del proyecto de Unión Civil
de Solidaridad presentada en la legislatura porteña y que ya
cuenta con el aval de diversos sectores políticos. La alusión
al casamiento es más un chiste o un sueño que algo efectivo.
Sin embargo, la ley reconocería como familia a uniones de hecho,
ya sea entre parejas de gays y de lesbianas como de heterosexuales.
No sólo no parece un matrimonio de segunda sino que hay quienes
opinan que con esa ley no hace falta casarse ni quemarse, como sugería
San Pablo.
Graciela y Silvia se casaron en una ceremonia privada, las
dos vestidas de largo pero obviando el obvio color blanco, con una flor
distinta en la mano, bendiciones en forma de poema y un sacerdote. Graciela,
que es abogada, dice que está dispuesta a acogerse a la Unión
Civil pero que ni loca se casaría como puede suceder en algunas
ciudades de algunos países del Primer Mundo.
Yo estoy en contra del matrimonio porque consiste en mantener
el sistema de familia, tradicional, ancestral y donde la herencia es
la preservación del patrimonio dentro del propio linaje. Por
eso los herederos forzosos son gente de la misma sangre. Y en el sistema
anglosajón, mal que nos pese, eso está resuelto porque
la gente puede decidir a quién le deja la herencia. Esto de Unión
Civil para homosexuales y heterosexuales da otro margen de libertad
entre las dos partes. Constituye otro grado de perfección de
esa libertad. El código de Vélez Sarsfield, en cambio,
mantiene el concepto de familia tradicional que hoy está mucho
más ampliado. Hoy puede ser de tu familia la hija de un amigo
tuyo que vive con vos o los hijos anteriores de tu esposa o tu esposo.
La ley de sucesión no contempla figuras como la del desaparecido
o la de la muerte por sida, donde los hijos en muchos casos han muerto
antes que los padres que los heredan, aunque a menudo los hayan expulsado
como a ovejas negras. La ley de matrimonio está pensada para
un hombre proveedor aunque hoy sea un desocupado y una mujer
que, como recomendaba Doña Petrona, entre las once y las doce
del mediodía puede hacer un alto en las tareas domésticas
para dar vueltas por la casa.
Se pierde todo el contexto de lo moderno dice Graciela
entonces hoy hacer un divorcio para un matrimonio constituido con las
leyes que rigen en la Argentina es un desbole, por más que sea
un trámite de dos líneas. En el matrimonio te vas y sos
culpable del divorcio aunque te hayas ido porque no soportabas al otro.
Y si se te ocurre hacerlo cuando tu marido tenía una gripe, él
puede hacer la denuncia de que fue abandonado con 38 de fiebre y podés
perder derechos patrimoniales posteriores y la pensión alimentaria.
Y, si te adosaste el apellido, al divorciarte te lo quita aunque con
ese apellido te hayas hecho famosa en una profesión, por ejemplo.
Para desunir un matrimonio civil tenés que llevar un tiempo de
haber convivido. El juez hace la mise en scène de decir vengan
a ver si los reconcilio cuando vos estás totalmente definida.
Acordate de ese caso reciente de la mujer a la que el marido le mata
los hijos. Ella había hecho denuncias avisando que el tipo era
un violento. ¿Cuánto tiempo le llevó separarse
de él? El moñito de la historia es que cuando llega de
enterrar a los chicos también le llega la cédula de la
policía donde se dice que todos los peritajes no daban ningún
signo de violencia. La ley de Unión Civil, lo que haría,
es poner los hechos en un marco jurídico. Como si se dijera:
existe esta realidad, no la podemos ocultar, entonces saquémosla
a la luz.
María Laura es una activista de la CHA, un cuadro de acento cordobés
que se ríe para definir su trayecto: Ser mujer es un escollo,
ser mujer y ser profesional, doble escollo, ser mujer y no ser abogada,
contadora, sino bióloga, triple escollo. Ser mujer, profesional,
bióloga y lesbiana ni te digo.
Esto no es para un ghetto. Es la unión de dos personas
que de común acuerdo firman un contrato y establecen determinado
tipo de cláusulas ¿Para qué sirve? Te voy a dar
ejemplos de situaciones. A la hora de sacar un crédito hipotecario
cuando tenés que justificar ingresos familiares para llegar al
monto exigido, ¿cómo entra ahí el ingreso de tu
pareja? Si ella está enferma yo no puedo sacar una licencia médica
para cuidarla. Si está internada en terapia intensiva los médicos
no están obligados a darme el parte, ni puedo tomar una decisión
sobre una intervención si ella no está en condiciones
de hacerlo. ¿Quien soy? (La que puede decidir es la mamá
que a lo mejor hace años que no le dirige la palabra.) Si muere
no puedo tener licencia por fallecimiento. Muchas veces nuestra comunidad
tiene que ocuparse de hacer trámites porque la persona no puede
decir en su trabajo que necesita tres días por la muerte de su
pareja.
Cuando el
Estado golpea a tu closet
Daniel M. a veces se sueña como un aristócrata del
siglo XlX, sentado frente a la chimenea de su casa de campo y rodeado
de criados y mastines aunque no pueda separar las yemas de sus dedos
de la computadora y, al igual que el aristócrata, no tenga ni
un peso en el bolsillo (usa sólo tarjetas de crédito).
Con el dinero rde la reparación económica recibido luego
de sus años de preso político ha adquirido un cómodo
departamento donde no permite la menor partícula de suciedad.
Por eso suele exasperar a sus amigos cuando levanta la mesa antes que
la última cucharada de helado haya pasado de los paladares a
la garganta (es una costumbre que me quedó de la ranchada
extorsiona). Su pareja, el joven Matías P. es la única
familia que le queda. Aunque fantasee con escribir un testamento con
pluma de ganso -hasta allí llega su amor romántico
está dispuesto a firmar una unión civil. Pero Mariano
P., que viene de un pueblo de provincia y está estudiando en
Buenos Aires, jamás ha hablado con sus padres sobre la existencia
de Daniel M. Cada año de los siete que llevan de relación,
apagan las velitas de una torta de aniversario que suele preparar alguien
de esa familia no institucional que se llama amistad. Olga y Asunción
-una alta, morocha y de padre japonés, la otra baja, colorada
y casi quince años menor son consideradas por amigos, vecinos
y compañeros de trabajo como hermanas. Asunción
lee entusiastamente lo la Unión Civil pero Olga se ríe
escéptica: ¿Cómo explicar el incesto?.
Maru, Norma y su hija Karina (que no es de Maru y debida a la inseminación
artificial sino de un ex marido) viven en un PH en Monserrat. Maru,
luego de tironear de una pollera beige que Karina ha comprado en una
feria americana con el pretexto de que parece hecha a su medida y a
la combinación en gamas de su atuendo, se sienta resoplando en
un sillón y objeta mientras que aprueba:
Me parece que hay cosas que está bien que refuerce la ley
pero también me parece que lo que no se pudo establecer en el
espacio social la ley no lo puede establecer. Si yo no puedo ir a mi
trabajo y decir que soy lesbiana tampoco voy a poder hacer el trámite
de la obra social. Me viene bien que la obra social esté obligada
a dármelo en los casos en que sípuedo decir que soy lesbiana.
Y cuando digo puedo me refiero a algo interno y no a algo
que viene de afuera . Y creo que quien tiene la vida muy complicada
la ley no se la va a arreglar. Nosotras conseguimos que la obra social
nos admitiera pero fue muy hinchapelotas. Hicimos un trámite
de convivencia que el gobierno de la ciudad aceptó. Hubo un caso
famosos que fue Freda y que fue aceptado y después de eso la
Superintendencia exigió que cada caso pasara por allí
y rechazó todos menos el nuestro. Si ahora a esa posibilidad
la ley la ratifica, bárbaro. Por ahora es un hueco de la ley,
una rendija que dice cónyuge sin especificar el sexo
. Pero insisto , si yo no pudiera decir que tengo una mujer no me serviría
para nada.
María Laura ha hecho una rápida encuesta en los boliches
y ha escuchado que muchas chicas estarían dispuestas a unirse
cuando dejen de joder las cámaras de tv. Y no son
las jóvenes abrazadas y de cara descubierta que se quitaron la
camisa en la plaza del Congreso en las dos últimas marchas del
Orgullo Gay. Pero está segura de que el reconocimiento social
les cortará las patas a las mentiras: Vivimos con tantas:
Mi novio está de viaje, Mi novio es extranjero,
vive en Australia. O, cuando viene el casamiento de tu tía
Pirula le pedís al más gay de tus amigos que te acompañe
pero ordenándole: portate bien y cruzá las piernas
como un hombre que si no te miran raro. Cuando vivís en
la mentira terminás mintiéndote vos. Y si alguien de tu
comunidad te pregunta ¿qué tal tu pareja?,
te sale espontáneamente Beto está en Australia
Hasta que la vida nos separe
Aurelia y Margarita viven juntas desde hace treinta años. Tienen
una propiedad en Almagro y otra en Tigre de la que vuelven al centro
cada fin de semana con los brazos cargados de hortensias. Si se les
habla de coming out Aurelia retruca ¿Comino? ¡Un
comino! Aunque con la edad que tenemos , sería fácil unirnos
hasta que la muerte nos separe. Total, eso puede ser pasado mañana.
Las dos hicieron testamento, no vaya a ser cosa que aparezca un
sobrino nieto de una prima segunda de la que ni siquiera recordamos
el nombre o que a lo mejor, a nuestra espaldas, nos llamó degeneradas.
Graciela explica que la mayoría de la gente ignora lo fácil
que es testar, amén de lo relativamente barato.
En este país, en parte podés morir testado y en
parte morir intestado. Si vos no testaste la ley dice quiénes
son tus herederos forzosos a los veinte minutos pero además dice
qué proporción de tu patrimonio podés testar. Eso
depende de la familia tradicional que te quede. Puede ser un tercio,
puede ser un quinto. Se puede hacer un testamento a manito como Luis
XVl, con la fecha, el lugar, y escrito a mano de punta a punta con tu
letra. Lo fundamental es, además de tu firma, las de cinco testigos
. Ni siquiera hay que especificar en el documento la quinta en Del Viso,
la biblioteca, el dálmata... El testamento no tiene prensa porque
no da guita a los abogados, porque si tenés uno la sucesión
es rapidísima. Graciela apoya la Unión Civil pero en su
trabajo, que se desarrolla en un marco oficial, prevé que un
coming out legal puede generar una serie de prejuicios encubiertos por
medidas igualmente legales.
Su compañera Silvia tiene menos dudas:
No hay que confundir la Unión Civil con un matrimonio de
segunda porque no lo es. En una unión de hecho las dos personas
están en exacta igualdad. No se le puede poner a uno una obligación
tipo la del matrimonio, el hombre debe, la mujer acompaña.
En la Unión Civil no se establece sobre quién recaen determinadas
responsabilidades y sobre quién otras. En el matrimonio están
prefijados roles que además significan subordinación y
en este caso no. Es un acuerdo común, una real situación
de madurez.
¿Quién
se queda con el cd de Sandra?
Cada vez que se enamora (y se enamora a menudo) Daniela se va a
vivir con su pareja y tiene suerte de que la otra acepte. Y ni bien
pasa un tiempo se aparece en la casa común haciendo mohínes
de seducción y con un cachorro de pastor alemán en el
bolsillo. El cachorro crece y es cuidado con amor por Daniela y por
otra mujer que es obligado también deberá
ser mascotera. Daniela es veleta, al poco tiempo se enamora de otra
y se va. Lo ha hecho ya varias veces. Como su presupuesto sólo
le da para un monoambiente el perro cada perro va quedando
en la casa de su ex compañera. Es decir: deja de recuerdo una
bestia que necesita salir por lo menos dos veces al día, y una
deuda que incluye el paseador, las bolsas de Dogui, la atención
veterinaria y un trauma que deberá ser atendido por un psicólogo
experto en seres que no hablan. ¿La Unión Civil contempla
este tipo de situaciones?
Nosotros hablamos de derechos y garantías dice María
Laura, deberes tenemos y nos los marcan siempre, las garantías,
los derechos son los que tenemos pero a los que no tenemos acceso. Por
supuesto que la Unión Civil implica deberes, no se habla de ellos
porque son inherentes. Si mi compañera desde la Unión
Civil reclama que yo no pedí la licencia por enfermedad y la
dejé en un estado de abandono va a tener una herramienta legal
para reclamármelo. También me sirve a mí como un
paraguas protector para permitirme, si la persona con la que estoy tuvo
la posibilidad de acompañarme en determinada situación,
tuvo la opción y tuvo el derecho y no lo hizo, decidir hacer
una demanda o no. El otro día una chica me decía con cara
de preocupada: Lo único que me jode de la Unión
Civil es que no voy poder currar mucho. ¿Por qué
no? le pregunté. Porque mirá si ponen un artículo
en la reglamentación donde diga que no se puede ser bígama.
Soltame Julieta
y hablemos de plata
El amor romántico ha dejado secuelas en los más creídos
representantes del radical chic que consiste en creerse a la izquierda
de la izquierda de la izquierda erótica. En los años sesenta
muchas activistas de alcoba tenían aprehensión a meterse
los dedos en la vagina para ponerse el diafragma porque rompe
el clima. Hoy mismo, el momento de ponerse el forro es vivido
a menudo como si se escuchara un gargajo en medio de un tema de Luis
Miguel. La Unión Civil, desde el lado de sus beneficiarios impone,
en medio de un acuerdo equitativo, hablar en términos muy precisos
y materiales. También debería suceder esto en los matrimonios
porque aunque los homofóbicos ven a gays y lesbianas sólo
en términos sexuales la vida cotidiana a menudo no distingue
orientación sexual. (Cuando a Matías P. la pareja de Daniel
M., le preguntan cómo es la vida cotidiana de un gay, él
hace el chiste Voy al laverap y digo, soy gay, ¿me
puede lavar estas camisas? Voy a la verdulería, digo quiero
tres atados de rúcula, soy gay. Voy a sacar un pasaje de
avión y pido Miami, ida y vuelta, somos dos gays, no fumadores.
María Laura da algunos detalles de problemas comunes a héteros
y gays: Como en un matrimonio, todo lo cualitativo lo podés
hacer cuantitativo. Si gano más dinero que mi pareja voy a hacer
un aporte de capital más grande pero ese aporte significa que
estoy más horas fuera de la casa, que estoy prestándole
menos atención a su cuidado, a la parte administrativa que es
un aporte material que está poniendo la otra persona. El tiempo,
la dedicación es su capital y eso debe estar aclarado de antemano.
No hay que encarar una vida en pareja sin establecer determinadas cosas
antes de que pasen, en cambio si arrancamos con que de ahora en
adelante lo que se compre, no importa si lo pagaste vos o lo pagué
yo, es decir lo que juntemos en cinco años, diez años
de vida juntas, si equivale a mil pesos, al separarnos son quinientos
pesos para vos y quinientos para mí. Se termina eso de
yo compré el cd de Sandra Mihanovich pero es mío
porque vos me lo regalaste a mí.
¿Por
qué no chilla la Santa Madre?
¿El silencio de la Iglesia encubre una avenencia hacia un
proyecto que consiste en regular ese deseo descarriado atribuido a gays
y lesbianas, y supuestamente diseminado en baños, discos y boliches,
para acorralarlo en casalitos unidos por el sedentarismo y los bienes
gananciales?
Los testimonios detectan posiciones radicales pero es preciso
aclararlo ninguna pone en duda el apoyo absoluto al proyecto .
Como utopía es la de mi tía Juanita dice Maru
en una voz bien alta que busca la complicidad risueña de Norma,
como una cosa que me conviene y me reconoce y me soluciona las cosas,
bárbaro. Pero me parece un retroceso político grave. ¿Qué
quiere decir? ¿Que ahora soy feliz porque soy igual a todos los
pelotudos? Y si uno de los dos lo caga a patadas al otro, ¿se
puede unir? Si uno de los dos lo viola al otro dentro de la unión,
¿se anula o como en el matrimonio heterosexual no pasa nada?
María Laura explica la extinción del fuego de los cirios
porque el proyecto no contempla la adopción ni invade territorios.
Es como le escuché decir a una chica. Si sos lesbiana a
mí qué me importa siempre que no me jodas a mí.
Norma modula su voz templada en diversas organizaciones feministas para
decir:
Me parece que es una tendencia normatizante. Cualquier discusión
más embrionaria sobre el aborto habría desencadenado un
escándalo bárbaro y habría misas en todas las esquinas.
La Iglesia no es estúpida y si logra que las lesbianas y los
gays se regulen, todos contentos.
No me opongo a las leyes que amparan los derechos civiles pero de todas
maneras no se me escapa que pueda haber ahí un proyecto de ordenar
vínculos que son difíciles de normalizar. Puede suceder
que uno deba cumplir los parámetros que ya las parejas heterosexuales
tienen muchas dificultades para cumplir. Como siempre hay una sobreexigencia
de que una demuestre que es más buena aún en el caso de
que sea bueno ser así de bueno. No me parece mal que el Estado
contraiga responsabilidades con las parejas de gays y de lesbianas pero
no sería bueno que nos lo tomemos en serio. Hace dos meses las
amigas de la infancia de mi hija nos hicieron una cena de matrimonio.
Una cena muy ceremoniosa donde bailamos el vals y demás. Seguramente
eso no hubiera sido así si nosotras no fuéramos dos mujeres.
Ellas no hubieran necesitado subrayar su aceptación o su legitimación
de este vínculo. No me da ganas de perderme estas cosas y al
mismo tiempo no está mal la posibilidad de tener el papelito.
¿Puede apresarnos eso? No creo.
Safina Newbery, antropóloga, veneradora racional de la Difunta
Correa, feminista histórica, integrante de Católicos por
el Derecho a Elegir, también aprueba el proyecto pero le irrita
que en todo pacto permanezca un aire de familia.
Siempre tenemos que ser parte de una. Vos sos la hermana, la abuela,
la tía, la hija de... ¿Por qué tenés que
ponerte contenta de formar parte de una familia que a lo mejor no ves
hace cien años? Ahora que todo el mundo me llama abuela y me
habla con una dulzura compasiva o espera a que diga algún disparate,
me pregunto por qué tengo que aceptar que me definan en relación
a un vínculo. Yo no soy abuela porque elegí no tener hijos.
Y encima te desarman diciendo que es un término cariñoso.
Yo creo en la amistad y dentro de mi familia, soy amiga de unos y de
otros no. A mis relaciones las llamo amistades sexuadas. Creo en la
Unión Civil, incluso entre personas que no tienen relaciones
sexuales. Tengo entendido que la unión se puede hacer entre un
viejito que ha sido cuidado durante años por una persona mucho
más joven y que no es de su familia. Muy bien.
Firmá
(si querés) y callate
¿Sospecha Safina que el aparente consenso en torno a la
Unión Civil es una manera de orientar la sexualidad de gays y
lesbianas a la monogamia?
Se piensa en las relaciones de gays y lesbianas sólo en
términos sexuales dice. Si dos mujeres se unen y
no tienen relaciones sexualesya no serían lesbianas. Una persona
sale con otra que no es su pareja y las dos van a un lugar muy lindo,
una playa, toman vino, se sientan en la orilla, se miran a los ojos,
hablan toda la noche. A la mañana siguiente viene la pregunta
de los demás ¿tuvieron sexo?. No. Entonces
nadie puede tener celos. Y esas personas estaban enamoradísimas
pero si no tuvieron sexo no hay problema. Yo pienso: Si alguien tuvo
una relación sexual y le gustó, ¿qué importa
el sexo del otro? Lo que importa es si gozó, y si no gozó
es una desgracia. Tenga el mismo sexo o tenga el sexo contrario.
Michael Foucault afirmaba que lo que molestaba de las relaciones de
gays y lesbianas era menos el hecho de que desearan a alguien del mismo
sexo que el hecho de que inventaran nuevas formas de circulación
del deseo: eran menos amores y deseos que no osan decir su nombre que
amores y deseos que no han sido aún capturados por ningún
nombre. El reconocimiento jurídico de vínculos entre personas
del mismo sexo no garantiza que no refloten formas tradicionales en
las que hacen agua las parejas hétero. Pero el proyecto de Unión
Civil de Solidaridad no es una dádiva juntavotos aunque pueda
beneficiar a ciertos políticos sino que, como precisó
María Laura, nació del activismo de la CHA en 18 años
de acción. La inclusión en sus objetivos de uniones heterosexuales
desprotegidas por la ley de matrimonio y cualquier otro pacto de común
acuerdo elegido libremente por dos personas, implica una política
mucho más allá de los intereses de una minoría.
¿Reproducirán gays y lesbianas el fracaso de la Institución
llamada familia o la remozarán? Esta clase de preguntas,
que son el lugar común ante módicos avances jurídicos,
utilizan la palabra reproducción a la manera de un lapsus. ¿El
miedo de que reproduzcan no oculta el miedo a que se reproduzcan? Pensar
en que reproducirían , ¿no significará simplemente
la incapacidad de reconocer algo sin necesidad de traducirlo a lo mismo?
La Unión Civil y de Solidaridad, de ser aprobada cuando
sea aprobada corrige María Laura, no es letra muerta
aunque permita vivir juntas/os y en ejercicio de derechos iguales a
muchas/os porque irá incorporando nuevas cláusulas de
acuerdo al ingenio y la acción de los que vayan descubriendo
las novedades de la experiencia.
El mito supone gays nómades y lesbianas sedentarias, prácticas,
convergentes y disímiles. Ellos/ellas suelen debatir diversas
hipótesis. El proyecto de Unión Civil no encontró
un apoyo mayor de un lado que de otro. Están de acuerdo como
si esta noche a unos y a otras los invitaran a una fiesta.