TALK SHOW
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La
doble vida de Donna Reed
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Por Moira Soto
Las tienen?
Son las irónicas chicas Gilmore, Lorelai y Rory, madre soltera
joven e hija adolescente conviviendo en un amable pueblito llamado Star
Hollow. Si la respuesta es no, todavía están a tiempo
de participar de la diversión (con los imprescindibles toques
emotivos para matizar) porque, como todas las buenas series, a The
Gilmore Girls (jueves a las 20 y 24, domingos a las 16, por la
señal de cable Warner Channel) se puede entrar en cualquier capítulo,
y a partir de ese momento entregarse a la adicción. Actualmente
está promediando la repetición de la primera temporada,
de modo que a las recién llegadas que acepten esta recomendación
vale anoticiarlas brevemente: hace 16 años, a los 16, Lorelai
hija de padres pudientes que preveían para ella un futuro
universitario quedó embarazada de su noviecito de toda
la vida, Christopher. Contra la opinión de éste y la de
las familias de ambos, que querían boda a toda costa, Lorelai
se fue a vivir sola, tuvo a Rory, se defendió trabajando y crió
a la niña con el apoyo de amigables vecinos. Ahora está
más o menos reconciliada con sus progenitores, a los que visita
los viernes en compañía de su hija. Y muy rara vez recibe
la visita intempestiva de Christopher, el padre distraído, el
hombre que dice ella conoce todos los secretos de
mi juventud, el tipo que, pese a sus truchadas y agachadas, aún
le mueve un cachito el piso. Pero Lor la tiene clarísima: se
puede dejar llevar una noche en el balcón de la casa de sus padres,
motivada por los recuerdos y el alcohol, pero nada de formalizar, aunque
Rory se haga ilusiones.
Entre Lorelai
y Rory hay mucha confianza y bastante entendimiento, a través
casi siempre de un compartido código humorístico
que revela sus convicciones, referencias culturales (Lor tuvo una educación
esmerada, conoce de vinos y comidas, y cita con naturalidad a Dickens
o a Lewis Carroll; y Rory va por ese camino), sus odios y amores. En
el penúltimo episodio, por ejemplo, el relato tuvo sus momentos
más desopilantes al centrarse en El show de Donna Reed.
En la primera escena, madre e hija disfrutan apoltronadas de esa serie
en blanco y negro de fines de los 50 que duró hasta mediados
de los 60, acerca de un ama de casa hacendosa y siempre de punta
en blanco. Dean, el novio de Rory, las mira sin terminar de captar la
causticidad de las chicas. Es la quintaesencia de la esposa perfecta
de los 50, dice una. Siempre sonriente y con tacos
altos, nunca se despeina, dice la otra. Dean quiere saber: ¿Es
un programa?. Es una forma de vida, responde una.
Es una religión, enfatiza la otra. Y para que el
chico se avive, le explican: Este es un capítulo con mucha
intriga: el marido ha llegado tarde a casa sin previo aviso. Dean
está cada vez más intrigado, pero las chicas no se apiadan
y cuando hay una situación en el show entre Donna y su hija teenager,
Lor y Rory reescriben en voz alta los diálogos: Tuve un
pensamiento impuro con tu padre y todavía no es el segundo sábado
del mes, debo sublimarlo cocinando mucho, dice la madre soltera
imitando a la esposa servicial. Dean, desconcertado, comenta que a él
le gusta que las familias sean unidas, que la mujer le cocine al marido:
Además, ella parece feliz.
Por la noche, Rory va a cuidar el nuevo gatito de la vecina Babette
e invita a Dean a comer allí. Lo recibe con pollera muy acampanada,
delantalito con volados, collar de perlas, tacos aguja, música
al tono. ¿Es Halloween?, pregunta asombrado el chico.
Ella, obsequiosa, le ofrece bocadillos antes de la cena, dos platos
y postre, sin dejar de sonreír. Alfinal, Dean, un poco harto,
acepta: Fue increíble, pero no espero ni quiero que seas
como Donna Reed. Y ahí, Rory se da el mayor gusto de la
noche: Ella hacía el personaje impecablemente, pero también
era productora y a veces directora de su show. Fue una de las primeras
ejecutivas de la televisión.
Entretanto, Lorelai llama a Luke, el dueño del bar, a fin de
que la ayude a encontrar la pollita Stella (por el personaje de El tranvía
llamado deseo) que se escapó de la jaula que le dieron en el
colegio a Rory para estudiarla. Más tarde su estirada madre la
forzará a reconocer que le gusta Luke, para luego sermonearla:
Ahora podemos hablar del error que vas a cometer.
The Gilmore Girls es una creación de Amy Sherman-Palladino,
también coautora del guión. Lauren Graham y Alexis Bledel
se hacen querer como las protagonistas, y Kelly Bishop la madre
de Lor logra ser fascinantemente detestable. ¿Qué
otra cosa se podía esperar de un sello productor que se llama
Dorothy Parker Drank Here?
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