ARQUETIPAS POR SANDRA RUSO

la que duda

–¿Perla?
–Sí, ¿qué hacés?
–¿Cómo pasaste la noche?
–Bien, bien, cuando me muevo me molesta
un poco, pero bien.
–¿Te dieron el alta a la mañana?
–Sí, después del desayuno.
–Che, qué bien se portó Genaro...
–¿Sí, no?
–Graciela y yo le ofrecimos quedarnos a la noche, pero no hubo caso. El tipo quiso quedarse al pie del cañón.
–Mejor dicho al costado de la chata.
–No seas boluda. Qué buen tipo resultó Genaro.
–Sí, la verdad.
–No sabés la actitud, el carácter, vieja, cuando salió el cirujano estábamos todos ahí, pero el interlocutor era él. El cirujano no dudó un minuto, lo encaró como si hubiese sido tu marido.
–Ah, ¿sí?
–Sí, le decíamos “Genaro, andate a dar una vuelta, Genaro, andá a fumarte un pucho”, pero él no, estaba re compenetrado.
–Sí, la verdad, no me puedo quejar.
–Lo único que falta es que te quejes. Hace tres meses al tipo ni lo conocías.
–Parece mentira, ¿no?
–¿Quién te hubiese dicho, cuando empezaron a chatear, que él iba a contenerte tanto como te contuvo? Te acompañó al médico, te acompañó a internarte, se quedó con vos los dos días, ¡hasta lo vi dándote la sopita en la boca!
–Sí, es buen tipo.
–Cualquier otro sale rajando. ¡Hasta los padres de tus hijos salen rajando! A propósito, ¿y el padre de tu hijo?
–Dice que llamó ayer, pero que le dio ocupado.
–¿No ves? Tipos como Genaro quedan pocos, Perlita, tenés que cuidarlo, ¿eh?
–Sí, claro.
–Perla, ¿qué carajo te pasa?
–¿Por?
–Te operaste, salió todo bien y encima tu flamante novio se porta como un adelantado en tiempos de Pizarro. El tipo va a la guerra sin flechas y vos me contestás sí, bueno, claro... ¿qué es todo esto, Perla?
–No sé, a veces me pregunto...
–¿Qué es lo que te preguntás a veces, Perlita?
–¿Será que es de verdad buen tipo, o no tendrá nada mejor que hacer?