TALK
SHOW
POR MOIRA SOTO
Si la comparamos
con Lara Croft rica heredera, sofisticada educación, ropa
de Gucci, Tank Girl es como una especie de Cenicienta futurista
que tiró la escoba, sobreviviente que se hizo a sí misma
y que por cierto no espera al príncipe azul rescatador sino que
se levanta a un mutante (mitad hombre, mitad canguro, derivado cuándo
no de experimentos genéticos), vestida con recortes de
desechos de un mundo arrasado por un gran cometa. Ella lo explica brevemente
en el comienzo de la adaptación cinematográfica de esta
historieta de culto de los 90 (creada por Peter Milligan y Jamie
Hewlett): Es el año 2023. El mundo está jodido,
no hay ni TV ni agua, hace once años que no llueve. Lo bueno
es que hay que bañarse acompañada....
En el comic original británico, esta cartonera de un siglo XXI
tan venido a menos, chica durísima y mordaz
que no deja de tener un glamour personalísimo (alguien la definió
alguna vez como la Mad Max femenina diseñada por Vivienne Westwood),
protagoniza una serie de aventuras extravagantes sin perder nunca ni
en las situaciones más ominosas su semisonrisa burlona.
De sus amores cuasi zoofílicos queda embarazada y se la ve en
más de un capítulo con la panza redonda al aire, activa
y creativa como siempre, antes de parir a un niñito que lo
que se hereda no se roba llega a lo que queda de esta civilización
montado sobre un tanquecito y con un pucho colgando. Es que Milligan
y Hewlett, cuando negociaron las bases de la historieta, anotaron: chica
de acción, desierto australiano, destrucción casi total,
tanques de antiguas guerras, canguros, cerveza, tabaco... Así
fue que instalaron a Rebecca en un tanque reciclado que cumple funciones
hogareñas, bélicas y otras (en algún momento, la
chica tiene sexo con el aparato y cuando Booga, el novio mutante se
ofende, ella lo calma: No fue más que una sola vez, cariño...).
Tank Girl (1995), la película, no se estrenó comercialmente
en la Argentina, pero se editó en video (AVH) y por cable se
ha pasado también como La guerrera. Es una realización
de Rachel Talalay animada por el juguetón espíritu de
la serie B, es decir: más imaginación que guita, menos
búsqueda de prestigio que de pura diversión. Lory Petty
(Punto límite), actriz versátil, sabe muy bien convertirse
en una chica de historieta tan singular como Tank, mientras que Naomi
Watts es una convincente Jet Girl, su partner en esta ocasión,
y Ann Cusack, Rain Lady (personaje fugaz pero decisivo porque el agua
es el bien más preciado y codiciado en el 2023). También
andan por ahí Malcolm McDowell, refinado malvado, e Iggy Pop,
asistente de la madama del burdel donde, a pedido de Tank, pupilas y
clientes arman un numero musical con Vamos a hacerlo, de
Cole Porter (1928, puntualiza la protagonista, que cada
tanto tiene arranques de nostalgia: en el bolsillo de su chaleco lleva
un muñequito con patillas al que llama Elvis).
La búsqueda desesperada de agua (hay quien filtra sangre humana
para saciar su sed de mal, aparte de la fisiológica), la aparición
de nuevos centauros del desierto (sustituyendo la parte equina por la
canguril), el secuestro de una nena a punto de ser prostituida, la esclavización
de trabajadores, son algunos de los pretextos para que Tank ponga en
marcha su tanque, saque las castañas del fuego y suelte su afilada
lengua, aun a punto de morir (nosotras sabemos que eso jamás
va a suceder, pero ella no): al villano que empieza a recitar el Infierno
del Dante, lo corta enseco: Si vas a ponerte a declamar, mejor
matame antes; al mismo tipo, cuando la vuelve a atrapar y la inmoviliza
dentro de una camisa de fuerza: Me resulta muy difícil
masturbarme en esta posición.... Para completar el panorama
futurista, onda collage linyera, en la peli se intercalan algunos cuadros
de la historieta e incluso dibujos animados. Después de recibir
un fuerte coscorrón, TK, humana al fin, cae sin sentido. La pantalla
se oscurece y apenas se ve un globito donde se lee: Esta soy yo
desmayada.
Tank Girl se
pasa por la señal de cable MGM el martes 25 a las 21, y el miércoles
26 a la 1.30 y a las 14.