ARQUETIPAS
POR SANDRA RUSO
Mirá
que le pongo nafta al tanque, ¿eh?
Sí, la verdad que sí.
Mirá que tiro del carro, ¿eh?
Sí.
Mirá que riego la planta, ¿eh?
Bueno, Mayra, ya te entendí. Terminala con las metáforas.
¡Es que me canso, vieja! ¿Estamos jugando un doble
o un solitario?
¿Pero le dijiste? ¿Hablaste con él?
Hablo hasta por los codos, pero le entra por un oído y
le sale por el otro.
¿Qué le dijiste?
¡Que estoy cansada, vieja, que no puede ser que nunca, nunca,
nunca me saque un conejo de la galera! Llega, casi no saluda, se sienta
en el sillón, prende la tele, cuando le pregunto algo hace que
no oye, se sienta a comer, bosteza y se terminó el día...
¿Yo vivo con un hombre o con una radio sin pilas?
Bueno, Mayra, él no está en el mejor momento...
¡Desde que lo conozco no está en un buen momento!
Bueno, Mayra, pero tenele un poco de paciencia...
¿Y a mí quién me tiene paciencia? ¡Tendrías
que verlo! ¿Se acabó el papel higiénico? ¿Otra
vez carne al horno? ¿Qué te pasa que estás tan
asexuada? ¡Asexuada, dice el tipo, como si él fuese insaciable!
¡Menos mal que estoy asexuada, porque cuando estoy sexuada me
entero yo sola! Traca traca y se acabó.
Sí, te entiendo. Pero dale crédito, que es un buen
padre...
¡Pero no es el mío! ¡Ojalá fuera un
papito! ¡Pero parece mi ahijado! ¿Me servís más
Coca? ¿Me tapás los pies? ¿Me ponés el colirio?
¿Me hacés una tostada?
Ay, suena aberrante.
Es aberrante, es impúdico, es... Yo no doy más.
¿Pero vos, cuando le hablás, qué le decís?
Le digo: yo no tengo problema en seguir trabajando, en seguir
haciendo la comida, en seguir cuidando a los chicos, en seguir ocupándome
de que no falte el dentífrico ni las flautitas, pero querido,
de vez en cuando, alguna vez, ¡haceme florecer!, ¡poneme
abono!
¿Y él qué dice?
Nada.