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Instrucciones
para llenar un agujero negro
Por Rodrigo Fresán
Vivimos rodeados por agujeros negros, por certezas e incertidumbres científicas
que van de la abstracción de la relatividad a la certeza de nuestros
televisores o computadoras portátiles y que no necesitamos comprender
del todo para disfrutar de sus bondades. Ahí están, aquí
estamos. Sabemos cómo abrir una lata de anchoas y que del resto
se ocupen los que saben o, mejor, los que tienen que preocuparse de esas
cosas. A la hora de la verdad, admitámoslo, nos parecemos demasiado
a Homero Simpson.
Sin embargo sordos rumores oír se dejan todo parece
indicar que, cerrada la puerta del milenio pasado, nos encontramos ahora
en una habitación recién pintada donde la ciencia se convertirá
en parte ineludible de nuestra rutina, así que mejor procurar entenderla
un poco si no queremos quedar como los tontos de la fiesta o, peor todavía,
material descartable en un inminente mundo feliz donde la información
y el conocimiento cotizarán fuerte.
Para ayudarnos, claro, están los libros. Y son muchos libros. El
campo de la divulgación científica tiene demasiadas hectáreas:
cómo recorrerlo sin volverse loco. Por ejemplo: acaba de aparecer
el volumen enciclopédico y colectivo La ciencia en tus manos (Espasa
Calpe) donde veintiocho científicos españoles de primera
línea consiguen en buena medida una organización del espectro
yendo de la historia a las matemáticas, pasando por las ciencias
de la materia y de la vida y acaban ofreciendo algo entre el vademécum
y el manual de primeros auxilios para el buen salvaje que somos.
Pero tal vez lo mejor sea ir por partes: reduzcamos territorio optando,
ya que estamos con ánimo de ponerlos al día, por el rincón
del cuarto limpio y bien iluminado dedicado a la biología molecular.
Asunto de moda: el genoma humano y todo eso.
En los últimos tiempos han aparecido muchos libros y, seguro, van
a aparecer muchos más, pero puestos a elegir y considerando
que la legibilidad y el arte de despertar curiosidad son parte imprescindible
del asunto me quedo y recomiendo Genoma: La autobiografía
de una especie en 23 capítulos de Matt Ridley, uno de los mejores
y más útiles libros de ciencia no-ficción jamás
escritos.
Las 388 páginas del ensayo de Ridley aparecido en inglés
en 1999 y recién editado por Taurus no sólo se arriesgan
a cocinar la sopa primitiva de nuestros orígenes con buen gusto
sino que, además, nos convence de beberla y nos explica la receta
con una claridad por momentos sospechosa. Organizado en veintitrés
capítulos uno por cada uno de los 23 pares de cromosomas
que organizan a nuestra especie Genoma... se lee desde la primera
página (y desde el instante mismo en que Watson y Crick hacen arrancar
a la hélix doble de nuestro ADN) como si se tratara de un policial
donde lo que se oculta y se revela es el secreto fundamental de nuestros
días y de nuestras noches guiados por un detective Matt Ridley,
nombre de investigador privado si lo hay dueño del entusiasmo
legible del Padre Brown y de nada de la pedantería críptica
de Holmes o Poirot.
Ridley nos provoca la sensación de por fin haber hallado a ese
maestro que, milagrosamente, nos hace aprender todo aquello que nunca
comprendimos sin el menor esfuerzo y que nos lleva de la mano por el mejor
camino. Lo que no implica dejar de lado ciertas precauciones: el súbito
entendimiento de asunto tan definitivo provoca, en ocasiones, mareos o
principios de ataque de pánico. Por eso sin dejarlo ni un
día de lado, quién sabe si pronto este Genoma... estará
inevitablemente anticuado lo recomendable es emprenderla de a un
capítulo de cromosomas por vez, como si se tratara de una de las
noches de Las 1001 noches, y asimilar así el terror abismal y la
altísima maravilla de eso que siempre somos y, todo parece indicarlo,
pronto dejaremos de ser. Libro clave para nosotros los últimos
modelos defectuosos de una variedad cada vez más resuelta a alcanzar
elconocimiento de lo perfecto y lo absoluto no viajando al espacio exterior
sino hacia las profundidades de nuestro cuerpo, Genoma... nos ofrece
dos cosas: la posibilidad de descollar como entendidos ligeramente insoportables
en la próxima fiesta a la que vayamos explicando lo para muchos
inexplicable y nada es gratis, claro el terror íntimo
de comprender de una buena vez por todas el Expediente más X de
todos y ya nunca verse igual cada vez que el espejo nos devuelva el reflejo
del propio rostro. La verdad está aquí adentro.
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