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EL EXTRANJERO
THE
COMPLETE SHORT STORIES
J.G. Ballard
Flamingo
Londres, 2001
1186 págs., 25 libras
Un acontecimiento.
Todos los cuentos de J.G. Ballard juntos. Tapa blanca y retrato del autor
impreso en color metal sobre fondo blanco para custodiar a uno de esos
libros tan definitivos y comprehensivos de la mirada de un autor como
lo fueron y son The Stories of John Cheever o los Cuentos completos de
Julio Cortázar. Noventa y seis relatos ordenados cronológicamente
Ballard venía siendo castigado, en inglés y español,
por sucesivas ediciones con títulos cambiantes, desordenando la
secuencia original a partir del compendio de diez libros más
cuatro cuentos que nunca habían aparecido entre tapas. Todo lo
que escribió en pequeño el para muchos más grande
escritor inglés vivo. Desde The Voices of Time (1963) hasta War
Fever (1990): obras maestras de la ficción breve entre las que
se cuentan títulos inolvidables como Billenium, The
Drowned Giant, The Assasination of John Fitzgerald Kennedy
Considered as a Downhill Motor Race o Answers to a Questionnaire,
historias como sueños y pesadillas. La distancia que va de una
surrealista playa terminal a una exhibición pop de atrocidades
funcionando y leyéndose como suele ocurrir con los grandes
cuentistas a la hora de mudar todo a un solo rascacielos como una
inmensa novela hecha de fragmentos: el rompecabezas, por fin, resuelto
y más admirable que nunca.
En el breve prólogo, Ballard cuyos últimos libros
han sido las brillantes y terribles sátiras sobre ocio y violencia
Noches de cocaína y Super-Cannes, y quien ahora se encuentra escribiendo
una nueva novela sobre terrorismo internacional afirma que los
cuentos son las monedas sueltas en el tesoro de la ficción a menudo
despreciado en nombre de los billetes de novelas falsificadas. Los relatos
siempre fueron importantes para mí. Me gusta su cualidad de fotografía
instantánea, su habilidad para hacer foco con intensidad en una
única idea. Son también la forma que yo tengo de ensayar
lo que haré más tarde en mis novelas. Y, sí,
en The Complete Stories descubrimos de golpe y sin aviso, como esos
actores famosos que actúan gratis por unos minutos y no figuran
en los títulos de las películas los evidentes bacilos
que más tarde crecieron a epidemia en El mundo de cristal, Crash
o esa extraña criptobiografía díptica que es El imperio
del sol y La bondad de las mujeres. Tramas que anticipan la obra de Palahniuk
o Foster Wallace o Saunders y que siempre demostraron -Ballard dixit
mi preocupación por el futuro verdadero que yo veía
acercarse, una especie de presente visionario, más que por el futuro
inventado que prefería la ciencia ficción. Fuera de
todo género y como Dick un género en sí
mismo, esta imprescindible sobredosis de Ballard equivale al extraño
placer de mirar lo que se proyecta en una pantalla tamaño cinemascope
a través del ojo de un microscopio. O viceversa. Otra vez, lo del
principio: un acontecimiento.
Rodrigo Fresán
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