Cine y multimedia uruguaya ¿de vanguardia?
en Buenos Aires
Sólo
fisura y modorra
Lejos
de las danzas pan-americanas de Natalia Oreiro o del componente
genético charrúa del éxito de Los
Piojos, dos grupos artísticos uruguayos coinciden
en este otoño en Buenos Aires y construyen, muy
a su pesar, la idea de la existencia de una vanguardia
artística del otro lado del Río de la Plata.
El film 25 watts, por un lado, fue premiado en el Festival
Internacional de Cine Independiente. El grupo multimedia
Innova, que reúne música electrónica
y video, debuta esta tarde en Buenos Aires.
Ahora bien, tanto los realizadores de 25 watts como los
integrantes de Innova desconfían de la idea de
una avanzada artística, pero se conocen
entre sí y reconocen que, aunque aisladamente,
en Uruguay hay muchos artistas jóvenes trabajando.
Fernando Epstein, productor de la película, cree
que es pura casualidad que distintos productos
uruguayos reciban reconocimiento internacional, y define
al contexto de Montevideo como de fisura y modorra
más que de cualquier movimiento. En tanto,
Juan Pablo Rebella uno de los directores junto a
Pablo Stoll por un lado habla del mayo uruguayo
y cuenta que se conoce con bandas de rock y realizadores
de cortos, y que es amigo de Guillermo Amato el
videasta que integra Innova, pero al mismo tiempo
aclara: Ni siquiera vemos sus espectáculos;
ni ellos, los nuestros.
El aludido Amato a quien acompañan en Innova
los músicos electrónicos Fabián DAlesio,
Federico Deutsch y Fernando Lagreca señala
a su vez que en Uruguay, más que arte de
vanguardia, hay artistas juntándose para trabajar
juntos. Y agrega: Innova es una excepción
dentro del medio uruguayo, pero nos encantaría
invitar, en nuestras presentaciones, a artistas provenientes
de diversas disciplinas. OK, perdón, quedó
claro, no hay vanguardia. Hay pura casualidad.
JAVIER
AGUIRRE
-
25 watts recibió el premio a mejor actor, compartido
por su trío actoral (Daniel Hendler, Jorge Temponi
y Alfonso Tort). Se espera que se estrene en cines porteños
antes de la primavera.
- Innova (música electrónica en vivo
con proyección de imágenes en simultáneo)
se presentará hoy en el ICI (Florida 943) y el
sábado en El Mamba (San Juan 350), en ambos casos
a las 19.
Iorio
reivindica a Seineldín
Lamentable
El
nuevo disco de Almafuerte, Piedra libre, vuelve sobre
algunas de las obsesiones y temas habitualmente abordados
desde la rústica poética de Ricardo Iorio:
crónicas del espacio suburbano (Sirva otra
vuelta, pulpero sobre los asentamientos, Amanecer
en Open Door ubicada en el establecimiento psiquiátrico)
y de sus habituales viajes por el interior del país
(Allí en San Juan). También
incorpora recientes cuestionamientos existenciales del
autor (las canciones Por ser yo y Regresando)
y propone una salida para cierto alienante contexto en
la gran urbe (en De un mañana bajo tierra
propone el éxodo hacia la montaña para escapar
del control satelital). Todo dicho en ese
tono camperocallejero propio de Iorio, a veces simpático,
a veces caricaturesco, casi siempre redundante. En la
cuestión nacionalista, un tópico habitual
de su discurso, Iorio redobla su apuesta y dice algunas
cosas por su nombre: profesa su fe peronista en la explícita
Orgullo nacional (Cumpliendo un sueño
de niño estoy / cantando el nombre de Juan Perón.
/ Pues de mi tierra fue benefactor. / Y no seré
yo quien lo olvide, canta. Pero en el último
track cantado del disco, titulado inequívocamente
Cumpliendo mi destino, arranca con un Prefiero
a José Larralde que a Che Guevara y después...
Patina fiero y llega a un extremo al cual el rock argentino
en general nunca había llegado. ¿Un rockero
reivindicando un militar fascista? Sí. En la segunda
estrofa, puede escucharse: Guardo de un hombre grande,
/ guerrero nacional que hoy tienen preso. Puede haber
caballo verde / más no uno de ellos honesto. /
Y en ésta, mi canción, lo manifiesto.
El guerrero nacional que hoy tienen preso,
según Iorio, no es otro que el coronel Mohamed
Alí Seineldín, líder carapintada
de los últimos intentos golpistas y principal referente
de una sinuosa ideología nacional y popular,
de raíz católica ortodoxa, intolerante y
con explícitas marcas fascistoides. En la canción,
el lamentable comentario al que alude Iorio, atribuido
a Seineldín aunque éste luego lo haya negado
(Es tan difícil encontrar un caballo verde
como un judío honesto), está ¿sutilmente
suavizado? en la mención de la palabra judíos.
Entonces, dice uno de ellos. Es lo mismo,
el arranque antisemita por el cual ya tuvo un desgraciado
exabrupto en una entrevista concedida a la edición
argentina de Rolling Stone, el año pasado
queda registrado y resulta una toma de posición
de la cual es difícil (sino imposible) volver.
Frente a la seriedad del hecho (está claro que
no es joda hablar así en un país con dos
recientes y masivos atentados contra edificios de la comunidad
judía, con muertos y familias destrozadas, todos
tan argentinos como Iorio), el No intentó localizarlo
en reiteradas oportunidades, lunes y martes de esta semana,
vía telefónica y también personalmente.
El músico, encerrado en la sala de ensayo de Almafuerte
en Ramos Mejía, no respondió. Hubiera sido
su oportunidad de aclarar algo, si es que ya no está
todo muy claro.
ESTEBAN
PINTOS
Spike
Lee tenía razón
La
película He got game de Spike Lee, que no se estrenó
en los cines en Argentina pero que sí fue editada
en video (y ahora se la puede ver en televisión),
contaba la historia de una gran promesa del básquetbol
college (la secundaria de allá) a punto de pasar
a la NBA, pero con un gran problema familiar. El pibe,
en la historia, pintaba para fenómeno. Era Ray
Allen, por entonces un muy buen jugador universitario
elegido por el director negro, coprotagonizando la historia
con Denzel Washington. Hoy, el tal Ray Allen ya es un
fenómeno, y por tanto una de las grandes estrellas
de la NBA: es líder de los Milwakee Bucks, uno
de los equipos protagonistas de las finales de la temporada
2000-2001 (juegan hoy contra Charlotte Hornets y si hay
séptimo partido, el domingo). Lleva el Nº
34 y hace de todo. Y bien. O sea, por una vez la realidad
imitó a la ficción.
Sobre
la primera película de Daria
Verano
infernal
Llegó
el verano a Lawndale y la cosa es más o menos así:
te buscás un empleo de temporada, te encerrás
en cuarentena pedagógica con el fin de mejorar
tus notas en el próximo cuatrimestre (o semestre,
o lo que dure el período escolar para los yanquis),
te vas de vacaciones a la casa que tiene tu tía
en la playa, o renunciás a toda responsabilidad
social adolescente para ser incondicionalmente desheredado
por tus viejos. Daria había elegido la última
opción, pero la madre terminó inscribiéndola
como instructora en la colonia infantil Vale llorar y
condenándola a una temporada de supervisión
de niños sensibles. ¿Ya llegó el
otoño?, el primer largometraje protagonizado por
la ex compañera de los descerebrados Beavis y Butthead,
es una revisión lúcida de aquellas películas
de preparatoria que tanto gustaban en los 80 (El último
americano virgen, Porkys, La venganza de los nerds),
sólo que en el centro de la escena está
la hastiada Daria, dictando el cínico discurso
del desencanto norteamericano y aburriéndose a
más no poder de todo lo que la rodea.
Mientras tanto Quinn, su hermana chetita, se ve obligada
a recluirse con un tutor que intenta instruirla en historia
medieval. De vuelta a clases, Quinn demuestra lo aprendido
y una de sus compañeras del Club de Modas le pregunta,
ofendida: ¿Te estás convirtiendo en
una neurona?. La pareja de idiotas populares Kevin
y Brit (el capitán del equipo de football y esa
porrista que se parece demasiado a Britney) consigue trabajo
como guardavidas ineptos en una especie de Coconor; la
talentosa Jane Lane (la mejor amiga de Daria) se instala
en una colonia artística llena de snobs y recibe
su primera propuesta homosexual. El negro Michael atiende
un camioncito de helados convertido en un infierno de
pendejos golosos, y su novia Jodi se entierra debajo de
los empleos estivales y las tareas solidarias que su padre
le obliga a hacer. A todo esto, Daria cae en la cuenta
de que el mundo apesta donde sea y mudarse no es
la solución. ¿Por qué
no escribís horóscopos?, la aconseja
Jane.
Más inteligente que Beavies & Butthead,
menos lisérgica y pretenciosa que Padre de
Familia y más perturbadora que Los
Reyes de la colina, Daria (la serie),
se mantuvo sabiamente a un costado de la competencia de
cartoons costumbristas/escandalosos que sobrevino a la
sagrada aparición de Los Simpson. ¿Ya
llegó el otoño? (escrita por Glenn Eichler
y Peggy Nicoll, dirigida por Karen Disher y Guy Moore)
resume al personaje y su mundo en un supercapítulo
de una hora. Daria nunca será una megaestrella,
a pesar de que sale en MTV. Y es en ese lugar de culto
semimasivo, como el secreto a voces de la intelectualidad
animada, donde ella se siente más cómoda.
No la muevan de ahí.
PABLO
PLOTKIN
¿Ya
llegó el otoño? se estrenará este
fin de semana en medio del Daria Weekend que
pondrá en pantalla MTV. Se emite el sábado
a las 13 y el domingo a las 15 y a las 2 AM. Consulten
en la revista de cable por el resto de las repeticiones.
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