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Jueves 4 de Octubre de 2001

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CAFE TACUBA YA NO SE SENTARIA A CIERTAS MESAS

“Ahórrense la cena”

A esta altura es anécdota el rechazo a una oferta de Maverick, el sello de Madonna, y también las semejanzas conceptuales entre su dueto Revés/ Yosoy y el posterior Kid A-Amnesiac, de Radiohead. En medio de un aparente “período sabático”, con un compilado retrospectivo en la calle, Joselo, el gordo, sugiere la nueva transformación de la banda mexicana más importante del momento.

POR ROQUE CASCIERO

Para Café Tacuba, este 2001 podría ser definido como “el año de rebobinar”. El silencio de radio del cuarteto mexicano se quebró apenas con Tiempo transcurrido, una recopilación que repasa –en sentido inverso- la historia de la banda, acaso la más importante del rock latino. “Si se revisa bien, hay algunos saltos, pero es como ir desde el presente hacia el pasado”, concede el bajista Joselo Rangel, en comunicación telefónica con el No. “Por eso el disco comienza con la canción ‘Revés’, como para mostrar que ése ha sido nuestro trabajo creativo más reciente. El simple hecho de escoger las canciones nos costó mucho trabajo. Al final, elegimos las que tuvieron video y las que lograron una mayor repercusión en vivo, más que las que sonaron por la radio.”
Tiempo transcurrido es también el saludo final de los cafetas a la discográfica Warner: fueron contratados por Universal después de una larga pulseada, en la que también pisaron fuerte Madonna y su sello Maverick. “Como abrieron una división latina, la persona a cargo nos dijo que le había pasado nuestra música a Madonna y que le había gustado. Aparentemente, ella se informó de nuestra trayectoria y quería platicar con nosotros para contratarnos. Lo que causó revuelo fue que Madonna dijo que estaba tratando de contratarnos en una entrevista con la revista Interview. En ese momento ya habían mandado propuestas de abogados y todo eso. Pero nosotros estábamos buscando otra cosa en relación con la libertad creativa, con el hecho de poder entregar discos cada tanto tiempo, o hacer discos de tal o cual clase, así que no llegamos a un acuerdo. Y nunca pudimos conocer a Madonna”, recuerda Joselo.
–Pero los sellos deben haber querido seducirlos para que firmaran. ¿Con quiénes sí se reunieron?
–Todo fue a nivel de industria. Nosotros no teníamos ganas de sentarnos con gente conocida y todo eso. Es bien raro: en el momento en que una compañía disquera se te acerca para tratar de jalarte hacia su lado, hace cualquier cosa para seducirte. Los directivos te invitan a cenar a los restaurantes más caros, cosas así. Entonces les decíamos: “No nos lleven a ningún restaurante, no nos presenten a gente famosa. Okey, si quieren hacerlo, pues muchas gracias, pero lo que queremos es hablar de libertad creativa y temas así. Nos ha pasado –como seguramente les ha pasado a muchos grupos– que en la cena, con el vino y todo eso, nos dijeran: “Libertad creativa, sí, vas a tener el ciento por ciento y vas a poder hacer los discos que quieras”. Pero a la hora en que llega el contrato, de libertad creativa tienes el 50 por ciento, con los discos tienes que hacer tal y tal cosa... Entonces dices: “Bueno, prefiero no ir a cenar”. Eso es natural en la industria y lo hemos platicado con esas mismas personas. Nos respondieron que ellos son directivos o ejecutivos, pero que los abogados son quienes cuidan los intereses de la disquera en el contrato. Entonces les decíamos: “Mejor, que los abogados nos den lo que queremos y ahórrense la cena”.
–Ahora ya tienen discográfica nueva con la clase de contrato que querían. ¿Cuándo saldrá, entonces, el quinto disco de Café Tacuba?
–El próximo año nos juntaremos, después de que termine esta etapa. Nosotros queremos llamarle período sabático, pero no ha sido tal, porque hemos estado juntándonos, trabajando cosas entre los cuatro y todo eso. En los primeros meses nos reuniremos y trabajaremos en eso que sería un disco. Además, como estamos en el cambio de disquera, queremos que el primer álbum para la nueva disquera salga con un buen material.
–A la Argentina llegó la información de que, para poder tocar en vivo las canciones que grabaron hasta ahora, van a tener que pedirle permiso a su vieja compañía. ¿Es así?
–No. Creo que se armó una confusión por una pregunta que hicieron en una conferencia de prensa. La pregunta estaba formulada de un modo raro y no sé cómo llegó la información. Por contrato, creo que ningún grupo puede volver a grabar las mismas canciones otra vez. No puedes volver a hacer un disco con las mismas canciones que ya grabaste en otra compañía disquera, a menos que sea uno en vivo o de éxitos, en los que se pide permiso y arreglan entre los sellos por un porcentaje. Pero no pueden impedirnos tocar las canciones en vivo. Debe haber sido la lectura que le dio alguno de los que estaban en la conferencia de prensa. Y no es por mala onda, pero hay medios que mandan al periodista de deportes a cubrir música. A veces, el nivel de cultura musical de quienes van a las conferencias de prensa es mínimo. El tipo debe haber dicho: “Ay, ya no los van a dejar tocar en vivo las canciones”, y lo escribió.
–En esa misma conferencia de prensa hablaron de que el cambio de sello les permitiría reinventarse como banda. ¿Eso sí fue bien transmitido?
–Es que siempre estamos en esa vibra, en esas ganas de no repetirnos. Es algo muy personal que se traslada a la forma de trabajo, al modo en que encaramos las reuniones después de un tiempo sin trabajar juntos. Llegamos con cosas diferentes cada vez y queremos intentar otros caminos. Durante este año nos hemos tomado tiempo para trabajar en proyectos personales que habíamos tenido que postergar. Cada quien hizo diferentes cosas. Manuel (Del Real, tecladista) y Quique (Rangel, guitarrista) produjeron algunas canciones de Julieta Venegas, el Cantante (Rubén Albarrán, quien sucesivamente adoptó los alias Pinche Juan, Cosme, Anónimo, Nrü y Rita Cantalagua) estuvo produciendo a otros grupos y yo hice un disco solista, producido por el Cantante. Todavía estoy negociando la salida, pero la idea es que aparezca a finales de este año.
–¿Por qué te referís a Rubén Albarrán como “el Cantante”? ¿Vos tampoco sabés cómo llamarlo?
–(Se ríe) Es la forma en la que me gusta llamarlo. Como todo el mundo se confunde, yo le digo “el Cantante”.

TACUBA–RADIOHEAD, ¿PARIENTES LEJANOS?
Yo estoy al revés

Cuando Radiohead estaba a punto de publicar el “difícil” Kid A, ya se hablaba de que la banda de Thom Yorke guardaba bajo la manga “un álbum de canciones” (Amnesiac no resultó tal cosa, finalmente). Algo muy parecido al doblete “disco raro–disco de canciones” que los mexicanos habían entregado con Revés/Yosoy, su cuarto trabajo. Joselo confiesa que fue una sorpresa saber que Radiohead iba a hacer lo que él y sus compañeros habían planeado. “En principio, nuestra idea fue sacar primero Revés (el disco raro) y unos meses después Yosoy (el de canciones), pero la disquera prefirió lanzarlo como disco doble y separarlo después. Creo que la necesidad de Radiohead y Café Tacuba fue similar: hacer un disco que no respondiera necesariamente al mercado, a la carrera anterior del grupo o a expectativas previas. Creo que algo así le sucede a todos los grupos que, como nosotros, se ven inmersos en un marketing excesivo y giras extenuantes. La gente cree conocerte a la perfección porque escucha tus discos y eso logra que el grupo se encierre en sí mismo más de lo que ya lo estaba. Al momento de hacer Revés no sabíamos qué estábamos haciendo; la composición se hacía en la sala de ensayo, que al mismo tiempo es estudio de grabación. Cuando le enseñamos un demo del disco a David Byrne, durante una visita a Nueva York, él nos pasó un disco de Tortoise. Ahí nos dimos cuenta de que tal vez no estuviéramos haciendo nada nuevo sino sólo recogiendo mensajes que ya estaban en el aire.”

 

SOBRE “AMORES PERROS”
La burbuja

Un día, en “la tienda de la esquina”, Joselo Rangel escuchó a dos hombres hablando de peleas de perros. Al poco tiempo volvió a cruzárselos: llevaban mastines encadenados. El bajista de Café Tacuba afirma que, si no le hubiera sucedido esto, habría jurado que la película Amores perros era una exageración y que las peleas de perros no existían en su país. “México, al igual que varios lugares de América del Sur, es un país de contrastes”, afirma. “La marginación y la pobreza están en la esquina de la casa de uno, pero si se quiere no prestarle atención es fácil: te encierras en tu burbuja y sigues caminando. Lo que hizo Amores perros fue poner situaciones reales en los ojos de quienes no queremos ver lo que está ahí. Es extraño, pero aquí todo el mundo aceptó que ‘ése era México’, lo que no sucedió con Crónica de un desayuno, una película que no tuvo mucho éxito en taquilla, pero que a mi parecer retrata a la familia mexicana muy certeramente. De ésta sí escuché decir: ‘Pero si así no somos los mexicanos...’.”