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Jueves 6 de Diciembre de 2001

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CHRIS ALLISON APADRINA EL AVANCE DE LA MUSICA ELECTRONICA ARGENTINA EN EL MUNDO

La nueva
ola
está de fiesta

 

El productor de Beta Band y Coldplay está en Buenos Aires para terminar el disco de Acida y meter las narices en la escena. Mientras prepara el compilado New Wave of Argentina y el mundo parece descubrir un terreno electrónico virgen, Allison asegura que hasta el house argentino tiene “mucha más onda” que el inglés y que lo que sucede acá sólo es comparable a lo de Francia.

Es la presentación del sello Malevo Records, en una casona de Boedo, y Chris Allison se acerca con la expresión del que acaba de asistir a un truco de magia indescifrable. “¿Viste el set de Index?”, pregunta el productor de Beta Band, Coldplay y Plastilina Mosh, agitando el pulgar en alto. “¿Llegaste a verlo?” Leonardo “Index” Portela acaba de tocar para la pequeña audiencia y ahora es Capri el chico que se mece sobre una consola y un vocoder. Cae la noche del domingo; algunos metros encima del patio, un hincha de Racing saca a flamear una bandera a través del balcón. Allison está en Buenos Aires produciendo el primer disco de Acida, el dúo de Tweety González y Alina Gandini, e inmiscuyéndose en la escena electrónica nacional para editar un compilado –que llevará el título de New Wave of Argentina– a través de su sello Sonic360. Dos días atrás, en los estudios de grabación Súper Gaucho, en Caballito, el inglés intentaba explicar(se) su fascinación por ciertos artistas locales: “Todavía no descubrí exactamente de qué se trata, o a qué se debe, pero para eso estoy acá. Quiero saber si tiene que ver con las raíces musicales del país, con el tango, o con la influencia de otras músicas. Preguntame en dos semanas”.
Dos semanas es el tiempo que pasará Allison en la ciudad. Mientras termina de grabar las voces de Alina y las colaboraciones de los músicos invitados y define el sonido del álbum junto al mexicano Sacha, el afable Chris examina el panorama porteño a través de los ojos rasgados de International Playboy Zen, londinense hijo de japonesa y DJ–cazatalentos de la escudería Sonic. “Se nota que los músicos argentinos aprovechan al máximo su equipamiento, le sacan el mejor sonido, quizás porque acá no es muy fácil conseguir equipos”, observa Zen. “Y suena muy interesante. Definitivamente aquí hay una pasión que está faltando en la música de los Estados Unidos, e incluso en la de Gran Bretaña. No sé de dónde proviene esa pasión, pero es real.” La aproximación de Allison a la nueva música latinoamericana ocurrió tres años atrás, cuando se hizo cargo –junto a Money Mark– de la coproducción artística de Juan Manuel, el último disco de Plastilina Mosh. Tiempo después, dedicado a llevar adelante su propia compañía discográfica, exploró a través de Internet grabaciones de artistas de México y la Argentina. Del norte fichó a Kinky, el primer grupo en editar un disco completo a través del sello, y luego descubrió a Acida. “Me encantó la voz de Alina”, cuenta Allison, que también reclutó a artistas de Japón, el Reino Unido y Alemania. “Creo que tiene una voz muy especial, muy pasional. Las estructuras de las canciones son bastante inusuales, también, y eso me atrajo. Estaba buscando artistas que hicieran algo distinto.”
El aterrizaje de Allison coincide con un momento de gracia de la electrónica nacional en el resto del mundo. Algún porteño que firma como Jerónimo Punx le pone sonido al próximo disco de Public Enemy; los marplatenses de Ciudad Feliz son el chiche nuevo de los clubs parisinos; Howie B produce a De La Guarda... La realización de New Wave... –que incluirá, entre otros, a Capri, Index, Meesiva, Altocamet, Canu, Ciudad Feliz, Acida, Boeing y Trineo– puede ser el pequeño gran paso para las aspiraciones internacionales de la escena. “Tal vez terminemos haciendo dos discos”, revela Allison, sorprendido por la cantidad de demos de calidad que recibió durante sus primeros días aquí. “Creo que en la Argentina (hablo en realidad de Buenos Aires y Mar del Plata), los artistas están muy conectados entre sí, y esa energía colectiva parece expandir las posibilidades creativas”, analiza. “Hay una idea de colaboración, de intercambio de ideas, y el estándar de la música está subiendo cada vez más. Hasta en el house de Buenos Aires encuentro mucha más pasión, mucha más onda que en lo que se hace en el Reino Unido. En ese sentido, la Argentina tal vez sea comparable a Francia: lugares donde aún ocurre algo único.”
El trabajo con Acida es bastante arduo: las jornadas de grabación duran más de diez horas y el jefe no pierde de vista lo que ocurre a miles de kilómetros de distancia, en las oficinas que Sonic360 tiene en Londres y Nueva York. “Es todo on the march”, cuenta Tweety. “No tiene plan. El pibe ve y resuelve. Así. Está todo el tiempo con la computadora portátil sobre el regazo, escribiendo mails. Es súper obsesivo, no se le escapa una.” Pese al trajín, Allison se toma su tiempo para dar la entrevista. Analiza las respuestas y elige las palabras como si se tratase de arreglos. Ahora habla de Coldplay y Beta Band, dos bandas casi antagónicas que lo convirtieron en uno de los productores más prestigiosos de la Gran Bretaña sensible. “A Coldplay los vi por primera vez apenas dejaban el college. Creo que acababan de terminar los exámenes y estaban tocando en un festival universitario de Londres. Había unas 800 personas mirándolos. Se notaba que eran todos amigos. Chris Martin me pareció un muy buen cantante, con una gran conexión con la multitud. Las canciones eran muy buenas, a pesar de que todavía no habían escrito ‘Yellow’. Sabía que tenían potencial radial, pero no que conseguirían semejante éxito.” ¿Y Beta Band? Allison sonríe. “Fue un tiempo muy artístico. Pasé momentos muy mágicos haciendo esos dos discos. Siempre estábamos creando una especie de halo sagrado a nuestro alrededor, un aura artístico que nos separara del resto del mundo, de todas las cosas que ya se habían hecho. Nos dedicábamos a plasmar ideas locas, cuidando que no fueran tan locas como para convertirse en estúpidas. Había que crear algo nuevo. Si había algo que creíamos haber escuchado antes, lo descartábamos. Creo que existen muy pocos artistas en el mundo tan creativos, tan locos como los Beta Band.”
Allison empezó a aburrirse de la música de los Estados Unidos y Gran Bretaña. “No encuentro esa creatividad que existe en otros países. Al público le interesa escuchar música nueva, pero me parece que en este momento la tienen que buscar fuera de UK y USA. De los artistas que tuvieron éxito en el último año, los más interesantes vinieron de Francia, de Australia (The Avalanches)... El negocio del disco tiene mucho que ver con la eliminación del riesgo creativo. Los artistas se proponen grabar algo que no le moleste a las compañías, que resulte más fácil de fichar.” Al contrario de lo que la mayoría supone, Chris cree que el público estadounidense es más abierto que el inglés. “Lo que pasa es que tienen menos acceso, menos revistas, menos radios alternativas. Todo el mundo cree que el Reino Unido es tan progresista... Lo es, pero también la gente se mete en pequeñas escenas: garage, house, rock... Y se vuelven bastante snobs, dejan de interesarse en otras cosas.”
Chris registra con una pequeña cámara de video las performances de los artistas que animan la inauguración de Malevo, en este patio antiguo de alguna parte de Boedo. “En México parecen funcionar mejor los grupos, los que mezclan electrónica con rock, con funk”, apunta Allison. “Acá, por lo que pude ver, hay una orientación más house, electrónica, con muchos artistas trabajando de manera individual. Escuché bandas argentinas, pero no encontré esa misma búsqueda, esa misma originalidad que sí noté en los artistas electrónicos.” Chris prefiere no mencionar a las bandas que escuchó. Sonríe y se rasca la barbilla, probablemente pensando en que necesita una afeitada. “No debería decir eso”, responde. “No quiero pelearme con nadie.”

Calidad de exportación

Cinco casos testigo

Acida. El buque insignia de Sombrero Recordings, desprendimiento de Sonic360. Allison encontró algunas canciones en Internet, les escribió a Tweety y Alina, y poco después estaban firmando un contrato. El disco -que se editaría en todo el mundo– pasa por la canción electrónica, la música para pistas intermedias y climas que la cantante define como un “Brasil japonés”, a falta de mayores precisiones.
Capri. Un pibe a cargo de las programaciones y las voces (armado de su fiel vocoder) y un bajista que lo acompaña en
vivo. Ese es el formato de una de las revelaciones porteñas del último tiempo, dedicada al house, al pop ‘80, al dub, al tecno... Mientras saca adelante su sello independiente (Malevo), Capri pone a punto su primer disco, que podría ser editado en el mundo a través del sello de Allison o de Gigolo, del alemán DJ Hell.
Ciudad Feliz. Con la mitad del grupo radicada en Londres y la otra mitad en Mar del Plata, el sexteto autor de Barrenador (Estatus Discos) fue toda una sorpresa en la temporada electrónica europea. En Francia publicaron vinilos a través de los sellos 75HS y Silver Network; Acuarius, de Canadá, editó su Underground Sound of Argentina, y fueron incluidos en buenos compilados de Estados Unidos, Italia, Mónaco y Sudáfrica. Durante el verano estarán en la Argentina, así que estén atentos.
De La Guarda. Se estaban presentando en Londres y necesitaban productor para su nuevo disco. La gente de U2 les
habló de Howie B, que venía de trabajar con ellos en el Pop Mart Tour. El escocés los fue a ver a Nueva York y, según Gaby Kerpel (líder musical de la agrupación), “le encantó”. “Como no es de hablar mucho, nos pusimos a trabajar. En doce días hicimos el disco”, contó Kerpel.
Jerónimo Punx. Poco, muy poco se sabe de este artista de Buenos Aires que se ganó un lugar en el próximo disco de Public Enemy. Chuck D había puesto algunas capellas a disposición en su sitio de Internet, Jerónimo se encargó de “P. Enemy Nº 1” y se convirtió en uno de los cuatro remezcladores elegidos. En una entrevista, el propio Chuck elogió el trabajo. “Está muy bien logrado”, dijo.