CHRIS
ALLISON APADRINA EL AVANCE DE LA MUSICA ELECTRONICA ARGENTINA EN
EL MUNDO
La
nueva
ola
está de fiesta
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El productor
de Beta Band y Coldplay está en Buenos Aires para terminar el disco
de Acida y meter las narices en la escena. Mientras prepara el compilado
New Wave of Argentina y el mundo parece descubrir un terreno electrónico
virgen, Allison asegura que hasta el house argentino tiene “mucha
más onda” que el inglés y que lo que sucede acá sólo es comparable
a lo de Francia.
Es la presentación
del sello Malevo Records, en una casona de Boedo, y Chris Allison
se acerca con la expresión del que acaba de asistir a un
truco de magia indescifrable. ¿Viste el set de Index?,
pregunta el productor de Beta Band, Coldplay y Plastilina Mosh,
agitando el pulgar en alto. ¿Llegaste a verlo?
Leonardo Index Portela acaba de tocar para la pequeña
audiencia y ahora es Capri el chico que se mece sobre una consola
y un vocoder. Cae la noche del domingo; algunos metros encima del
patio, un hincha de Racing saca a flamear una bandera a través
del balcón. Allison está en Buenos Aires produciendo
el primer disco de Acida, el dúo de Tweety González
y Alina Gandini, e inmiscuyéndose en la escena electrónica
nacional para editar un compilado que llevará el título
de New Wave of Argentina a través de su sello Sonic360.
Dos días atrás, en los estudios de grabación
Súper Gaucho, en Caballito, el inglés intentaba explicar(se)
su fascinación por ciertos artistas locales: Todavía
no descubrí exactamente de qué se trata, o a qué
se debe, pero para eso estoy acá. Quiero saber si tiene que
ver con las raíces musicales del país, con el tango,
o con la influencia de otras músicas. Preguntame en dos semanas.
Dos semanas es el tiempo que pasará Allison en la ciudad.
Mientras termina de grabar las voces de Alina y las colaboraciones
de los músicos invitados y define el sonido del álbum
junto al mexicano Sacha, el afable Chris examina el panorama porteño
a través de los ojos rasgados de International Playboy Zen,
londinense hijo de japonesa y DJcazatalentos de la escudería
Sonic. Se nota que los músicos argentinos aprovechan
al máximo su equipamiento, le sacan el mejor sonido, quizás
porque acá no es muy fácil conseguir equipos,
observa Zen. Y suena muy interesante. Definitivamente aquí
hay una pasión que está faltando en la música
de los Estados Unidos, e incluso en la de Gran Bretaña. No
sé de dónde proviene esa pasión, pero es real.
La aproximación de Allison a la nueva música latinoamericana
ocurrió tres años atrás, cuando se hizo cargo
junto a Money Mark de la coproducción artística
de Juan Manuel, el último disco de Plastilina Mosh. Tiempo
después, dedicado a llevar adelante su propia compañía
discográfica, exploró a través de Internet
grabaciones de artistas de México y la Argentina. Del norte
fichó a Kinky, el primer grupo en editar un disco completo
a través del sello, y luego descubrió a Acida. Me
encantó la voz de Alina, cuenta Allison, que también
reclutó a artistas de Japón, el Reino Unido y Alemania.
Creo que tiene una voz muy especial, muy pasional. Las estructuras
de las canciones son bastante inusuales, también, y eso me
atrajo. Estaba buscando artistas que hicieran algo distinto.
El aterrizaje de Allison coincide con un momento de gracia de la
electrónica nacional en el resto del mundo. Algún
porteño que firma como Jerónimo Punx le pone sonido
al próximo disco de Public Enemy; los marplatenses de Ciudad
Feliz son el chiche nuevo de los clubs parisinos; Howie B produce
a De La Guarda... La realización de New Wave... que
incluirá, entre otros, a Capri, Index, Meesiva, Altocamet,
Canu, Ciudad Feliz, Acida, Boeing y Trineo puede ser el pequeño
gran paso para las aspiraciones internacionales de la escena. Tal
vez terminemos haciendo dos discos, revela Allison, sorprendido
por la cantidad de demos de calidad que recibió durante sus
primeros días aquí. Creo que en la Argentina
(hablo en realidad de Buenos Aires y Mar del Plata), los artistas
están muy conectados entre sí, y esa energía
colectiva parece expandir las posibilidades creativas, analiza.
Hay una idea de colaboración, de intercambio de ideas,
y el estándar de la música está subiendo cada
vez más. Hasta en el house de Buenos Aires encuentro mucha
más pasión, mucha más onda que en lo que se
hace en el Reino Unido. En ese sentido, la Argentina tal vez sea
comparable a Francia: lugares donde aún ocurre algo único.
El trabajo con Acida es bastante arduo: las jornadas de grabación
duran más de diez horas y el jefe no pierde de vista lo que
ocurre a miles de kilómetros de distancia, en las oficinas
que Sonic360 tiene en Londres y Nueva York. Es todo on the
march, cuenta Tweety. No tiene plan. El pibe ve y resuelve.
Así. Está todo el tiempo con la computadora portátil
sobre el regazo, escribiendo mails. Es súper obsesivo, no
se le escapa una. Pese al trajín, Allison se toma su
tiempo para dar la entrevista. Analiza las respuestas y elige las
palabras como si se tratase de arreglos. Ahora habla de Coldplay
y Beta Band, dos bandas casi antagónicas que lo convirtieron
en uno de los productores más prestigiosos de la Gran Bretaña
sensible. A Coldplay los vi por primera vez apenas dejaban
el college. Creo que acababan de terminar los exámenes y
estaban tocando en un festival universitario de Londres. Había
unas 800 personas mirándolos. Se notaba que eran todos amigos.
Chris Martin me pareció un muy buen cantante, con una gran
conexión con la multitud. Las canciones eran muy buenas,
a pesar de que todavía no habían escrito Yellow.
Sabía que tenían potencial radial, pero no que conseguirían
semejante éxito. ¿Y Beta Band? Allison sonríe.
Fue un tiempo muy artístico. Pasé momentos muy
mágicos haciendo esos dos discos. Siempre estábamos
creando una especie de halo sagrado a nuestro alrededor, un aura
artístico que nos separara del resto del mundo, de todas
las cosas que ya se habían hecho. Nos dedicábamos
a plasmar ideas locas, cuidando que no fueran tan locas como para
convertirse en estúpidas. Había que crear algo nuevo.
Si había algo que creíamos haber escuchado antes,
lo descartábamos. Creo que existen muy pocos artistas en
el mundo tan creativos, tan locos como los Beta Band.
Allison empezó a aburrirse de la música de los Estados
Unidos y Gran Bretaña. No encuentro esa creatividad
que existe en otros países. Al público le interesa
escuchar música nueva, pero me parece que en este momento
la tienen que buscar fuera de UK y USA. De los artistas que tuvieron
éxito en el último año, los más interesantes
vinieron de Francia, de Australia (The Avalanches)... El negocio
del disco tiene mucho que ver con la eliminación del riesgo
creativo. Los artistas se proponen grabar algo que no le moleste
a las compañías, que resulte más fácil
de fichar. Al contrario de lo que la mayoría supone,
Chris cree que el público estadounidense es más abierto
que el inglés. Lo que pasa es que tienen menos acceso,
menos revistas, menos radios alternativas. Todo el mundo cree que
el Reino Unido es tan progresista... Lo es, pero también
la gente se mete en pequeñas escenas: garage, house, rock...
Y se vuelven bastante snobs, dejan de interesarse en otras cosas.
Chris registra con una pequeña cámara de video las
performances de los artistas que animan la inauguración de
Malevo, en este patio antiguo de alguna parte de Boedo. En
México parecen funcionar mejor los grupos, los que mezclan
electrónica con rock, con funk, apunta Allison. Acá,
por lo que pude ver, hay una orientación más house,
electrónica, con muchos artistas trabajando de manera individual.
Escuché bandas argentinas, pero no encontré esa misma
búsqueda, esa misma originalidad que sí noté
en los artistas electrónicos. Chris prefiere no mencionar
a las bandas que escuchó. Sonríe y se rasca la barbilla,
probablemente pensando en que necesita una afeitada. No debería
decir eso, responde. No quiero pelearme con nadie.
Calidad
de exportación
Cinco
casos testigo
Acida. El buque
insignia de Sombrero Recordings, desprendimiento de Sonic360.
Allison encontró algunas canciones en Internet, les
escribió a Tweety y Alina, y poco después estaban
firmando un contrato. El disco -que se editaría en
todo el mundo pasa por la canción electrónica,
la música para pistas intermedias y climas que la cantante
define como un Brasil japonés, a falta
de mayores precisiones.
Capri. Un pibe a cargo de las programaciones y las voces (armado
de su fiel vocoder) y un bajista que lo acompaña en
vivo. Ese es el formato de una de las revelaciones porteñas
del último tiempo, dedicada al house, al pop 80,
al dub, al tecno... Mientras saca adelante su sello independiente
(Malevo), Capri pone a punto su primer disco, que podría
ser editado en el mundo a través del sello de Allison
o de Gigolo, del alemán DJ Hell.
Ciudad Feliz. Con la mitad del grupo radicada en Londres y
la otra mitad en Mar del Plata, el sexteto autor de Barrenador
(Estatus Discos) fue toda una sorpresa en la temporada electrónica
europea. En Francia publicaron vinilos a través de
los sellos 75HS y Silver Network; Acuarius, de Canadá,
editó su Underground Sound of Argentina, y fueron incluidos
en buenos compilados de Estados Unidos, Italia, Mónaco
y Sudáfrica. Durante el verano estarán en la
Argentina, así que estén atentos.
De La Guarda. Se estaban presentando en Londres y necesitaban
productor para su nuevo disco. La gente de U2 les
habló de Howie B, que venía de trabajar con
ellos en el Pop Mart Tour. El escocés los fue a ver
a Nueva York y, según Gaby Kerpel (líder musical
de la agrupación), le encantó. Como
no es de hablar mucho, nos pusimos a trabajar. En doce días
hicimos el disco, contó Kerpel.
Jerónimo Punx. Poco, muy poco se sabe de este artista
de Buenos Aires que se ganó un lugar en el próximo
disco de Public Enemy. Chuck D había puesto algunas
capellas a disposición en su sitio de Internet, Jerónimo
se encargó de P. Enemy Nº 1 y se convirtió
en uno de los cuatro remezcladores elegidos. En una entrevista,
el propio Chuck elogió el trabajo. Está
muy bien logrado, dijo.
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