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Jueves
6 de Diciembre de 2001
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ANTES
DE LA FIESTA DE 15, ATTAQUE 77 SE MIRA AL ESPEJO
Si
empezáramos
de vuelta,
lo haríamos de
otra forma
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¿Y
dónde está el punk hoy? ¿Qué bandera llevás
en tu corazón? ¿Cuáles son los riesgos de crecer
en público? ¿Querés ser famoso? ¿Estás
seguro? De éstas y otras cuestiones habla Ciro Pertusi a punto
de perpetrar un nuevo attaque masivo a Obras Sanitarias. De cómo
una banda de adolescentes ramoneros llegó al nuevo siglo produciendo
el rock de guitarras más desprejuiciado de su generación.
POR
E.G.
Attaque 77 nació hace
casi quince años como un grupo punk. Poco después salieron
en televisión para pedir que lo hicieran por ellos, y fueron juzgados.
No pareció importarles demasiado. Si estás expuesto,
sos un blanco fácil, dice Ciro Pertusi, el líder.
Se permitieron transgredir todo precepto punk con Otras canciones, las
de Perales, las de ABBA, las de Erasure. Pero con la santísima
trinidad fuerza-melodía-sentimiento al frente de todo, como en
cada uno de los diez discos que grabaron. Su público, siempre renovado
de adolescentes, eligió por mail la treintena de canciones que
tocarán el sábado en Obras. Clásicos como Espadas
y serpientes y canciones jamás interpretadas en vivo. En
la casa antigua que alquilan en Once y que funciona como sala de ensayo,
los cuatro Attaque 77 van y vienen, tocan, anuncian que el sábado
darán una sorpresa al público antes del show, contestan
las preguntas y sonríen. Luciano Scaglione (bajo), Leo De Cecco
(batería) y Ciro Pertusi se sientan cómodos para hablar
de esto y aquello, mientras Mariano Martínez prefiere quedarse
a solas con su guitarra. Y aunque Ciro es el que resume las ideas, comparten
un mismo enfoque sobre las cosas básicas: la música, la
vida, el punk. Los Attaque sueñan con un mundo unido y libre en
comunión con la naturaleza. Una canción perfecta. Un futuro
en cualquier parte del planeta. Lo mismo a lo que aspiraban cuando aún
no habían entrado a sus vidas la televisión y las giras
por Europa.
Después de catorce años de carrera deben estar hartos
de las mismas preguntas...
Entonces no las hagas.
O sea que a los Ramones, los dejamos afuera...
Ahora volvió a ponerse de moda la pregunta de los Ramones.
A partir de la muerte de Joey recomenzaron: ¿qué piensan?,
¿qué sienten?... Es inevitable.
¿Qué es ser punk hoy?
Creo que el punk es algo que siempre va a existir y no siempre va
a tener la misma forma rigurosa con la que se conoció. Puede ser
que el punk, hoy, sea otro tipo de música. El punk rompía
reglas, se manejaba de un modo libertario y trataba de innovar. El hecho
de hacer todo el tiempo lo mismo quizás no responda a su esencia.
En la Argentina, los últimos ejemplos punk son El Otro Yo o Babasónicos,
que se banca lo que sea, se caga en eso de que nos debemos a nuestro
público y rompe con todo. Su último disco tiene esa
cosa andrógina de llamarse Jessico. Eso me parece más punk.
Con eso te ganás más cascotazos y tomatazos que diciendo
aguante viejita. Si me pongo una remera de los Stones, me
corto el flequillo y me meto entre la monada a ver tal o cual grupo, voy
a pasar desapercibido. Soy fácil. Si me paro los pelos, me pinto
los ojos y voy a ver a Attaque, también. Si sentís la necesidad
de marcar la diferencia -pero no por hacerte el llamativo sino porque
algo te mueve a vivir y sentir cosas diferentes y encima te das
cuenta de que la corriente va para otro lado, esa es una actitud más
punk, porque responde a los viejos valores del punk. Sé vos mismo,
hacelo vos mismo, hacé lo que quieras respetando al prójimo.
La gente piensa que el punk es sinónimo de uniforme, restricciones,
sectarismo, y eso no nos gusta. Hacemos lo que hacemos porque nos gusta
y es lo que nos sale, pero eso no significa que nosotros no nos movamos
de ésta. En esta conjunción, somos Attaque, pero si nos
escuchás por separado, somos otra cosa: Mariano tiene cosas loquísimas,
Leo participará en cosas más experimentales en percusión,
Luciano tuvo su grupo de covers de David Bowie, yo me enganché
con Ariel Pratt para hacer cosas que tienen que ver con su movida. La
gente piensa que estamos defendiendo una causa, pero nosotros nos movemos
por el instinto y los sentimientos. Y eso es más fiel a una causa
punk, si se quiere.
Formaron Attaque antes de los 20. ¿Cómo ven la historia
en retrospectiva?
Hoy nos paramos y decimos: bueno, si empezáramos de vuelta,
lo haríamos de otra forma. Pero nadie tiene el poder del rewind.
Nosotros crecimos en público y eso no es recomendable. Es como
lo que hoy pasa en los reality shows. No fue igual, pero sabemos algo
de las consecuencias de la exposición. Es mejor una carrera como
la de los Redondos: se manejaron mucho tiempo en el under y salieron cuando
el grupo estaba bien constituido. Eso es óptimo. Ellos deben tener
sus puntos también, pero ya de entrada aparecer en TV y estar expuesto,
cuando uno no sabe mucho, es medio tontito y hablás pavadas. No
es lo mejor.
¿Y hoy?
Hay que hacer cosas, moverse todo el tiempo. Todos los grupos lo
hacen, salen de gira. Nosotros estuvimos viajando mucho. Fue un año
fuerte. Tocamos en Bolivia, México, Panamá, España,
Suiza, el interior, Perú y Colombia.
¿Les conviene más tocar afuera?
Hay ciertas movidas que hacemos acá que nos rinden más.
No nos llenamos de plata. Vamos empatados, o salimos perdiendo. En los
90 empezamos a movernos por el interior y eso nos permitió
abrirnos, comprender otras idiosincrasias y costumbres. Vimos que la situación
del país es terrible, pero que no todo pasa por mantener un status.
Hay mucha gente en el interior que vive más tranquila, está
mejor sabiendo que no hay guita y tienen más comunicación.
Esta es una ciudad, una metrópolis en la que nada queda. Salir
al mundo fue lo más importante. Nos dio a entender que podés
pasar tu vida en cualquier parte del mundo. Que todas esas cosas que están
haciendo, esa sanata de mejor Argentina, confunde a la gente
y no deberían hacerlo más. La bandera hoy para nosotros,
ese mar y cielo azul con el firmamento claro y un sol brillante, se puede
encontrar en cualquier parte del mundo. Tu bandera sos vos, mirando esas
cosas. La naturaleza, que es el único Dios, nos mantiene vivos
y nos propone maravillas como drogas palpables y gratuitas. Estando afuera
nos dimos cuenta. El mundo marcha. A nosotros nos pusieron en este sector,
pero es verdad que el mundo es tuyo. Nacimos acá, pero andá
a cualquier parte, laburá en cualquier parte. ¿Cuál
es el arraigo del que hablan? Desde chiquitos nos meten eso en la cabeza.
Si en algo tenemos que bajar una especie de línea es en esto. Tuvimos
la oportunidad de ver otras cosas y tenemos que decirle a los pibes que
hay un mundo para todos, que es de todos.
En estos quince años aparecieron y desaparecieron muchos
grupos. ¿Por qué ustedes siguen juntos?
Tuvimos buena estrella y un poco de talento. Trabajamos mucho: en
lo que hay, en lo que generamos y en nuestra convivencia. Pero hubo mucha
suerte. Eso de ser la banda justa en el momento justo, es verdad. Un montón
de grupos como nosotros, mejores y peores, desaparecieron. A nosotros
nos tocó. Hay que admitirlo. Es así. La cagada es que hay
chicos que quieren tocar por la cuestión de llegar. ¿Cómo
es que llegaron?, preguntan. ¿Llegar a dónde? A
tocar y salir en la tele, responden. Pero, ¿vos qué
querés? ¿Tocar? ¿Salir en la tele? ¿Ser famoso?
¿Tener minas? ¿Qué? Cuando empezamos, nosotros no
pensábamos en eso. Nos volvía locos escuchar las canciones
y esperar que sonaran de determinada forma. Todavía estamos buscando
la grabación perfecta. Cada uno tiene su disco preferido: a mí
me encanta Otras Canciones porque me parece redondo. No digo que es 10
puntos, pero si viene el barbudo y me dice vamos, lo llevo, elijo ese
disco. Siempre estamos persiguiendo la emoción mayor del tema.
Eso es lo que nos sigue moviendo y hay muchos chicos que hoy quieren otra
cosa, fortalecer el ego y estar ahí. Como en un reality show.
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