THE
STROKES, LA GRAN APARICION
De
moda
The
Strokes: la banda hype por excelencia, según el parámetro
puesto de moda por la palabra puesta de moda. Todo muy lindo
pero, ¿quiénes son The Strokes? Según el
semanario inglés New Musical Express, la mejor banda
estadounidense y la que hizo el disco del año, Is this
it. Mucho fervor hype para describir a un quinteto neoyorquino
que saltó de las sombras al éxito (en especial
en Europa) en menos de seis meses, gracias a su álbum
debut y a sus shows, al parecer incendiarios. Los cinco son
jóvenes, pintones y ricos: el cantante Julian Casablancas
es hijo de uno de los fundadores de la agencia de modelos Elite,
que lanzó a la fama a Cindy Crawford y Linda Evangelista,
entre otras. Y conocen a la perfección la historia rockera
de su ciudad. Por momentos, la voz de Casablancas parece calcada
de la de Lou Reed, mientras la banda se lanza en la búsqueda
de un sonido entre sucio y estilizado que patentó The
Velvet Underground y que continuó Television. De éstos
tienen, también, esa actitud de desparpajo calculado
y cerebral. Pero lo que distingue a The Strokes de unos burdos
copiones es su deslumbrante y juvenil vitalidad, y fundamentalmente
su capacidad para componer muy buenas canciones. Is this it
se editó antes en el Reino Unido que en Estados Unidos,
donde reemplazaron el tema New York City Cops después
de los atentados a las Torres Gemelas, y cambiaron la tapa (la
silueta de la sugerente cintura de una mujer dio paso a un collage
algo tonto). Aunque hasta ahora no fue publicado en la Argentina,
varios músicos locales ya se hicieron de su copia importada;
de ahí que haya logrado el primer puesto en la categoría
"revelación". Todo indica que la compañía
discográfica BMG finalmente lo editará en marzo,
porque el renombre del grupo no para de crecer. Si en el siglo
XXI se está hablando de un resurgimiento del rock de
guitarras es, precisamente, gracias a The Strokes. Hasta tienen
una especie de tributo en joda llamado The Different Strokes
(sin el apóstrofo, ése era el nombre en inglés
de la serie Blanco y negro), con covers en versión
tecladito...
MIMI
MAURA, VOTO A VOTO
En
el Caribe Sur
A principios
de este año, eran pocos los que sabían de la existencia
de Mimi Maura.
La cantante portorriqueña y su esposo, el ex Cadillacs
Sergio Rotman, habían armado una banda con sus amigos,
publicado en forma independiente un muy buen álbum debut
y recibido algo de atención por parte de la prensa especializada.
Pero fue el boca a boca el determinante para el moderado éxito
que el grupo ya establecido como tal disfruta en
estos días. La estrategia de tocar tan seguido como se
pudiera y de ofrecer siempre shows calientes provocó
una rápida aceptación del público. Ayudó,
sin dudas, que mucha gente descubriera a los mimimauros cuando
oficiaron de invitados de Los Fabulosos Cadillacs y Divididos.
Por eso, en la segunda mitad del año pudieron darse el
lujo de desbordar La Trastienda cinco veces. Al mismo tiempo
grabaron el reciente Raíces de pasión, con la
producción de su fan número uno, Ricardo Mollo.
El lanzamiento fue independiente, por eso no cuenta con el apoyo
publicitario que sí tienen otros artistas, pero amenaza
con constituirse en el disco del verano. Y no hay que ser iluminados
para imaginarlo, basta con sumarle calor y playa a la receta
de ska, reggae, rock steady, salsa y bolero que elabora el grupo.
Pero, incluso por encima de todos estos componentes, es la voz
de Mimi la que es capaz de producir el salto a una popularidad
mayor, porque encanta tanto a adolescentes (en especial a las
chicas, como queda evidenciado en sus shows) como a señoras
mayores que se derriten con sus bolerazos sentimentales. Por
lo pronto, varios de los colegas del grupo -y algunos de sus
integrantes, justo es reconocerlo votaron a Mimi Maura
como revelación (1º puesto) y a Raíces...
como disco del año (3º puesto). O sea que son muchos
los que extrañaban una relectura porteña del sabor
caribeño, ése que no trascendía desde que
los Cadillacs decidieron tomar nuevos rumbos estéticos.
Ahora, además, viene con voz de mujer.
GORILLAZ,
LOS GANADORES VIRTUALES
El
futuro llegó
¿Cómo
no se le había ocurrido a nadie? Ahí están
los cuatro Gorillaz, criaturas del pincel trash de Jamie Hewlett,
rapeando esas canciones de pop insolente en todas partes del
mundo, convirtiéndose en remeras, melodías pegajosas
y en
la primera invención de la industria rock para el siglo
XXI. Repasemos la lista de seres humanos involucrados en la
fama de 2-D (cantante de pelo violeta, sexy y alelado), Murdoc
(bajista y cerebro malicioso del cuarteto), Russel (el negro
gigantón que toca la batería y rapea) y Noodle,
una japonesa de 10 años virtuosa de la guitarra y las
artes marciales. He aquí la carne y los huesos detrás
de todo: Damon Albarn, estrella de Blur, Dan The Automator
Nakamura, Miho Hatori (Cibo Matto), Tina Weymouth y Chris Frantz
(de Tom Tom Club), y las honorables colaboraciones de Kid Koala,
Del tha Funkee Homosapien y el veteranísimo cubano Ibrahim
Ferrer. Pero, ¿qué hizo Gorillaz para merecer
la mayor cantidad de votos como mejor disco extranjero en la
encuesta 2001 del No? Pues procesó la electrónica
refinada, el hip hop contemporáneo y el rock indie y
los tradujo a un formato de pop universal, apto para todo público
y con una estética novedosa y atractiva, basada en el
muy oportuno concepto de la virtualidad y a caballo de un par
de videos infalibles (Clint Eastwood, 19-2000).
Se podría teorizar acerca del principio de la desintegración
de la estrella de rock carnal, pero lo cierto es que Gorillaz
es, simplemente, un muy buen producto de la industria del entretenimiento.
Anímense.