Plástica
Nicola Costantino en ARCO de Madrid
El
camino de toda carne
Nació
en Rosario en 1964. En los últimos años, su corrosiva
e impactante obra causó conmoción en las Bienales del
Mercosur, de San Pablo y de Liverpool, entre otras de las muestras que
hizo por el mundo. Ahora es una de las invitadas especiales al Project
Room de la XXº Feria ARCO de Madrid, que termina mañana.
Radar hace una recorrida por la obra reciente de Nicola Costantino y
anticipa su instalación en ARCO, con tuberías gigantescas
rellenas de animales nonatos de silicona, y peletería, vestimenta
y accesorios con símil de piel humana.
Por
FABIAN LEBENGLIK
El niño
mimado británico Damien Hirst, que tiene su edad, comenzó
a trabajar al mismo tiempo -.hace algo más de una década-.
sobre algunos de los mismos temas que ella. Ella no es precisamente
una desconocida: vive y trabaja en Buenos Aires con la galería
Ruth Benzacar, mientras que en Nueva York es artista de una de las mejores
galerías del mundo: Deitch Projects. La ingestión y la
vestimenta tales los temas son dos de los núcleos
culturales alrededor de los cuales gira la obra de Nicola Costantino.
Núcleos asociados a una serie de ritos, usos y tecnologías
que esta artista nacida en 1964 ha ido sometiendo a diferentes modalidades
en su obra a través de los últimos doce años. Uno
de los aspectos obsesivos y recurrentes en todo este corpus es el tratamiento
de la anatomía animal y humana, pasadas por los filtros de la
ingestión y la moda de un modo violento.
DE
LA NATURALEZA A SU MESA
La ciudad de origen y formación de Costantino, Rosario, tiene
una tradición artística de ruptura y politización
del arte que en las últimas tres décadas del siglo pasado
se caracterizó también por una tendencia al conceptualismo.
Estas tres nociones ruptura, política y concepto
están muy presentes en toda su obra. El consumo, en su trabajo,
está asociado tanto a su acepción de ingerir alimentos,
como de gastar y agotar. Con sus impresionantes tuberías de pared
-.como la que presenta en estos días en ARCO-., en las que se
comprimen y atascan multitudes de calcos de nonatos en siliconas a escala
uno a uno; o como en la violencia lúdica de sus chancho-bola
y toro-bola, así como en esa trilogía de bocas
-.boca humana que fagocita el hocico y la boca de un cerdo que a su
vez fagocita el cogote y la cabeza de una gallina-. o en su chanchito
suspendido y transportado al matadero, la artista pone en evidencia
el río subterráneo y usualmente invisible de la industria
de la muerte en la que se basa la alimentación y que rige gran
parte de la cultura gastronómica.
La cultura de la alimentación se sostiene no sólo (o no
tanto) por el gusto, sino más bien por mecanismos industriales
y regulaciones sociales y contextuales determinados por diferentes condicionamientos
económicos.
El gesto descarnado y objetivo de hacer evidente la maquinaria que hay
detrás de la fisiología carnívora humana, pone
al descubierto las leyes, procederes y costumbres que establecen los
tipos de alimentos y cómo conseguirlos, procesarlos y comerlos
en cada sociedad. Las tuberías que Costantino construye a modo
de hormigueros que recorren las paredes con su carga de animales muertos,
así como sus nonatos embalados para exportación
que también presenta en la Feria ARCO, remiten precisamente a
esa maquinaria industrial de la alimentación carnívora
pasada por el cedazo del aprovechamiento económico.
Mostrar este proceso forma parte de aquello que los consumidores preferirían
ignorar o, como Bartleby, preferirían no hacer. Con
el realismo que impone la técnica del calco con silicona cuya
obtención implica tomar el molde sobre los cadáveres de
distintos animales, Constantino alude directamente a la maquinaria
de aniquilación a gran escala, constitutiva de la cultura gastronómica,
la cual forma parte de las relaciones sociales y de su organización:
son parte de un marco institucional. Por otra parte, la
gran matanza a escala y las maquinarias de aniquilación son prácticas
extendidas entre los humanos, en todo el mundo y muy especialmente durante
el nazismo y en la Argentina de la última dictadura. Las cañerías
con nonatos remiten al espectador inevitablemente a esos infiernos.
LA
ELIMINACION DEL MAS DÉBIL
En la obra de Costantino, el infierno tiene el rasgo distintivo de la
acumulación, el atascamiento y la repetición. Se trata
de un infierno cotidiano. En este sentido, gran parte de la cuota dehorror
de la industria de la muerte es su banalidad y su cotidianidad, sumadas
a la supuesta necesidad de su existencia. Por otra parte, el infierno
de cadáveres de nonatos establece un correlato evidente con la
política implícita de marginación, darwinismo social
y eliminación del más débil: la poda social
que generan las políticas de exclusión, las posdictaduras,
las democracias débiles y el capitalismo salvaje. Ése
es el contexto histórico del cual, por diversas operaciones ideológicas,
se derivan naturalmente el sexismo, el racismo, la xenofobia, la degeneración,
el genocidio.
La compactación tanto de los chancho y toro bola,
como de los nonatos para exportación y de las tuberías
de nonatos está presidida por un riguroso criterio
de diseño a través del cual Costantino establece una gran
distancia entre el horror de la maquinaria de la muerte y el efecto
del refinado paradigma del diseño. Este paradigma se impone como
si se tratara de una bijoutier fuera de quicio y fuera de escala. En
este punto el diseño, presentándose como un artificio
de embellecimiento, funcionaría como corrosión del sistema.
ANATOMIA
DE LA MODA
La moda en
el arte se inscribe en un contexto actual de ampliación del concepto
artístico hacia otras prácticas y ambientes, como el de
la moda y el diseño. La imposición del neoliberalismo
a escala global, desde el cual se ve el mundo con los ojos de la oferta
y la demanda, absorbe al arte al mercado de consumo y convierte a los
artistas en sus productores y oferentes. Desde luego que el arte siempre
se escapa, tantea nuevos límites y se redefine a partir de su
capacidad crítica. La irrupción de la moda en la obra
de Costantino, por ejemplo, surge directamente de la maquinaria de la
muerte en la alimentación carnívora: vestidos, zapatos,
carteras y ambientaciones hechos con silicona imitando la textura de
la piel humana, atravesada por un pattern de pezones, ombligos y orificios
anales.
A lo largo de la historia, la vestimenta más aristocrática
es aquella que de manera notoria impide moverse con soltura y,
por lo tanto, trabajar a quien la usa. La alta costura,
de diseños exclusivos, costosa para obtener y para
mantener, es la que más explícitamente exhibe el imaginario
de que su portadora no es ama de casa, ni trabajadora. Las prendas de
Costantino, sin embargo, se resisten a esa caracterización aristocrática
y se acercan más al prêt-à-porter, ya que están
hechas, supuestamente, para el uso diario. Cuando se ve la ropa de Costantino
se advierte de lejos el corte de los vestidos, la caída, los
accesorios. A partir de entonces, todo entra en una zona inquietante
que comienza con la percepción del color (de la piel), sigue
con la textura y se hace más inquietante aún cuando se
advierten las huellas humanas de diseño que pautan
cada prenda.
La moda nunca pudo obviar la relación con la anatomía;
esta relación le es constitutiva. Costantino transformó
esa relación en un arma: por una parte, la vestimenta que fabrica
es anatómica; pero, por la otra, está hecha con anatomía.
Asociar la moda a la maquinaria de la muerte es un gesto crítico
respecto de un terreno que es dominio de la banalidad, de la datación
(lo que debe usarse esta temporada a condición de que no se use
en la próxima). Asociar, pues, moda y muerte debe leerse como
contramoda. Y la contramoda tiene una larga tradición ligada
a la disconformidad social y política, especialmente de las mujeres.
El efecto que se busca cuando se lucha contra la imposición de
la moda es el impacto de rebelarse contra el orden social, rechazar
las tendencias, evitar la datación.
Con su obra, que provoca simultánea y profundamente la atracción
y el rechazo del que la mira, Costantino también borra los límites
entre la seducción y la muerte, entre Eros y Tánatos.
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