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CRUCES Emir Kusturica y su banda de rock y algo más

Unza Unza
dos veces al día

Punk, jazz, música gitana, folklore de Europa oriental y ritmos asiáticos. Nueve solistas dementes logrando lo que ningún seleccionado yugoslavo de fútbol logró nunca: ser algo más que la suma de las partes. Y una receta secreta: el unza unza como elixir de la eterna vitalidad. Así es la No Smoking Orchestra de Emir Kusturica y el Dr. Nelle Karajilic.

Por Laura Isola

¿Qué es unza unza? Para empezar por lo evidente, Unza Unza Time es el último disco de Emir Kusturica y su No Smoking Orchestra. Pero detrás de esas palabras repetidas en el título del disco, hay un concepto artístico que excede a la nueva producción de esta heterodoxa orquesta. O, mejor dicho, que hace que este disco forme parte de ella. A diferencia del ya legendario dunga-dunga, el unza unza tiene su Champollion: el Dr. Nelle Karajilic, vocalista y verdadero líder de la No Smoking Orchestra a pesar de que sea el nombre de Kusturica el que la encabece a la hora del marketing. En su tratado “Unza Unza Music”, impecable parodia del método científico, Dr. Nelle explica su origen: “La música unza unza es un producto sofisticado, resultado de pruebas de laboratorio para proteger la integridad y la supervivencia del pueblo de los Balcanes”. Esa identidad que se logró a fuerza de coexistencia de influencias árabes, turcas, rusas, griegas, españolas, italianas e indios, dio como resultado una masa de sonidos, lenguas y tradiciones que hacen implosión en las comunidades gitanas de Serbia, Bosnia, Macedonia, Albania, Hungría y Rumania. A esta proliferación desbordante esparcida por la itinerancia de los gitanos, se le agrega, durante el último tercio del siglo XX, el ritmo del rock & roll. Teniendo en cuenta todo esto, el “especialista” Dr. Nelle abunda efectos colaterales y beneficios para la salud: “El unza unza es una manera de generar proteínas extra y proveer al cuerpo de una sustancia vital para la existencia: el amor. Los resultados de las muestras de sangre tomadas a las personas que vieron Gato negro, gato blanco, de Emir Kusturica, la primera y auténtica película unza unza, demostraron: a) que el incremento de proteínas es 7 veces mayor que cuando se come ajo, miel, limón; b) 8 veces superior a cuando se hace el amor; y c) 11 veces mayor al consumo de cocaína u otra poderosa droga”. Las conclusiones de Dr. Nelle son contundentes: “En el deseo de ayudar a producir esta clase de proteínas, los científicos han declarado a la No Smoking Orchestra la primera banda verdaderamente representativa de la música unza unza y han afirmado que, si se quiere estar mejor, se deberá escuchar el disco de la banda y repetir el sintagma unza unza al menos dos veces todos los días. Su perseverancia encontrará recompensa”.

EMOCIONES MEZCLADAS
Las 16 canciones de Unza Unza Time combinan a la perfección este cóctel proteico: un frenesí gitano de acordeones, trombones y violines que deja paso a una voz tomada del rock pesado conforman el tema de apertura; la combinación de música turca con folklore de Europa oriental y rock & roll es el combustible que anima “Pitbull Terrier”; el pastiche lingüístico y musical brilla en “Was Romeo Really a Jerk?” o “Sanela”, ese homenaje, a modo de marcha grotesca y disonante, que Kusturica le rinde a Federico Fellini a quien considera “nuestro Shakespeare del siglo XX”. Las letras también hablan de la mezcla: no sólo por los tonos ásperos y casi punk de las canciones en inglés sino por la cadencia del serbocroata, lengua mixturada que permite combinar como pocas la resistencia y la nostalgia. Sin embargo, el sentido político del grupo no va de la mano de la melancolía sino de la euforia: si las bandas de sonido de las películas de Emir Kusturica –realizadas en su mayoría por Goran Bregovic– estaban inspiradas en la música de funerales, este último trabajo toma como referente a la música que se toca en las bodas. “Estos fabulosos músicos que forman la No Smoking Orchestra se pasaron toda la vida tocando su música favorita en fiestas y casamientos. Cada uno de nosotros viene de lugares musicales distintos. La intriga política y la provocación acompañan a la banda todo el tiempo. Dr. Nelle y su grupo son difíciles de clasificar en un único género musical y conjuran la emoción que les produce la música que estuvieron escuchando en cada momento. Si alguna vez se sintieron infatuados con Jethro Tull, no dudaron en tomar prestado su sonido para celebrar los logros de los anarquistas deSarajevo. Cuando la adrenalina corrió para el lado de Sex Pistols, la música No Smoking reflejó de manera punk el habla y las costumbres de los chicos de la calle de Sarajevo. Todos juntos representamos la mezcla explosiva entre la música gitana, el jazz, el rock y los ritmos asiáticos. Pero, a diferencia de aquellos seleccionados yugoslavos de fútbol que, con jugadores extraordinarios, no podían llegar nunca con éxito al final del segundo tiempo, este grupo logra una original identidad musical, a partir de la excelencia de sus solistas”, explica tácticamente Kusturica.

PRUEBA DE SONIDO
Decir que la No Smoking Orchestra es el grupo de Emir Kusturica es mitad cierto y mitad injusto. Si bien la fama del director de cine –que forma parte de la banda desde 1986, primero como bajista y después como guitarra rítmica– ha influido en la difusión de la banda a nivel mundial, los comienzos de este fenómeno de la escena musical de Sarajevo se remontan a 1980. En ese momento y con otra formación, los No Smoking, liderados siempre por Dr. Nelle Karajilic, se presentaron como un grupo punk para oponerse crudamente al sistema. Si bien usaron el rock para volverse músicos de culto, después de “Zenica Blues” (un tema referido a la localidad en donde había una cárcel tristemente célebre, que les ganó persecuciones y censura del régimen) crecieron en complejidad musical y se transformaron en la expresión más significativa del Nuevo Primitivismo, la así llamada resistencia cultural que estalló luego de la muerte de Tito. Das is Walter, su primer álbum, de 1984, vendió cien mil copias y llevó a Dr. Nelle a participar asiduamente, como guionista y actor, en Surrealist Top List, un programa de televisión que parodiaba las contradicciones políticas de la Yugoslavia post-Tito. La banda en la que Kusturica toca la guitarra y compone, su hijo Stribor es el percusionista, Glava “The Head” Markovski toca bajo y balalaika, Her Dralle Draugentaller maneja los teclados, Zoki Miloshevic está a cargo del acordeón, Dejan Sparavalo del violín, Alexander “The Great” Balaban de la tuba, Nesho “Blackbird” Petrovic del saxo y Dr. Nelle de todas las voces, tiene su prehistoria, cuatro álbumes y un hito amplificado por sus legendarios shows en vivo. En uno de ellos, durante una gira por Yugoslavia en 1984, ocurrió un incidente inesperado: el amplificador Marshall de la guitarra dejó de funcionar. Dr. Nelle pidió disculpas diciendo: “El Marshall murió”. Tanto en croata como en inglés la frase tiene doble sentido, aunque dicho en la localidad de Rijeka en aquel preciso momento era un poco más peligroso. Ya que Marshall –o mariscal– era el cargo militar del presidente Josip “Tito” Broz, de quien aunque estaba recientemente fallecido se intentaba hacer creer a la gente que gozaba de excelente salud. Ese “anuncio” involuntario ante miles de personas le costó caro a la No Smoking: fueron censurados en toda la prensa, se prohibió la venta de sus discos y sus conciertos fueron cancelados hasta nuevo aviso.
Por ese entonces Kusturica no estaba con ellos; sólo era un fan. El realizador de Papá se fue en viaje de negocios tuvo que pasar una prueba para empezar a tocar el bajo en la banda, el mismo año en que anunció que no filmaría más, después de ser acusado de traicionar sus raíces y ser un instrumento de la propaganda serbia por Underground. Según Dr. Nelle, no hay una razón especial por la cual Kusturica comenzara con la banda: “Nos conocemos hace mucho tiempo y estamos en la misma frecuencia. Además, no olviden que se compró una guitarra y un amplificador. Por eso no lo podemos echar”. Como se sabe, el regreso de Emir Kusturica al cine no se hizo esperar. Pero sin dejar su lugar en la banda. Porque, como declaró a Radar en 1999: “A los 45 años es mejor tocar en una banda de rock que hacerse un lifting”. Aunque siga ignorando olímpicamente –como todos todos los demás integrantes de la banda– la consigna de no fumar, el aspecto de Kusturica y sus secuaces indica que el unza unza surte sus efectos, nomás.

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