La Tierra se calienta, el efecto invernadero, el agujero de ozono
y un montón de catástrofes más están
anunciándose como próximas... ¡Un desastre que
dentro de 100 años hará que nuestros bisnietos miren
nuestra fotografía con un gesto de bronca y pregunten: ¿¡Qué
mundo me dejaste, bisabuelo!?; salvo que nuestros hijos y nietos
logren mejorarlo, o empeorarlo, en cuyo caso los gestos serán
para ellos. Aunque quizás nuestros bisnietos se ocupen de
otros asuntos, o vivan en Neptuno. ¿Alguien se imaginaba,
hace 100 años, que el mundo hoy sería como es?
Pero si bien es cierto que nadie sabe cómo va a ser el futuro,
quizás se puedan hacer cosas para que sea mejor, o al menos
para que no sea peor. Si La Tierra se calienta, por ejemplo, hay
cada vez más tormentas, y entonces se inunda todo, sin distinción
de clases, sexo o color, y en Pompeya, Lugano o Belgrano la ciudad
se transforma en Venecia Sudaca.
Además, hace cada vez más calor, y la única
forma que encontramos los argentinos de sobrellevarlo es echándole
la culpa al gobierno, al FMI o al gobierno anterior (no es que los
crea inocentes, pero con sólo echar la culpa no se arreglan
las cosas), y encender el aire acondicionado los que lo tienen,
o la máquina de putear los que no.
O sea, querido lector, que el calentamiento global del planeta no
nos sirve para nada a los argentinos (bueno, nos sirve para quejarnos,
pero no nos hace falta, ya tenemos motivos suficientes) y encima,
los científicos nos dicen que se viene un desastre, tarea
de la que, hasta ahora, se ocupaban los economistas.
Qué le va a hacer. Mientras tanto, use este suplemento como
un soplo de aire fresco, riéndose con nuestros chistes, o
bien, tomándolo con su mano izquierda y usándolo de
abanico. Usted sabrá.
Hasta el sábado.
Rudy
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