A la hora
de tener miedos, los argentinos estamos entre los primeros del mundo.
Somos 36 millones, y hay 36 millones de fobias, o muchas más.
Podemos hacernos los valientes cuando manejamos, o a
la hora de pagar los impuestos, valentía que en otros países
se llama con las mismas palabras que nosotros usamos para quien
sí paga todo, o maneja teniendo en cuenta las leyes. Después
le tenemos miedo al riesgo-país, que es un número
que nadie sabe exactamente qué es lo que quiere decir, pero
si se viene una catástrofe de verdad, va a haber un montón
de explicaciones acerca de por qué a nosotros no nos
va a tocar, aunque más de una vez nos hayan tocado
terremotos, crisis o dictaduras.
Pero ahora estamos hablando de otro tipo de plagas, lector. De la
aftosa que les niega a nuestras vacas el pasaporte a otras tierras
en las que podrían triunfar (como lo hacen nuestros jugadores),
de las ratas, que transmiten enfermedades horribles, y por último,
de la nube de mosquitos que en estos días ha atacado nuestro
país, sin darse cuenta de que cada vez queda menos sangre
que chuparnos.
Las plagas nos acechan, y eso que no tenemos faraón alguno,
que no hay esclavos que quieran irse, y que de últimas, si
alguien quiere irse, nadie se lo impide. En eso somos mucho más
adelantados que los egipcios, tenemos las plagas sin causa alguna.
Todo lo que nunca debería pasar en nuestro país, ni
en ningún otro, tratamos desde aquí, Sátira/12,
de cubrirlo con humor que, dentro de todo, no pica ni muerde ni
transmite enfermedades. Hasta la semana que viene, lector.
Rudy
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