Una
monedita, por el amor de Dioioooooosss..., sí, pero
una, porque los argentinos dentro de un tiempo podemos llegar a
usar un montón de monedas al mismo tiempo: vamos a parecer
un puesto de numismática del Parque Rivadavia antes que un
país. Podrá el lector decir que ahora tampoco parecemos
un país. Bueno, eso no quita: lo que quita es el impuestazo
de Machinea más los recortes de López Murphy más
el impuesto al cheque de Cavallo, y siguen las firmas... y los endosos.
Esta fue una semana muy sentida por los argentinos, lector. Y no
me refiero a Semana Santa, que fue la otra, sino al vencimiento
anual de los impuestos, o sea una semana de fervor contribuyente
en la que el Estado recibe las confesiones patrimoniales de sus
ciudadanos, más allá de credos y créditos.
Pero ahora el superpoderosoultraministro de Economía lanza
un nuevo proyecto, un misil Mingo, de esos que nunca se sabe sobre
qué van a caer. O mejor dicho, algunos sí lo saben
y seguramente se habrán puesto a buen recaudo y los demás...
bueno, los demás siempre parecemos estar de más ¿vio,
lector?
De nuestra sempiterna ignorancia ya hemos dejado de preguntarnos
si el plan nos favorece o no, ahora nuestra duda es de qué
manera nos harán el dunga-dunga, en esta oportunidad. Ya
deben haber usado todo el econosutra, pero alguna posición
por ahí les quedó por probar.
Nosotros, como siempre, tratamos de reírnos, aunque a veces
nos duele.
Hasta la semana que viene, lector.
Rudy
|